A los 600 restos de personas desaparecidas en la última dictadura cívico militar que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) resguarda para lograr emparentarlos con una historia, una familia, con su identidad, se sumaron en el final del año pasado los esqueletos de otros seis individuos recuperados de los cementerios municipales de Chascomús y La Plata. Esa tarea se realizó en el marco de la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas (ILID), que en este 2022 cumple 15 años en el territorio bonaerense a través de su puesta en funcionamiento en coordinación con la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia de Buenos Aires. Ahora, el adn de esas personas deberá compararse con las muestras de familiares para determinar si pertenecen a víctimas del terrorismo de Estado. 

Los restos fueron exhumados el 5 de octubre de 2021 en el cementerio municipal de Chascomús y el 8, 9 y 10 de noviembre en el de La Plata. Esas recuperaciones fueron realizadas en conjunto por el EAAF y la Dirección de Investigación y Memoria del Archivo Provincial de la Memoria, dependiente de la Subsecretaría bonaerense.

“Se recuperaron restos correspondientes a seis individuos, uno recuperado en Chascomús y cinco en La Plata, que fueron trasladados al laboratorio del Equipo de Antropología Forense con el fin de iniciar los estudios tendientes a su identificación”, explicó Víctor Hugo “Beto” Díaz, director de Investigación y Memoria de la dependencia provincial.

“Estos trabajos los estamos realizando en el marco del convenio existente entre la Subsecretaría y el Equipo y son parte de la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas Desaparecidas. Por eso es importante que se conozcan, para que aquellas personas de La Plata o Chascomús que tengan familiares desaparecidos y no hayan ofrecido muestras se acerquen a brindar una gota de su sangre que pueda identificarlos”, completó el coordinador provincial de la ILID.

Las exhumaciones son el corolario de dos investigaciones diferentes que fueron realizadas por la Provincia en el caso de Chascomús y por el EAAF en La Plata. Y si bien el hecho de que los restos óseos efectivamente pertenezcan a desaparecidos aún está por determinarse, el trabajo de investigación previa llevó tanto al organismo provincial como al equipo a solicitar a la justicia autorización para recuperar esos esqueletos.

“Para poder identificar a las víctimas de desaparición forzada necesitamos, por un lado, encontrar sus restos y, por otro, que los familiares den muestras de sangre para que exista material genético para comparar”, explicó el antropólogo Miguel Saghessi, jefe de departamento del área de Investigación y Memoria provincial.

Los restos exhumados en Chascomús pertenecieron a una mujer joven asesinada a disparos en enero de 1979. Fue hallada por un vecino que hizo la denuncia. A partir de allí se inició un informe policial que dio paso a una causa judicial que no avanzó y jamás dio con la identidad de la víctima ni del victimario.  “El trabajo en Chascomús se realizó  a partir de que encontramos en el libro del Cementerio Municipal que había una mujer NN inhumada a comienzos de ese año. Empezamos a buscar y encontramos el acta de defunción y después en el archivo judicial, en el departamento judicial de Dolores, encontramos la causa por hallazgo del cadáver”, explicó Saghessi y completó: ”Nuestro trabajo es finalizar esas causas y llegar a la identidad de la víctima”.

Las exhumaciones de La Plata, a diferencia de la otra, se debieron a una investigación que viene realizando el EAAF. Esas recuperaciones surgieron a partir de una revisión final en el Cementerio Municipal de la capital bonaerense vinculada a la causa Alaye, que investigó los restos de víctimas del Terrorismo de Estado sepultadas como NN en ese camposanto en el período comprendido entre los años 1975-1983. Desde el Equipo remarcaron a Tiempo que se trata de una revisión de sepulturas que se encontraban por fuera de aquellas sobre las que en su momento la Cámara Federal había dispuesto una medida de no innovar, pero que por sus características podrían estar vinculadas con víctimas de la dictadura.

“Eran personas jóvenes, muertos por heridas de armas de fuego”, explicó el integrante del EAAF, Daniel Bustamante. “Como el cementerio tiene una necesidad importante de parcelas, hicimos una revisión de sepulturas que no provenían de hospitales ni neuropsiquiátricos y seleccionamos algunas para las que solicitamos a la Cámara la exhumación”, abundó.

Bustamante detalló que en La Plata “se recuperaron cinco sepulturas. Solo una no se pudo recuperar. Los restos se llevaron al laboratorio y luego se pidió la autorización a la Cámara para realizar la secuenciación genética”. “Lo importante es que no se generen falsas expectativas en los familiares de víctimas. Lo que realizamos fue una segunda revisión, pasar un tamiz más fino para descartar que se nos pueda haber pasado algo”, explicó el miembro del Equipo.

Si bien en ambos casos pueden no tratarse de víctimas del terrorismo de Estado, las características de los cadáveres al momento de su sepultura obligaron a descartar posibilidades. “No todos los NN son víctimas de desaparición forzada. Seleccionamos los casos en los que el perfíl indica que puede tratarse de una víctima del terrorismo de Estado, que en general son personas jóvenes, porque más del 80% de los desaparecidos de la dictadura eran personas de entre 15 y 35 años. Las causas de muerte son otro indicio: lo más común es la muerte por disparo de arma de fuego”, explicó Saghessi. Otro indicativo, como en el caso de La Plata, puede ser el hecho de que no se trate de cadáveres NN, sepultados en aquel momento, derivados de  hospitales y neuropsiquiátricos.

El EAAF y la Subsecretaría realizan un trabajo conjunto en las dos patas de la identificación de víctimas de desaparición forzada en la Provincia: las exhumaciones y la recolección de muestras de sangre de familiares. A principios de enero, Díaz entregó 11 muestras de sangre de recolectadas en  Olavarría, Zárate, Necochea y La Plata, completando en el último trimestre de 2021 casi medio centenar. Para esa tarea de recolección de muestras, la Subsecretaría coordina con el Ministerio de Salud para que las tomas de sangre en el marco de la ILID se realicen en los sectores de hemoterapia de los hospitales públicos provinciales.