A horas de que el Senado trate la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo ya no hay metáforas ni campañas ni hashtags. Sobre las vallas que separan al Congreso de la Nación de lo que ocurre en la calle queda la foto de Liliana Herrera rodeada de flores y velas. Liliana Herrera, 22 años, madre de dos hijas de tres y seis años, falleció este sábado por practicarse un aborto clandestino y murió en el Hospital Regional de Santiago del Estero producto de una infección. Sobre eso legislarán los senadores este miércoles: si el aborto podrá ser legal en la Argentina o continuará siendo clandestino. En ese hospital de Santiago del Estero es la tercera muerte por el mismo motivo este año.

El silencio contrasta con la batucada. Mientras un grupo de mujeres realiza el homenaje a Liliana Herrero, la última víctima de las más de 3030 que murieron a causa de la clandestinidad del aborto desde que regresó la democracia, otras empiecen a hacer sonar los tambores, a armar los gazebos y a encender los fuegos que sirvan para pasar lo que será una noche larga de vigilia. Gritan:

“oh, ley de aborto

O hay quilombo”

Mientras tanto, continúa en conteo de votos. Los tres senadores de Santiago del Estero votarán en contra del proyecto, como ya lo hicieron seis de los siete diputados por la provincia. Tres diputados provinciales de Cambiemos presentaron un proyecto, al igual que ocurrió en Tucumán la semana pasada, solicitando que la provincia sea declarada “provida”. El proyecto lleva la fecha del 5 de agosto, apenas unas horas después de que Liliana Herrera falleciera en Hospital Regional de Santiago del Estero. Otra vez: contra la realidad, los hechos. Con el Congreso de fondo, queda el rostro de Liliana Herrero, repleto de flores, de velas y de mujeres que miran sus ojos y piden que este miércoles se sancione una ley que evite más víctimas. Más Lilianas.