La política cultural es uno de los aspectos más polémicos de los sucesivos gobiernos de la Ciudad. Con frecuencia los proyectos culturales apuntan a una “turistización” de la ciudad que le quita identidad a los diferentes barrios y que apunta más a los negocios que a las necesidades genuinas de los vecinos.

El discurso sobre la política cultural siguió los mismos lineamientos que se proponen desde el gobierno nacional: austeridad,  austeridad y más austeridad. «No hay un ajuste en nuestro presupuesto, lo que hay es un ajuste en la realidad. La gente va a tener que definir prioridades nuevas», dijo Jorge Macri.

Esta vez se anunció lo que es una vieja promesa incumplida como la potenciación de la zona sur de la Ciudad. También  la puesta en valor de los cascos históricos de algunos barrios como Boedo o Parque Chas. Este objetivo parece positivo aunque en el ámbito de la política cultural macrista “puesta en valor” puede querer decir muchas cosas que no necesariamente son “puestas en valor”.

Además se anunció la búsqueda de nuevos perfiles para espacios como el Centro Cultural Recoleta, el Centro Cultural San Martín o la Usina del Arte, entre otras iniciativas, lo que se llevará a cabo  «con presupuesto acotado y accesible».

Dijo Jorge Macri: «En un país difícil, con una economía compleja, en un momento de profundo dolor y crisis, la Ciudad tiene que seguir siendo un lugar que proteja ciertos ámbitos para que la cultura encuentre camino, se exprese, se canalice correctamente. No vamos a poder suplir todo lo que por ahí se deje de hacer, pero creo que podemos ayudar, que podemos ser un faro o un ámbito de encuentro y sanación».

Y agregó: «Es también una gran oportunidad para definir un perfil de gobierno, entendiendo que la Argentina tiene un problema grave, que es que desde hace mucho tiempo gasta más plata que la que genera, y eso va a requerir esfuerzos de muchos frentes. Bueno, la Ciudad tiene que ponerse austera también, pero creativa en proteger ámbitos que son muy de la identidad de esta ciudad, como la cultura en general»

Por su parte, Gabriela Ricardes señaló: «De alguna manera, conocer el Ministerio desde muchos lugares -como usuaria, alumna, directora- hace que pueda partir de un conocimiento que acorta bastante el camino, con un jefe de Gobierno que entiende rápido y sabiendo que es un momento en que tenemos que acompañar esta emergencia económica y dar respuesta también».

Según Ricardes hay un paliativo para el mal humor social que genera en este momento la profunda crisis económica. Desde la cultura se puede contribuir  «Generando poesía, esperanza, bienestar y valorizando la belleza en un momento donde va a haber que hacer un ajuste importante en muchos órdenes de la vida de un ciudadano porteño acostumbrado a consumir cultura, que además va a tener que optar, que no va a poder consumir todo lo que habitualmente consumía».

Política cultural, transversalización y centros culturales

Uno de los ejes de los anuncios en material de política cultural fue la “transversalización” de la cultura, que abarcará “públicos, competencias y propuestas”.

«En principio vamos a poner el énfasis en la transversalización de los contenidos de cultura -aseguró la ministra de Cultura-. Estamos haciendo también un trabajo conjunto con las áreas de Desarrollo Económico y Turismo entendiendo que somos un proyecto no con agendas separadas sino complementarias».

En cuanto a los centros culturales de la Ciudad, se reconfigurará el perfil de algunos espacios como la Usina del Arte, el Centro Cultural San Martín y el Centro Cultural Recoleta aunque no abandonarán del todo su perfil actual.

En cuanto al Recoleta dijo Ricardes: «El Centro Cultural se va a mantener como un espacio para compartir entre pares pero le vamos a sumar otra línea que tiene que ver con recuperar la capacidad de ser un articulador de artistas emergentes -que es lo que hubo hasta ahora- y consagrados”.

Y agregó: Hay una edad que nadie mira que es la del artista que ya tuvo su momento joven pero que todavía no es lo suficientemente consagrado y en el medio y también necesita un espacio y una ayuda»,

«Este perfil que tiene el Recoleta como espacio abierto, ubicado en un lugar central, no lo queremos desaprovechar, expresó. Eso se empezó a trabajar por ejemplo con la retrospectiva de Renata Schussheim y ese es un perfil que vamos a continuar», 

Respecto del Centro Cultural San Martín dijo la ministra que el espacio va a recuperar su perfil «ligado a las artes electrónicas» y anunció: «Vamos a articular los dos edificios y a abrir las fotogalerías nuevamente, es decir, que el pasillo oscuro que hoy está cerrado lo vamos a renovar».

Jorge Macri se refirió a La Usina del Arte como un espacio que representa «una cultura urbana joven ubicada en el bajo autopista» que expresa «una lenguaje urbano que también acompaña ciertos tipos de usos y culturas».

«Tenemos que darle gestos al sur», afirmó el jefe de Gobierno porteño, quien al mismo identificó dos zonas que responden a esa geolocalización. «Un sur urbano muy cercano al centro, digamos, donde tenés La Boca, parte de Barracas. Y un sur más lejano, que puede ser, digamos, simplificándolo, Villa Lugano Soldati, Villa Riachuelo. Tienen necesidades y realidades distintas. Pero ese sur urbano cercano tiene una oportunidad muy grande. Entonces, estamos pensando, por ejemplo, en potenciar el casco histórico».

En concordancia, Ricardes señaló la importancia de que la zona Sur de la ciudad tenga más medios de transporte que la conecten con otros puntos de la ciudad.

Pero aclaró que «El casco histórico no es solamente San Telmo. El patrimonio cultural y material no existe solamente ahí. Cada barrio tiene su centralidad y estamos por eso comenzando un programa para generar nuevos circuitos en, por ejemplo, Mataderos, Boedo o Parque Chas, que nos permitan recuperar las trazas que hay en cada uno de estos lugares».

Jorge Macri no se salvó de la pregunta que hoy tiene en vilo al sector editorial y, en general, a todos los sectores de la actividad cultural: la posible derogación de la Ley del Libro.

«Hay muchos que mezclan análisis casi con deseo –afirmó-. Creo que algunos vienen muy ‘seteados’ políticamente y que creen que hay un ataque y casi desean que ese ataque sea brutal o genere daños irreparables. Y hay que estar atento. Yo no digo que sí o que no, lo que digo es que uno tiene que estar atento, no iniciar la profecía autocumplida, ni hacer como que nada ocurre»,