Hasta las 17.10 de este miércoles, Cristina Fernández de Kirchner y Victoria Villarruel no se conocían personalmente. El comienzo de la transición entre vicepresidenta saliente y electa comenzó a esa hora y se extendió hasta las 18, en un encuentro estrictamente protocolar que activó los mecanismos para el traspaso de mando de la presidencia de la Cámara Alta, el segundo lugar en la línea sucesoria. Sin embargo, no hubo foto entre ambas y tampoco registro fllmico del encuentro.

«Fue una charla amable, no nos conocíamos, pudimos conversar y pudimos conocernos. Hablamos de las cuestiones que tenemos por delante», explicó Villarruel poco después de las 18, cuando atendió a la prensa por la puerta de ingreso del Senado. Luego volvió sobre sus pasos y se fue por una salida alternativa. «HablaMos de las cuestiones que tenemos por delante. No hubo fotos, pero creo que la ciudadania tiene que quedarse sumanente tranquila porque vamos a llevar adelante desde la gestión saliente y la entrante una transición ordenada en el Poder Legislativo», aseguró Villarruel.

Le vice electa volverá al Senado la semana próxima para asistir a la jura de los senadores electos. Será la previa de su jura, que se concretará el 10 de diciembre, en la próxima Asamblea Legislativa, donde Javier Milei asumirá la Presidencia de la Nación de manos de Alberto Fernández y Villlarruel como vice, en reemplazo de CFK.

La vicepresidenta electa llegará a la conducción de la Cámara Alta acompañada por un bloque de 8 senadores, una cifra que la obligará a negociar con la oposición para alcanzar el quórum de 37 para sesionar. «Vamos a hablar con todos los espacios y vamos a trabajar intensamente en sacar las leyes para que el pueblo argentino pueda salir de esta situacion acuciante que estamos viviendo», remarcó. No quiso hablar de los cambios y las designacioines que prepara en los ministerios de Seguridad y Defensa. «Hoy la reunion y lo importante es la conversacion con la viceprtesidente de la nacion. No quiero quitarle centralidad porque es una reunión historica para todos los argentinos».

La trastienda

Detrás de la cordialidad hay un tema clave. Ya está allanado el camino para que Villarruel avance en la toma de posesión que finalizará en diez días, pero también falta definir al presidente provisional del Senado, que debe contar con el respaldo de la mayoría del cuerpo. El bloque de La Libertad Avanza recién tendrá presencia en el Senado a partir del 10 de diciembre y será una fuerza chica en comparación con los demás bloques. La primera minoría la mantendrá el panperonismo, que pasará de los 31 a 33 escaños, y la segunda seguirá en manos de Juntos por el Cambio, que quedará con 24.

«Es una potestad del presidente Milei», aseguró Villarruel, cuando le preguntaron por ese cargo. Está en la línea sucesoria y conduce la sesión ante la ausencia de la vicepresidenta. Como futuro oficialismo, en LLA consideran que les corresponde ese lugar, pero para eso necesitan los votos. Un sector del panperonismo desliza que podría negarse y reclamar ese lugar. El tema no estuvo en la mesa que compartieron Fernández de Kirchner y Villarruel, pero retumbó en los pasillos de la Cámara Alta.

El antecedente de 2001 que inquieta a Milei y a JxC

El amague que analiza el panperonismo en el Senado sucede un día después del debate que atraviesa al mismo sector en la Cámara Baja. Tal como contó Tiempo, hay una danza de nombres en torno al próximo titular de Diputados, donde el bloque del Frente de Todos continuará con la primera minoría. Ahora tiene 118 bancas y después del recambio quedará con 108. Esa pérdida de escaños no le quita poder de fuego al espacio. Seguirá siendo la primera oposición y con ese número podría negarse a respaldar al candidato que nomine Milei para presidir la Cámara Baja. Los nombres en danza van desde el titular del bloque PRO, Cristian Ritondo, hasta Florencio Randazzo, el excandidato a vice de Juan Schiaretti.

El bloque panperonista, que conduce Germán Martínez, aguarda que Milei y Villarruel definan un nombre y luego se expedirán. Es una perspectiva similar a la que se escuchó en el Senado después de la reunión entre ambas vicepresidentas. El interbloque del FdT en la Cámara Alta podría aguardar el nombre del candidato a presidente provisional y luego elegir un camino de acción distinto al que se espera institucionalmente.

Foto: Telam

Hay un antecedente muy recordado en estos días de transición. Se disparó luego del 6 de octubre de 2000, cuando el entonces vicepresidente Carlos «Chacho» Álvarez renunció al cargo ante el escándalo del pago de coimas en el Senado para aprobar la reforma laboral que impulsaba el entonces presidente de la Alianza, Fernando De la Rúa. La salida de Chacho fue llenada por el radical Mario Losada, pero duró solo un año. El 29 de noviembre de 2001, poco antes de la crisis que originó la renuncia de De la Rúa, el bloque del peronismo eligió al misionero Ramón Puerta como presidente provisional. La bancada de la Alianza se fue del recinto y denunció un «golpe institucional»

En Diputados pasó lo mismo diez días después. El 10 de diciembre de ese año el quilmeño Eduardo Camaño fue elegido como presidente del cuerpo y también quedó en la línea sucesoria. Tras la renuncia de De la Rúa, asumió Puerta que convocó a una Asamblea Legislativa y eligió a Adolfo Rodríguez Saá que renunció el 30 de diciembre de ese año y fue reemplazado por Camaño, por entonces al frente de la Cámara Baja. Fue el encargado de convocar a otra asamblea que designó a Eduardo Duhalde como presidente interino a partir del 2 de enero de 2002.

Hace 20 años que el peronismo no debate sobre la posibilidad de quedarse con la conducción del Congreso durante un gobierno de signo opuesto. El tema revivió en estas jornadas, pero como una forma de capitalizar la debilidad legislativa del presidente electo y abrir una nueva etapa de negociaciones. En Diputados gira en torno al próximo titular del cuerpo y en el Senado sobre el presidente provisional, que está inmediatamente después de la vicepresidenta. La decisión del panperonismo se conocerá cuando los nombres de los aspírantes sean definidos por el presidente electo.