A 48 horas de que el juez Claudio Bonadio conmocionara al sistema político y a buena parte de la sociedad al procesar a la expresidenta y senadora Cristina Fernández, ordenar su prisión preventiva y pedir su desafuero bajo el cargo de «traición a la patria», el extitular de Interpol a nivel global (período 2000-2014), el estadounidense Ronald Noble, ratificó lo que ya había aclarado en enero de 2015, en una comunicación con el diario Página/12 que fue clave –en aquel momento vía mail- para que dos instancias de la Justicia Federal y el fiscal de Casación concluyeran en que la iniciativa de firmar un memorándum de entendimiento no había configurado el delito de encubrimiento y desestimaran, de ese modo, la denuncia de Alberto Nisman. “Ronald K. Noble no está enfermo y tampoco necesita inmunidad para decir la verdad, que es que Interpol nunca recibió la solicitud de remover las alertas rojas vinculadas a la AMIA”, subrayó el exsecretario general de la policía internacional bajo mandato de la ONU en lo que debe leerse como una fuerte desmentida al propio Bonadio.  

La intervención de Noble a través de su cuenta de Twitter (@RKNGlobal) consistió en una seguidilla de mensajes que se conocieron en horas del mediodía (siete horas más en la ciudad de Dubai, Emiratos Árabes Unidos, donde reside el estadounidense, un exfuncionario muy calificado que es profesor de leyes y que antes de desembarcar en Interpol supo dirigir el Servicio Secreto que vela por la seguridad de los mandatarios de EEUU. Hoy es consultor en ciberseguridad para el sector privado). La andanada de tuits de Noble siguió y su tono se endureció a lo largo de la tarde, hora argentina. Se descuenta que tendrán impacto entre los abogados, jueces, fiscales, periodistas y miembros del Poder Judicial que conocen y siguen con atención la causa por ‘traición a la patria’ que pesa sobre CFK, el excanciller Héctor Timerman –gravemente enfermo y con reclusión domiciliaria-, los detenidos Carlos Zannini y Luis D’Elía y otros imputados, también presos o procesados sin prisión preventiva. 

En uno de sus primeros tuits, Noble desacredita a Bonadio llamándolo en inglés biased judge (juez parcial). Si se toman todos sus comunicados como una serie (un ‘hilo’, en la jerga de Twitter), el extitular de Interpol acusa al juez Bonadio de estar al tanto de que las alertas rojas de AMIA no habían sido alteradas (“were unchanged”) por el memorándum; de “esconder la verdad al pueblo de Argentina”; de redactar “un informe político sesgado” y no una resolución judicial imparcial.  Además, Noble se plantea una serie de interrogantes que buscan dejar en evidencia a Bonadio desde el sentido común y la más simple lógica: “Por qué, si el juez Bonadio quería realmente localizar al exsecretario general de Interpol, no utilizó el mail, Twitter, Linkedin o Google?” “Si el juez Bonadio creía que Noble no era imparcial, entonces podría haber preguntado a Interpol directamente si el memorándum removía las alertas rojas de AMIA.” “¿Por qué el juez Bonadio no le preguntó al responsable legal de Interpol, un muy respetado juez francés (por Joel Stollier, juez francés, director de asuntos legales, NdR), si el memorándum invalidaba las alertas rojas?” 

El pronunciamiento de Noble es clave para evaluar la coherencia interna y la solidez jurídica -o la falta de ambas- de la resolución de 490 páginas firmada por Bonadio. Sucede que el juez, para justificar su hipótesis delictiva de que Argentina e Irán habían acordado dar de baja las alertas rojas que pesan sobre los ciudadanos iraníes imputados por el atentado, involucró al propio Noble en la supuesta maniobra. Según Bonadio, ese supuesto objetivo de consagrar la impunidad de los iraníes “nos lleva a dudar de la imparcialidad que tendría que tener Noble por su cargo de secretario general y que por su relación con Timerman prestó colaboración a los imputados para armar una puesta en escena ante la sociedad argentina”, acusó el magistrado apelando a una figura poco precisa (“nos lleva a dudar”) y con uso del verbo en condicional. En sus posteos de ayer, Noble también cuestionó al diario Clarín, que se hizo eco de esa especulación.

«Pollicita y Bonadio se las ingeniaron para no citarlo»

El juez Claudio Bonadio también basó su acusación al extitular de Interpol Roland Noble en una serie de mails intercambiados entre colaboradores del excanciller Héctor Timerman, de los que –aseguró– se desprendía que ambos mantenían una relación afectuosa. Otro elemento supuestamente sospechoso, según el juez, es que el fiscal Gerardo Pollicita quiso citarlo como testigo y para eso emitió un alerta azul, pero Interpol consideró que ese procedimiento no respetaba las facultades –e inmunidades– de un extitular del cuerpo. La paradoja es que los abogados defensores de CFK en esta causa, Alejandro Rúa y Graciana Peñafort, aportaron al expediente el correo electrónico personal de Noble para facilitar el contacto –o una eventual citación– por parte del Pollicita, pero no hubo un contacto a través de esa vía.

  En diálogo con Tiempo, Peñafort cuestionó en duros términos ese accionar particular de Pollicita: «Lo citaban pero sin citarlo», dijo. «Nosotros requerimos incansablemente que Pollicita llamara a declarar a Noble. ¿Qué hizo? En lugar de utilizar el mail mandó un alerta azul a Interpol y empezó un conflicto diplomático aún no resuelto, porque Interpol le decía: ‘mire, un exfuncionario de Interpol está alcanzado por las inmunidades diplomáticas, esta no es la manera de convocarlo’. En resumen, hicieron esto para que Noble no viniera a declarar. Porque ellos tenían el mail, y citarlo a declarar por mail tiene absoluta validez, más en el estado de instrucción, porque luego hay que reproducir la prueba en el juicio oral», puntualizó la abogada de Cristina. «Se las ingeniaron para aparecer como que lo citaban, pero sin citarlo. ¿Por qué? Porque con la declaración de Noble la tesis del encubrimiento se caía a añicos», los acusó Peñafort. «