Este miércoles 9 de agosto se abre una nueva elección en la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), uno de los principales sindicatos a nivel nacional. En su representación porteña, Daniel Catalano busca repetir su designación como secretario general, de cara a lo que define como una fecha difícil por la cercanía con las primarias presidenciales, apenas cuatro días después.

Estarán habilitados 342.000 afiliadas y afiliados -según cifras propias, casi 50.000 más que en las elecciones pasadas y alrededor de 90.000 más que en 2015-, para elegir quiénes conducirán ATE en el período 2023/2027 a nivel nacional, en los 24 consejos directivos provinciales y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y en 188 seccionales. También se elegirán las conducciones  de 81 centros de jubilados.

En diálogo con Tiempo, «El Tano» Catalano señala los objetivos que comprende que el sindicalismo argentino debe asumir en un contexto de crecimiento de las derechas y sobre todo los discursos de recorte, represión a la protesta e individualismo.

-¿Con qué expectativas se encarga la elección en el sindicato?

-Lo que nos pasa a nosotros es que está muy mezclado en el marco de la elección nacional. La expectativa es la de ganar para estar al servicio de un proyecto político que necesite que los sindicatos estemos fuertes para la etapa que viene. Si no hubiera un gobierno popular, como ocurrió durante el macrismo, tenemos que estar fortalecidos para ser uno de los bastiones de resistencia. Ojalá no sea necesario y que gane nuestro proyecto político. Pero esta elección de ATE cae en un mal momento y nos obliga a pensar estructuralmente cómo ser parte del debate que hay hoy, que pasa por saber si va a haber o no un proceso democrático en Argentina.

-¿Qué opciones barajan hacia adentro del sindicato en función del resultado de las PASO?

-Nosotros no le vamos a dar indicaciones si tienen que votar a Sergio Massa o a Juan Grabois, sino que les decimos que lo importante es votar nuestro proyecto político para que esta elección sea un puntapié que permita dar en octubre el batacazo ganando en primera vuelta. Hacemos un planteo muy estructural respecto de qué es lo que te brindan Milei, Bullrich y Larreta, frente a lo que nosotros necesitamos dentro de nuestro espacio político.

Foto: Edgardo Gómez

-Más allá del oficialismo, hay un entorno político que habla de exterminio, de la cancelación del adversario y demás. ¿Cómo se piensa también en ese escenario?

-Sí, pero por eso nosotros no tenemos una opción que no sea la de bancar nuestro propio espacio político. Lo que le planteamos a nuestros compañeros es que el escenario que viene, sumado a que no hubo reforma judicial, lo que va a generar de haber un gobierno gorila es que los ministerios desaparezcan, que el 50% del Estado deje de funcionar. Pero no tiene que ser un planteo desde lo propio: la pregunta que hay que hacerse es qué te va a pasar a vos como ciudadano. Hoy lo que está pasando en Jujuy es el relato de lo que va a pasar también en todo el país. Va a haber una reforma constitucional, laboral, previsional, ya lo vienen adelantando. Ya que digan que va a desaparecer el Ministerio de la Mujer es una aberración a la que no se está dando la magnitud que debería. Tuvimos un intento de magnicidio y los responsables gozan de la impunidad de la Corte Suprema y de los tribunales, hay un diputado que fue parte del intento de asesinato de Cristina que no está siendo citado a declarar. Hay muchas preocupaciones porque es muy obsceno todo lo que te proponen por derecha. Y de este lado tenemos la urgencia de resolver el pago de la deuda externa para poder reorganizar la economía argentina y ver de qué manera nuestro pueblo tiene más posibilidades de tener una mejor calidad de vida.

-¿Qué rol político, qué valor en ese sentido más político le ves a los sindicatos más allá de ATE?

-Tenemos que ser hoy creadores de conciencia, laburar con toda nuestra base para ser claros con el mensaje que hay que transmitir. Uno no traslada votos: si vos decís ‘che, votá a Massa o votá a Grabois’, la gente no te da pelota. Pero si vos le planteás a los laburantes que hay candidatos que están planteando que se puedan vender pibes y legalizar el uso de armas, hay otro registro. Hay como una parte de la información que no llega a los sectores que eligen votar a la derecha. Creo que tanto la CGT como la CTA tenemos que cumplir ese rol de dar el debate fábrica por fábrica, escuela por escuela, hospital por hospital, oficina por oficina, y plantearle a nuestros compañeros qué es lo que puede suceder de ganar la derecha.

-¿Qué desafíos aparecen para ATE en esta elección y en lo que venga después?

-Queremos profundizar la discusión que tenemos en la Ciudad de Buenos Aires. Hace 16 años hay un proyecto político de derecha que tiene 20.000 empleados públicos monotributistas y el 75% de los 80.000 laburantes en la administración pública debajo de la línea de pobreza. Estamos obligados a ganar esta elección en el gremio para ponerlo en una situación en que puedas ir tensionando a la derecha. Si le va mal a nuestro candidato, tenemos que ser fuertes para pararnos frente a Lousteau o Jorge Macri. A nivel nacional, en los ministerios necesitamos ganar a la inflación, recuperar lo perdido durante el macrismo y lograr estabilidad, pilares de los cuales no estamos dispuestos a renunciar. Nuestros compañeros tienen dos y hasta tres trabajos porque los salarios de la administración pública son muy bajos para poder garantizar una planificación de tu vida. En paralelo, el Estado nacional está atado a los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional. Entonces también hay que romper con esas presiones porque los límites que te ponen cuando endeudás el país como lo hizo Macri y no Alberto, son límites fuertes cuando vos tenés que vencerlos.