El promocionado “hallazgo” de diez barriles de efedrina desnudó varios papelones, negocios sucios y una guerra abierta: la que libran la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y José Gómez Centurión, el director de Aduana que fue suspendido en el cargo, precisamente, por una denuncia operada por Bullrich. 

El caso se ventiló el jueves por la tarde, cuando la Policía Metropolitana anunció el “hallazgo” de unos 250 kilos de droga. El detalle: la droga estuvo depositada allí al menos desde 2011. “El ex jefe de la Aduana dio las pistas para hallar 10 barriles de efedrina”, tituló el viernes el diario Clarín, adjudicando el mérito absoluto a Gómez Centurión. Según ese relato, el ex carapintada se encontró con esas “pistas” de casualidad: mientras revisaba vieja correspondencia se encontró con un anónimo y dos planos donde se detallaba la ubicación de la efedrina. Tras su oportuno curioseo, Centurión llevó el sobre al juzgado de María Romilda Servini de Cubría, a cargo de una megacausa por contrabando de efedrina. Pero no fue ella quién lo recibió, sino el juez Luis Rodríguez, que justo subrogaba a su colega por dos días. 

La trama está llena de ese tipo de curiosas casualidades. Al subrogante Rodríguez, por caso, se lo vincula desde siempre al ex espía Antonio «Jaime» Stiuso, miembro ilustre de la “vieja Side” a la que Gómez Centurión le adjudica su infortunio. La ausente Servini tuvo como protegido al ex fiscal Eduardo Miragaya, hoy ladero de Silvia Majdalani en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). En su ronda de descargo mediático, Centurión contó que Miragaya lo había llamado para interceder por Jorge Andrés Pino, ex jefe de control aduanero de equipajes de Ezeiza, a quien Centurión quiso desplazar. El ex militar vinculó esa conversación con la denuncia que derivó en su suspensión. Y dijo algo más: “El cable de 220 que pisé fue el vínculo de la efedrina, tanto de los depósitos fiscales como de Ezeiza.”

El «hallazgo» de los barriles calzó justo con la estrategia de defensa de Centurión, que desde el primer día dijo ser víctima de una “operación” para sacarlo “del medio”. Y dejó mal parada a su denunciante, la ministra Bullrich, que enfureció con la tapa de Clarín. “Esto se sabía desde mayo, pero Centurión no lo denunció” arremetió la funcionaria, y plantó sospechas: “Es importante plantear las cosas como son: la Policía de Seguridad Aeroportuaria colaboró para realizar un descubrimiento y decírselo a la Aduana. No se puede ignorar todo esto y decir que esto es algo que nadie lo sabía, que es un descubrimiento”, se quejó Bullrich. Eso fue, precisamente, lo que dijo la tapa de Clarín, que como se hizo usual se las ingenió para acusar del asunto al kirchnerimo.  

Para reforzar la avanzada de su jefa, Seguridad difundió viejos listados donde la AFIP informaba que Aduana destruiría la droga. Esas listas se publicaron en mayo, en el Boletín Oficial. Ahora es Centurión quien deberá explicar por qué no destruyó esos barriles de efedrina que buscó usar como salvavidas. «