El Consejo de la Magistratura seleccionó a Pedro Federico Guillermo Hooft como uno de los tres candidatos para dirigir el Juzgado Federal número 1 de Mar del Plata. Esta decisión dejó de lado que el actual secretario del Juzgado número 3 de esa ciudad realizó una encendida defensa de su padre, el Juez Federal Pedro Cornelio Federico Hooft, durante un Jury que se le realizó en el año 2014 para que deje sus fueros y pueda ser investigado en una causa penal (N° 17274) por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura por su participación en la denominada “Noche de las corbatas”.

El juez hooft había asumido por decreto militar en 1976 y se ampara en su embestidura para evitar a la Justicia y dar respuestas sobre su participación en la desaparición y muerte de varios abogados laboralistas durante el Terrorismo de Estado. Con 76 años, el juez tiene edad suficiente para jubilarse pero permanece en el cargo como garantía de su impunidad.

En el nombre del padre

La defensa que Hooft hijo realizó hace unos años tuvo como condimentos maniobras oscuras, como la grabación clandestina que le hizo al Fiscal Kishimoto, que investigaba a su padre, y que derivó en una acusación hacia el Juez de la causa y el Consejo de la Magistratura por el supuesto armado para vincular a su padre con delitos del Terrorismo de Estado. Según el actual candidato al Consejo de la Magistratura, la motivación del juicio a su padre respondía a revanchismos orquestados por sectores del Kirchnerismo en colaboración con organismos de derechos humanos y la misma Secretaría de Derechos Humanos. Los delitos que se le imputan al padre, sin embargo, fueron denunciados en el año 1984 ante la CONADEP y figuran en varios juicios llevados adelante mucho antes de la aparición del Kirchnerismo en la escena política argentina.

También podés leer: A 40 años de la Noche de las Corbatas, el juez Hooft resiste en su sillón

Lo cierto es que las maniobras ilegales que utilizó Federico Hooft como abogado para tratar de desligar a su padre de los más de 120 delitos de lesa humanidad que se le imputan, son de hecho una llamada de alerta. Por eso los organismos de derechos humanos lo impugnaron ante el Consejo de la Magistratura y harán los mismo ante el Poder Ejecutivo e incluso ante el Senado si el nombre de Federico Hooft sigue como candidato para Juez de primera instancia.

El menos adecuado

Otro dato destacado es que Federico Hooft fue observado por los profesionales de la salud en un informe psicotécnico, que si bien lo admite como apto para candidato a Juez, aclara que tiene “escasa adecuación al perfil requerido”. Además el actual secretario de Juzgado objetó ya en su corta carrera a casi todo el sistema judicial que lo rodea, lo que indicaría que no podría armonizar la Justicia marplatense como es debido en caso de ser elegido para el cargo.

El dictamen que obtuvo la mayoría para incluirlo en una terna, que comparte con Roberto Boico y Julio Gonzalo Miranda, fue impulsado por el representante del Poder Ejecutivo en el Consejo, Juan Bautista Mahíques (hombre de Macri); los jueces Leónidas Moldes y Luis María Cabral; el presidente del Consejo, Miguel Piedecasas; los radicales Ángel Rozas y Mario Negri (que votaron en bloque); la referente de los abogados Adriana Donato (Gente de Derecho) y el académico Jorge Candis.

Si otro Hooft es elegido juez en Mar del Plata, la mayoría de las causas por delitos de lesa humanidad caerían en su Juzgado, lo que supone “un claro retroceso en el proceso de memoria, verdad y justicia”, como lo advirtió la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo en un comunicado. De la misma forma que “cayeron” en el juzgado de su padre hace más de 40 años los Habeas Corpus de los abogados laboralistas que aún hoy continúan desaparecidos. Todo demuestra que esta sería otra maniobra de algunos miembros de la familia judicial para perpetrarse en el poder y garantizar así la impunidad de ciertos sectores civiles y de la Justicia vinculados con lo peor de la historia de nuestro país.