El juez federal Sebastián Ramos rechazó apartarse de manera voluntaria de la investigación en la que está involucrado su amigo, el ex ministro de Seguridad y Justicia de la Ciudad de Buenos Aires Marcelo D’Alessandro por el viaje a escondidas de jueces y funcionarios porteños a la estancia del magnate británico Joe Lewis en Lago Escondido.

Tiempo informó dos semanas atrás que el fiscal federal Federico Delgado le había sugerido que recurriera a la “excusación” para aventar cualquier temor de parcialidad. Aquella invitación era una suerte de puente de plata para que Ramos diera elegantemente un paso al costado en un expediente en el que su imparcialidad aparece mancillada por la filtración de chats en los que aparecen intercambiando favores, incluso funcionales: inhumaciones exprés, otorgamiento de automóviles, afectuosos saludos familiares. 

“En cuanto a las observaciones formuladas respetuosamente por el Fiscal he de adelantar que no existen circunstancias ni hechos que puedan arrojar un manto de sospecha en torno a la imparcialidad de este magistrado, que aconsejen el apartamiento en el trámite de estas actuaciones”, reiteró Ramos.

Doblar la apuesta

En aquel dictamen, además de recomendarle al juez que se excusara de seguir interviniendo, el fiscal Delgado había pedido una serie de medidas concretas para avanzar en la investigación sobre el viaje del grupo autodenominado “Los Huemules”. Sebastián Ramos no sólo rechazó la excusación sino que no hizo lugar, al menos por ahora, a los pedidos del fiscal para avanzar con la pesquisa. 

Para rechazar la sugerencia de excusación, el juez buscó refugio en la Corte Suprema. El máximo tribunal, cuya credibilidad también está cuestionada, “ha sostenido que la necesidad de evitar la privación de justicia debe poner límites al deber de apartamiento que establecen las leyes para tutela de la imparcialidad de los magistrados”, señaló el juez Ramos. 

Sebastián Ramos Marcelo D'Alessandro
Las filtraciones de chats de Marcelo D’Alessandro, ex ministro de Seguridad de CABA, arrojaron una nutrida amistad con el juez Sebastián Ramos.

“Nuestro más alto Tribunal de la Nación ha dejado en claro que ‘la excusación por razones de decoro o delicadeza exige un especial cuidado en su ponderación, ya que solo quienes alegan hallarse en situación de violencia moral se encuentran en condiciones de calibrar hasta qué punto ello afecta su poder de decisión libre e independiente”. 

“Para su aceptación o rechazo debe valorarse también si existen o no en el caso elementos objetivos que permitan evaluar el riesgo que para las partes supone la actuación de quien se excusa”, respondió el juez al convite del fiscal Federico Delgado. 

Que un dictamen no arruine esta amistad

Para Ramos, su vínculo con Marcelo D’Alessandro no le impide ser imparcial para investigar a… Marcelo D’Alessandro. “Entiendo que no me encuentro abarcado por ningún impedimento moral y/o de otra índole que represente un riesgo para las partes e impida que continúe con mi labor judicial”, afirmó el juez.

En aquel artículo del 16 de abril, este medio había advertido que “pedir ‘decoro y delicadeza’ en algunos despachos de Comodoro Py es algo así como invitar a Drácula a tomar sol”.

Sebastián Ramos volvió a invocar a la Corte Suprema al explicar que la excusación “presupone el derecho que tiene el magistrado de apartarse del proceso frente a la existencia de un impedimento moral que lo afecta para juzgar con imparcialidad; en consecuencia, sólo él está en condiciones de valorar esa circunstancia resguardando su propia estimación como hombre y como juez ”.

Entonces, como juez de sí mismo, sostuvo: “Bajo los parámetros enunciados por la Corte y como producto de una valoración interna, es que entiendo que no me encuentro abarcado por ningún impedimento moral y/o de otra índole”.