Matías Lammens, el principal rival de Rodriguez Larreta para acceder a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, fue el primero en llegar al Canal de la Ciudad para el debate de candidatos. A falta de 90 minutos para el inicio ya estaba en la puerta del estudio dando notas a los periodistas que cubrían el evento. Sus seguidores también fueron los últimos en irse. Cuando tres horas después los candidatos se retiraban, en la puerta todavía lo esperaban un grupo de personas con fotos de Cristina Kirchner, Alberto Fernández y algunos carteles dirigidos al actual Jefe de Gobierno en protesta por el polémico traspaso del puerto de la Ciudad al gobierno porteño.

El presidente de San Lorenzo también se destacó por ser uno de los más rápidos en expresar sus ideas. Durante la primera mitad del debate concluyó sus presentaciones antes de que se cumplieran los 60 o 90 segundos disponibles para plantear propuestas, hacer preguntas o responderlas.

Otro dato curioso fue que Lammens y Gabriel Solano, el candidato del FIT, demostraron una afinidad mayor que los demás candidatos. Por casualidad coincidieron en el cuarto de maquillaje antes del inicio de la transmisión. Allí bromearon con las profesionales. Luego, en cada corte compartían comentarios y chistes, mientras sus rivales seguían aferrados al atril mirando al frente o estudiando sus papeles. Solano incluso tuvo que ser advertido por los técnicos del canal para que vuelva a su lugar antes del inicio de un bloque.

El Gran Hermano de Larreta

Durante el bloque destinado a hablar de Autonomía, Justicia y Seguridad, el Jefe de Gobierno hizo hincapié en la cantidad de cámaras que había instalado en la Ciudad. Dijo que había sido un éxito porque habían logrado detener a 1.600 delincuentes y que planeaba incluir 10 mil cámaras más. Entonces osó preguntarle a Solano si no le parecía una buena idea. El candidato del FIT, por el contrario, le respondió que se trataba de un récord internacional. “La Ciudad va a ser un Gran Hermano en el que se cercenan los derechos democráticos”, explicó. Y luego ató esa decisión con la de Patricia Bullrich de detener a personas en los trenes “por portación de cara”. Y se jactó de que “siendo socialistas, somos los únicos que defendemos las libertades de las personas”.

Minutos después Matías Tombolini, de Consenso Federal, bromeó con el formato elegido para el debate y dijo “parece un reality”. Lo dijo luego de que le cortaran su intervención para esperar que el segundero se detuviera, sonaran una campanas y se iniciara una nueva cuenta regresiva.

Como en casa

Rodriguez Larreta fue el último de los candidatos en llegar al Canal de la Ciudad. También fue el único en vestir de oscuro y en usar una remera para la transmisión, a diferencia de sus rivales que estaban en camisa. Pero la sensación de estar jugando de local fue mayor cuando logró que una de las maquilladoras vaya a su camarín a prepararlo antes de salir al aire, un privilegio que no tuvieron los candidatos que habiendo llegado con más tiempo tuvieron que cruzar todo el salón de periodistas y recibir el maquillaje a la vista de todas las cámaras.

Estudio colmado

Los principales candidatos de las cuatro fuerzas que competirán por los cargos electivos en la Ciudad de Buenos Aires se hicieron presentes en el Canal de la Ciudad para acompañar a sus compañeros que disputan la jefatura de gobierno. En el caso de Cambiemos, también se hicieron presentes varios funcionarios de la actual gestión. En el FIT, que colmó dos filas de asientos, Myriam Bregman fue una de las más entusiastas al repetir para todos los que quisieran oir que su partido había ganado el debate y que ella se quedó con ganas de debatir ya que su cargo (diputada nacional por CABA) no tenía previsto un debate obligatorio.