Cuando parecía que Elisa Carrió no bajaba los decibeles de la interna judicial dentro del gobierno y que continuaba su operativo contra el ministro de Justicia, Germán Garavano, la propia diputada retrocedió varios casilleros y anunció que «en aras de distender esta situación» va «a posponer por unos días la presentación del Juicio Político» que ya había elaborado la Coalición Cívica.

Esto sucedió unas horas después de que la diputada nacional, a escasos metros del presidente en un acto del Programa Argentina Exporta que se realizó este jueves gris en la Ballena Azul del Centro Cultural Kirchner, dijera: “Me voy a amigar con el presidente cuando me lo saque a Garavano”. Más tarde tuiteó: «Yo no le pedí ni le voy a pedir la renuncia del Ministro Garavano al Presidente. Lo que dije esta mañana fue una broma, no condiciono ni disputo autoridad».

No se trataba de la primera pelea entre ella y el funcionario del gobierno nacional. Carrió retomó su viejo embate ante el ministro Garavano hace unos días atrás cuando el funcionario cuestionó la fórmula actual muy utilizada en Comodoro Py respecto de las prisiones preventivas, que se conoce como la “doctrina Irurzun”. Garavano opinó en su oportunidad que no era bueno para un país tener ex presidentes detenidos. La diputada admitió que entendía esa formulación como una velada crítica oficial a la eventual detención de Cristina Kirchner, lo extendió al propio Mauricio Macri y arrancó con una campaña furiosa.

En su momento, cuestionó sin pelos en la lengua: “Estos dichos de Garavano son una vergüenza para la República y la división de poderes”. Y, en el mismo sentido, anunció que pedirá juicio político contra el ministro. Mediante una carta que difundió profusamente da a través de las redes sociales, sentenció que “una de las condiciones del acuerdo que construyó Cambiemos fue el fin de la corrupción y la impunidad para siempre (…) La República está sumamente herida por un sector del gobierno que por conveniencia política no desean verdad, justicia y condena. Esto no es negociable. Ni la República. Ni la impunidad. El Presidente lo sabe desde enero del 2015. No volvamos al pasado señor Presidente”.

Esta actitud de Carrió hacia al presidente fue muy criticada por Alejandro Finocchiaro, ministro de educación, quien había asegurado: «El Presidente desde el minuto uno de su mandato es el que lucha contra la impunidad, y nadie debe condicionar al Presidente de la República». Lo dijo junto a su par de Desarrollo Social, Carolina Stanley, quien agregó: «Nuestro espacio busca zanjar las diferencias de manera que la coalición se mantenga unida y así lo vamos a seguir buscando».

La bajada de tono de Carrió llegó un rato después de las declaraciones de los ministros.