«Nos encontramos a pocas horas de comenzar las inscripciones al Programa Cultural en Barrios y un momento que debiera ser de entusiasmo es en cambio de incertidumbre y angustia», así comienza el comunicado que lanzaron este lunes desde la Junta Interna ATE en la Promoción del Libro, Bibliotecas y Cultura de la Ciudad de Buenos Aires.

Con una amplia y diversa oferta de más de mil talleres abiertos a la comunidad, el Programa Cultural en Barrios funciona desde 1984 en la Ciudad de Buenos Aires.

Nació en plena restitución de la democracia, con los objetivos de garantizar la igualdad de oportunidades, facilitar el acceso a la cultura y responder a las demandas de la población más vulnerable.

«El compromiso que hace años tenemos con las personas que asisten al programa nos moviliza a darles una respuesta sobre el panorama con el que se encontrarán en el inicio de clases. Hacemos responsable a la administración de la ciudad a cargo de Jorge Macri y a todxs lxs funcionarios que impusieron o avalaron este salvaje recorte, que tiene como objetivo destruir la identidad del programa, socavando la esencia profundamente democrática, construida arduamente durante 40 años, codo a codo con lxs vecinxs”, continúa el comunicado.

Los docentes del programa denuncian que a la precarización laboral que venían sufriendo, se suma ahora el presunto recorte de horas cátedra y, por consiguiente, el inminente cierre de talleres para que los vecinos puedan formarse en arte y cultura.

«Lxs trabajadores del Programa Cultural en Barrios construimos los centros culturales en condiciones totalmente degradadas, cobramos menos de la mitad que un docente en la educación formal y este año lo haremos con contratos todavía más precarios (¡ya ni siquiera de un año sino de 3 meses!), que hacen peligrar la posibilidad de obra social y aguinaldo», se lee en el comunicado.

Programa Cultural en Barrios: la situación de los docentes

En diálogo con Tiempo Argentino, Sol Copley, delegada general de la Dirección de Promoción del Libro, Bibliotecas y la Cultura e integrante del Consejo directivo de ATE Capital, expresó: «Se abren los talleres, pero hay un montón que ya no están, se recortaron. En la jornada del martes se planteó en la paritaria de Hacienda y quedaron en rever el tema, pero hasta ahora no tuvimos ninguna respuesta concreta que esté a la altura de las circunstancias».

Y agrega: «Si bien, producto de la lucha, se logró la restitución de 235 horas cátedra, la gran mayoría de los docentes continúan con su salario y sus talleres recortados. A la fecha no tenemos respuesta sobre la restitución de todas las horas que faltan».

Algunos funcionarios, dice Copley, establecieron de palabra que van a restituir talleres recortados. «Pero el proceso de inscripción se puede hacer únicamente en estos días, cuando comienza el ciclo lectivo, y hay anualmente una sola posibilidad, o a lo sumo dos, para anotarse a los cursos. Es decir, ¿van a restituir las horas y van a dejar a los vecinos sin poder anotarse y a los docentes sin poder trabajar? De todas maneras, no está cerrado el diálogo, pero seguimos llevando adelante medidas de fuerza porque no tenemos respuesta concreta», dijo.

Desde ATE enmarcan estas medidas dentro de un contexto de políticas de ajuste y ataque a la cultura: «Entendemos que no se trata solo de un recorte a nuestro sector, sino que se trata de la implementación de una política generalizada a nivel nacional, que tiene entre sus objetivos atacar a los sectores de la cultura popular, imponiendo la lógica de mercado por sobre la lógica de la construcción desde una perspectiva de derechos, que considere a la cultura una herramienta de transformación social y no un mero show», apuntaron en el comunicado.

Y, por último, llamaron a los y las vecinas a defender el programa junto a los docentes, para cuidar los espacios en donde se puedan «generar lazos colectivos».

Además de las reuniones con los funcionarios, los docentes nucleados en ATE decidieron en asamblea ir todos los días a los centros culturales donde se realiza la inscripción presencial para informar al alumnado sobre las condiciones en las que están comenzando los talleres, los motivos por los que hay horas recortadas, y colocar pegatinas en la pared para que todes están al tanto «y cada vez seamos más los que reclamamos por la protección del Programa Cultural en Barrios, que además este año cumple cuarenta de historia», concluyó Copley.