Empleados de la vicepresidenta, Gabriela Michetti, en el Senado, aportan parte de sus salarios para la Fundación SUMA, que encabeza la número dos en la sucesión presidencial. Así lo reconocieron su ex asistente personal, su jefe de despacho en la presidencia de la Cámara Alta y su actual secretaria privada, al declarar como testigos ante el juez federal Ariel Lijo en la causa en la que se investiga el origen del dinero que le fue sustraído a Michetti de su casa la noche en que Cambiemos ganó el balotaje y Mauricio Macri se convirtió en presidente de la Nación.

Entre los aportantes a la Fundación SUMA figura María Elizabeth Conte Grand, la esposa del periodista Luis Majul, quien declaró haber trabajado con Michetti hasta febrero de este año.

“Tengo un debito mensual en favor de la Fundación, el monto es de quinientos pesos y creo que comencé a aportar a mediados de 2015 hasta la fecha, y es por medio de una tarjeta de crédito, creo que es la tarjeta Visa del Banco Superville, y el comprobante de eso lo tengo en el resumen”. El aporte es regular pese a que Conte Grand no tiene un empleo fijo desde que dejó de trabajar para Michetti.

“Actualmente no estoy en una actividad laboral plena, tampoco tengo ingresos mensuales asegurados. Soy cocinera y últimamente estuve proveyendo de pastelería y tortas en una feria, y desde principios de noviembre tengo que volver a proveer este servicio en una feria. Estoy ahora volviendo a desempeñarme como cocinera que era lo que hacía antes de comenzar a trabajar con Gabriela Michetti.

Conte Grand dijo ser “amiga” de la vicepresidenta, y precisó: “Desde fines de 2007 hasta fines de enero de 2016 trabajé como asistente personal de Gabriela Michetti en los lugares en los que ella desempeñó sus cargos”. Santiago Eduardo Riobó, “Jefe de Despacho en la Presidencia del Honorable Senado de la Nación”, es otro de los aportantes de SUMA.

“Desde principio de 2016 se me realizan débitos mensuales en la tarjeta Visa del Banco Patagonia, por la suma de ciento cincuenta pesos mensuales… tengo los comprobantes del débito”, dijo ante el juez Lijo. Por su parte, la kinesióloga y fisiatra María Alejandra Illia, “actualmente ejerciendo el cargo de Secretaria Privada de Marta Gabriela Michetti”, explicó ante la Justicia que “entre septiembre y diciembre de 2015” comenzó a aportar “mensualmente con la suma de quinientos pesos, por medio del débito automático en mi cuenta sueldo del Banco Nación, a través de la tarjeta VISA.

Eso está documentado en los resúmenes de la tarjeta Visa”. “Ese aporte mensual lo mantengo hasta el día de la fecha”, corroboró. Los aportes voluntarios a una fundación, una ONG o un partido político no constituyen delito alguno.

De hecho, la Cámara Federal porteña lo estableció claramente en un fallo de junio pasado, en el que cerró una causa contra el ex titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), Martín Sabbatella, quien estaba acusado de pedirles a sus empleados parte de sus salarios para que financiaran su fuerza política, el Partido Nuevo Encuentro.

Los camaristas Jorge Ballestero y Eduardo Freiler ratificaron un fallo del juez federal Sebastián Casanello para archivar la causa, por “inexistencia de delito”, ya que todos los testigos-aportantes dijeron que la entrega del dinero era “voluntaria”.