La abogada Florencia Guijo reconoció ante el juez federal Alejo Ramos Padilla que cobró 30 mil pesos “en negro” de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) para explicarle a Leonardo Fariña “institutos jurídicos del derecho administrativo”, para que el financista tuviera una base teórica de lo que debía declarar como arrepentido para involucrar en causas judiciales a ex funcionarios del anterior gobierno, en especial Cristina Fernández de Kirchner.

Guijo reconoció que tuvo un único encuentro con Fariña, en una oficina céntrica en Lavalle, entre Uruguay y Paraná. Esa es una zona de repleta de estudios de abogados, entre ellos el de Franco Bindi, ex defensor de Fariña y llamado a indagatoria por Ramos Padilla.

Los últimos movimientos en el expediente que tramita en Dolores parecen confirmar que Fariña pudo haber sido guionado, pero por sus propios abogados. Bindi y Giselle Robles deberán dar explicaciones por ello.

La abogada Guijo declaró que no fue fácil instruir a Fariña. “Confundía conceptos permanentemente”. El principal era la “diferencia entre acopio y adelanto financiero (…) Este tema es el que más confunde Fariña. El dice que Néstor Kirchner modificó la Ley de obras pública, pero es falso. También Fariña decía que los anticipos financieros eran de hasta el 25%, algo que refiere no haber visto en su vida. Otros temas eran los trámites del expediente en mano”.

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Cuando el juez le preguntó si había cobrado por sus servicios a Fariña declaró que percibió 30 mil pesos “en mano” y que ello ocurrió en 2016, en una fecha coincidente con el proceso de arrepentimiento del ex marido de la modelo Karina Jelinek. “Cobré completamente en negro, no hubo contrato. Lo sentí como un favor que me pedían, y por el que me pagaron”.

No fue ese –según sostuvo- el único pago que percibió de los servicios de inteligencia. “Preguntada para que diga si le pagaron cuando realizó la estructura orgánica de la AFI, responde que cobró diez mil pesos, también en negro, sin obtener recibo de sueldo”.

La abogada es hoy funcionaria con grado de “analista superior en la Agencia de Planificación, que es un ente de planificación de obra, que tiene el control y concesión de obras de AySA”. Anteriormente recordó haber asesorado a la Misión Sueños Compartidos y a la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR), apenas fue creada por un fallo de la Corte Suprema de 2008.

“Yo no coacheé ni entrené a nadie, ya que únicamente me entrevisté dos horas con Fariña. Siempre mi aporte fue desde lo técnico, y se limitó a dos horas de entrevista con una persona que no tenía noción de lo que estaba diciendo, a quien le tenía que explicar como un niño cosas elementales como la manzana es roja”.

Ante la insistencia del juez, la abogada sostuvo: “el discurso de Fariña estaba armando en forma previa, a través de mails previos que no son de mi autoría. A Fariña lo instruyeron otras personas vía mail”.

“Fariña no sabía de lo que estaba hablando. Yo no tengo ninguna relación con las cosas que dijo Fariña en su ampliación de la indagatoria, ya que tienen errores jurídicos graves e información que yo desconozco. Fariña no sabía de lo que estaba hablando y lo sigo escuchando al día de hoy manifestar cuestiones que son incorrectas”.

Guijo explicó que su vinculación con la AFI se produjo a través del abogado Raúl Coppes. Ello será difícil de probar: Coppes murió hace aproximadamente un año. La abogada dijo que conocía a Bindi porque ambos habían trabajado en el Ministerio de Planificación, pero negó tener alguna relación con la abogada Robles.

Fariña negó rotundamente conocer a Guijo. Sin embargo la abogada insistió en describir esa reunión de dos horas, un intercambio de mails con una explicación sobre “cómo se desarrolla el circuito administrativo de un expediente” y recordó que “al final de la reunión bajaron todos juntos en el ascensor”.