Al campeonato de Primera, el que no tiene fecha de regreso ni pantalla que lo televise, todavía le queda más de la mitad de camino. Faltan 16 fechas para que finalice y, como se estimaba en diciembre, todavía se desconoce quién trasmitirá el deporte en la pantalla chica. No hay acuerdo. Sí hay lobby. Hasta hace unos días, la sucesión del Fútbol para Todos (FpT) parecía ser un juego entre dos: Fox-Turner, la multinacional estadounidense que prefiere el gobierno, o la cadena deportiva ESPN. Había, además, algo en común entre ambas: ninguna quiere pagar los 3500 millones de pesos anuales, el monto que esperan los dirigentes. Pero apareció un nuevo interesado en los derechos televisivos. Es Consor, también de Estados Unidos, que acercó una oferta millonaria que causó sorpresa. «Llama la atención la diferencia», repiten los dirigentes.

Las versiones sobre el flamante oferente son encontradas. Los números son contundentes: supera la mejor de las propuestas escuchadas hasta ahora. Mejora incluso las expectativas de los dirigentes. La firma dedicada a la valirazación de la propiedad intelectual y las estrategias de licencia desembolsaría 5400 millones de pesos por año. El contrato sería por cinco años, con la opción para renover por otros cinco. Es lo que buscan los dirigentes.

Algunos medios señalaron que el ofrecimiento llegó del entorno de Armando Pérez. Otros dirigentes, sin embargo, cuentan otra historia. La llaman la oferta oculta: sostienen que el interés estaba hace tiempo pero el gobierno lo venía frenando. El objetivo era apalancar las posibilidades de Fox-Turner y ESPN. «Hay que ver las condiciones», señala Alberto Lecchi, presidente de Temperley, sobre la letra chica del eventual desembarco que se definirá con ofertas en sobres cerrados.
Para sellar cualquier acuerdo, sin embargo, falta resolver un pequeño detalle: la ruptura del vínculo con el gobierno, o sea, el FpT. Desde Balcarce 50 ya ni siquieran gastan saliva en posibles fechas para cancelar los 350 millones de pesos prometidos en diciembre y nunca girados.
«Primero lo económico y después lo político» es el lema que reúne al sector que pretende votar la rescisión del FpT y el nuevo contrato en una Asamblea lo más cercana posible. El Ascenso no pone reparos, sino más condiciones: definir todos los cambios y, además, elegir un presidente.