El oficialismo y la oposición se cruzaron hoy en la sesión de la Cámara de Diputados bonaerense en la que se aprobó la expropiación para construir nuevas cárceles y alcaidías en los municipios de Lanús, Ezeiza, Tres de Febrero y Morón. Pero no fue, sin embargo, ese proyecto pedido por Axel Kicillof el que generó debate sino la vuelta de las clases presenciales a las escuelas del Conurbano y la vacunación.

Los cruces se generaron a raíz de una serie de proyectos presentados por la bancada de Juntos por el Cambio que no consiguieron quórum. Uno de ellos era un pedido de informes a la Dirección General de Cultura y Educación sobre las políticas públicas elaboradas para acompañar a los alumnos «desconectados» de la escuela durante la pandemia.

Al hacer uso de los 5 minutos reglamentarios para proyectos rechazados, la autora del proyecto, la diputada Laura Aprile (JxC) se refirió a la decisión de volver a las clases presenciales en el AMBA y denunció «discriminación» hacia los distritos del interior que están en fase 2 y que siguen con clases virtuales.

«En abril, el presidente (Alberto Fernández) suspendió las clases presenciales y, ahora, también de forma sorpresiva y sin un dato que avale autorizaron las clases en el Conurbano y no en el interior», criticó la legisladora y agregó: «A esta altura no se entiende si es discriminación o desconocimiento. Todos los estudiantes del interior tienen que recuperar las clases presenciales de manera urgente».

Aprile también recordó que el martes último el bloque opositor presentó un proyecto para que la directora general de Cultura y Educación, Agustina Vila, se haga presente en la Legislatura e informe las políticas que viene llevando adelante y cómo se toman las decisiones sobre la presencialidad.

«Vila no da precisiones, no le conocemos la voz, la gente no sabe quién es, nunca nos dio razones ni a los legisladores ni a los vecinos, es inadmisible su silencio. El gobernador tiene que dejar de hacer campaña política y dedicarse a vacunar. Ahora castiga a todos los chicos del interior. Todo en el gobierno de Kicillof es una contradicción. El problema no son las escuelas sino la mala gestión», disparó la diputada. Y tras remarcar que «las escuelas no contagian» parafraseó al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta: «El aula más peligrosa es el aula que está cerrada».

La respuesta llegó de boca del vicepresidente de la Cámara, Carlos «Cuto» Moreno. El diputado del Frente de Todos explicó cómo funciona el sistema de fases en la provincia y leyó detenidamente los datos sobre la vuelta a clases presenciales en los 40 distritos del AMBA y en otros 21 del interior. Toda la información estaba contenida en el séptimo informe de gestión presentado ayer por el jefe de Gabinete, Carlos Bianco, ante la Comisión Bicameral de seguimiento de las emergencias en el Senado.

«Primero, la presencialidad o no está pedida por los intendentes en un sistema de fases que se coordina con la Jefatura de Gabinete. En la fase 3 y 4 al día de hoy hay 61 distritos con presencialidad», precisó Moreno y detalló que eso implica «3,4 millones de alumnos con presencialidad, 10.923 escuelas con presencialidad, 350 mil docentes y auxiliares con presencialidad, con tapaboca, distanciamiento, ingresos escalonados y jornadas de 4 horas mínimo por día».

El legislador del oficialismo también sostuvo que «no se puede hablar de presencialidad si no hablamos de criterios médicos». Y agregó que el gobierno provincial compró «medidores de dióxido de carbono» para monitorear cómo está el aire en cada escuela y además el 69% de los docentes y no docentes inscriptos en toda la provincia ya fueron vacunados contra el coronavirus.

Ya para finalizar chicaneó a la bancada opositora. «Lo único que tendrían que haber hecho es leer el séptimo informe que se presentó ante la bicameral. Lean que los libros no muerden», les aconsejó y cerró: «Que algunos sectores de Cambiemos estén preocupados por la educación es como pensar que Drácula está preocupado por donar sangre».

El otro tema que también generó las quejas de Cambiemos fue el de las vacunas. El bloque opositor presentó dos proyectos que también fueron rechazados. Uno pedía la compra de vacunas Pfizer para aplicar a la población de menores de 18 años «por ser la única aprobada» para esa franja etaria. El otro proponía adelantar la designación de autoridades de mesa de las elecciones y garantizar así la vacunación de ese grupo.

El autor del primer proyecto, Mauricio Vivani, acusó al oficialismo de «politizar la vacuna» y «no tener empatía» con quienes tienen hijos menores de edad con comorbilidades. «Hagan un esfuerzo. No traigan para toda la población sino solo para esas personas que son menores de edad», dijo, y agregó: «No fueron capaces de ponerse en el lugar del otro para cubrir a los menores de edad que tienen riesgo. Somos muchos los padres, los abuelos, los tíos, en esa situación. Nos acusan a nosotros pero son ustedes los que politizan la vacuna».

No es el único proyecto sobre las vacunas Pfizer en la Legislatura. En el Senado, donde Juntos por el Cambio tiene mayoría, la bancada que preside Roberto Costa presentó una iniciativa para autorizar al gobernador Axel Kicillof a adquirir dosis de esa vacuna para los menores de 18 con enfermedades de base. Este proyecto seguramente será motivo de debate en la próxima sesión.