A un año de la derrota en las PASO que marcó el final del gobierno de María Eugenia Vidal al frente de la Provincia de Buenos Aires, en Juntos por el Cambio comenzaron los movimientos internos para definir los liderazgos y las conveniencias que se pondrán en juego en las elecciones legislativas del año próximo. Sin la lapicera presidencial de Mauricio Macri como gran ordenador de las internas, y con dudas sobre la continuidad de las PASO, en los tres partidos que integran la alianza opositora emergen los posibles candidatos que podrían medirse en los comicios de medio término y las generales de 2023.

El último trimestre de 2020 asoma con un horizonte diferente a las incógnitas sobre el futuro de marzo, cuando comenzó la cuarentena. Los pronósticos de vacunación contra el Covid en la primera mitad del año próximo aportan un límite posible a la expansión de la pandemia. En las entrañas de cada fuerza política significan una fecha de largada para los armados preelectorales con el calendario ya en marcha.

En el despoder y luego de pasar un mes aislada por Covid, Vidal resuena como la mejor candidata para pelear la gobernación en 2023, pero en su entorno aseguran que tomará una definición a último momento, es decir, dentro de una eternidad. Para jugar el año próximo las incógnitas están abiertas, pero la exgobernadora «preferiría evitarlo», sostienen ante las preguntas de Tiempo.

Cuando Macri era presidente, la máxima estratégica que ordenaba las ambiciones electorales rezaba: «No hay 2019 sin 2017». Era un modo de señalar que las candidaturas ejecutivas se resolverían después de las necesidades legislativas de medio término y de la geografía electoral que marcaran las urnas. Ahora, en el interior ya hay varios dirigentes que buscarán una candidatura a senador en 2021 para reforzar la puntería en 2023.

Pero en la Provincia de Buenos Aires la repetición del axioma está por verse. Juntos por el Cambio ya cuenta con la posible candidatura de Elisa Carrió a diputada nacional el año que viene. «No se está hablando de cuestiones electorales. No está en la agenda y sólo se habla en los medios», contestaron cerca de la fundadora de la Coalición Cívica, que transita la cuarentena en su casa del partido bonaerense de Exaltación de la Cruz, donde tiene domicilio, el primer paso a la postulación. 

En el macrismo confirman el regreso de Carrió al ruedo. «Es una posibilidad que ella quiera ser candidata. Tiene ganas de seguir peleándose con Cristina y Kicillof es el fronting para hacerlo, aunque tendrá que hacer una campaña más mediática que territorial porque la Provincia es grande», confió un dirigente del partido que ya trabaja con esa hipótesis.

Por la UCR podría anotarse el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, que apunta a una interna abierta con sus competidores macristas y lilitos, aunque ahora está enfrascado en la renovación de su conducción partidaria, ante la finalización del mandato del ex vicegobernador provincial Daniel Salvador. Suena como sucesor el titular del interbloque de Cambiemos en la Cámara Baja provincial, Maximiliano Abad, que goza de una excelente relación con Vidal que lo respalda.

Dentro de la alianza opositora, la posible candidatura de Carrió tiene tanto impacto como la potencial suspensión de las PASO el año que viene por el impacto de la pandemia. La alternativa es analizada en cada partido, pero la Casa Rosada ya mandó tres señales en las últimas semanas para demostrar lo contrario. El Ministerio del Interior ratificó el calendario electoral vigente, el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, negó la posibilidad en el último informe que ofreció en Diputados. Y esta semana le transmitieron el mensaje a los principales interlocutores de cada partido.

La continuidad de las primarias genera tranquilidad en Cambiemos. Si el Ejecutivo sugiriera suspenderlas,  los tres socios de la alianza tendrían serias dificultades para contener las diferencias internas y correrían el riesgo de rupturas o cismas ante la postulación de Carrió. En la Ciudad tampoco descartan que el expresidente haga lo propio y busque una candidatura a diputado. «Si Macri y Carrió son candidatos, implica una radicalización para recostarse en los votantes más duros. Eso es un problema para nuestros intendentes, que saldrán a buscar otra cosa», evaluó una fuente del PRO que se identifica con el sector más moderado, que representan el extitular de la Cámara Baja, Emilio Monzó y el exministro del Interior, Rogelio Frigerio.

Monzó nunca ocultó sus intenciones de pelear por la gobernación bonaerense. La reconciliación con Vidal lo pone en un lugar expectante para acompañarla, aunque tiene que recorrer un largo camino para sumar recordación e instalación en el interior provincial. Parte de esas coincidencias deberán ponerse a prueba el año que viene, frente al intendente de Vicente López y titular bonaerense del PRO, Jorge Macri, que podría reclamar una candidatura a diputado en 2021 como paso previo a su postulación como gobernador provincial. El primo del fundador del PRO cuenta con el aval de sus pares macristas en el AMBA: Jorge Valenzuela, de Tres de Febrero; Néstor Grindetti, de Lanús; y Julio Garro, de La Plata.

Los cuatro forman parte de un espacio del PRO que se siente cada vez más lejos de la conducción partidaria, en manos de Patricia Bullrich. Eso no los deja necesariamente al lado de Vidal, aunque la conveniencia los acerque. Si hay PASO, podrán medirse las facciones internas de la alianza opositora, pero si son suspendidas, algunos podrían forzar una ruptura. «Quizás 2021 no es el momento, pero 2023 será clave para sumar otros espacios que nos permitan competir mejor, no alcanza con el núcleo duro y quizás haya que ir por caminos separados», aseguró a Tiempo uno de los impulsores de la ampliación del espacio que lidera Monzó. Apunta a aliados del peronismo, como Juan Manuel Urtubey o Florencio Randazzo, y al GEN de Margarita Stolbizer. «