El contrapunto entre el diputado Iñigo Errejón y el canciller español, Alfonso María Dastis Quecedo, marcó el punto más alto en el parlamento español en torno de la visita de Mauricio Macri a ese país.

Y el cierre del joven politólogo, uno de los fundadores de Podemos, fue el corolario de un debate en que precisamente se pusieron de manifiesto las dos visiones que sobre la relación con América latina sobrevuelan en la península: “A al pueblo argentino, a la mayoría que sufre el maltrato y que sufre los recortes de Macri le vamos a decir solo una cosa: aguanten, no aflojen que vamos a volver”. Dicho esto con los dedos en «v» en alto.

La respuesta de Dastis Quecedo fue en la misma línea aunque en dirección obviamente contraria: “Argentina vuelve a participar en la escena internacional y acepta y aporta una política que no tiene nada que ver con el populismo o el proteccionismo”. A lo que agregó que este cambio es una línea que celebran en el gobierno hispano porque es una lucha que comparten con las actuales autoridades argentinas «por participar en la cooperación internacional y por contribuir a la integración regional que tantos resultados nos ha dado en Europa y que podría dar los mismos en América latina si se ponen todos a ello”.

La discusión la abrió Errejón al plantear si la visita de presidente argentino era enfocada como relaciones que dependen de la “afinidad ideológica del Partido Popular” (el oficialismo español) con el PRO). La respuesta de compromiso (“enfocamos con optimismo y determinación aprovechar la potencialidad con la mayor comunidad española en el exterior”) dejó las cosas en caliente, por lo que Errejón volvió a la carga. El efusivo legislador “podemista” resaltó la coincidencia en potenciar las relaciones con Latinoamérica pero recordó que el mismo ministro había dicho en ese recinto al asumir su cargo, a fines del año pasado, que “los cambios políticos en Argentina y Brasil eran una oportunidad para estrechar lazos”.

Y puntualizó que en realidad en uno de esos países no se había producido un cambio político “sino un golpe institucional contra un gobierno democráticamente elegido”. Por lo cual insistió en si España va a tener una política exterior de país o de partido. La una, “reposiciona a España en términos geopolíticos para nosotros”, la otra “se ofrece al señor (Donald) Trump como chico de los recados”. Dicho esto, hizo una prolija exposición de las afinidades ideológicas entre el PRO y el PP que sin dudas aceitan la actual relación entre el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, y Macri.

Con el latiguillo de que el mandatario argentino “es de los suyos”, Errejón recordó que en un año, “el señor Macri” aplicó aumentos descomunales en los servicios públicos, en un año produjo 200 mil despidos “al mismo tiempo que salen los Papeles de Panamá”, y cuando aplica una política de que cuando hay más pobres, “en lugar de combatir la pobreza combaten a los pobres, por eso Milagro Sala lleva un año encarcelada”.

Podemos, las confluencias y otros sectores de izquierda se levantaron para recibir a Macri a su llegada al recinto, pero no aplaudieron su discurso y a su turno coincidieron en reclamar por la liberación de la dirigente jujeña. Podemos había pedido ante el Europarlamento por Milagro Sala explicaciones por la “arbitraria detención” de la líder de la organización Tupac. La diputada Irene Montero, del frente Unidos Podemos, fue más específica al presentarse ente el congreso con una camiseta donde expresaba su solidaridad con Sala.

Montero incluso dijo a los medios que otra de las razones para no asistir a los actor de homenaje, entre ellos la cena de gala con los Reyes, porque no quieren avalar con su presencia a un “presidente off shore” como califican a Macri por su aparición en la lista del estudio Mossack Fonseca, en caso Panama Papers que en España le costó el cargo en abril del año pasado a José Manuel Soria, ministro de Industria.