El Tribunal Oral Federal 6 de la Ciudad de Buenos Aires condenó hoy a 15 años de prisión al marino retirado Adolfo Donda Tiguel como partícipe necesario de la apropiación de su sobrina, Victoria Donda, quien nació en el centro clandestino de detención de la ESMA durante el cautiverio de su madre, María Hilda Pérez,aún desaparecida. 

Los jueces Ricardo Basílico, María Gabriela López Iñiguez y Daniel Obligado declararon además que los hechos que abordaron en el juicio “corresponden a delitos de lesa humanidad implementados en el marco de una práctica sistemática y generalizada de sustracción, retención y ocultamiento de menores de edad en ocasión de secuestro, cauivero, desaparición o muerte de su madre”. Señalaron, además, que los delitos implicaron una forma específica de violencia de género, violencia contra las mujeres y parto deshumanizado. 

El defensor de Donda, Guillermo Fanego, no se pudo aguantar escuchar la condena y se levantó de su asiento mientras el presidente del TOF, Ricardo Basílico, leía el veredicto. 

La madre de Victoria estaba embarazada de cinco meses cuando fue secuestrada a fines de marzo de 1977 junto a su marido, José María Laureano Donda. Fue llevada primero a la Comisaría de Castelar y luego a la ESMA. Mientras estaba detenida, María Hilda dio a luz a su hija en agosto de 1977 y dos semanas después fue trasladada y aún permanece desaparecida, al igual que José.

Victoria fue inscripta como hija biológica por el prefecto Juan Antonio Azic, integrante del grupo de tareas de la ESMA junto a Adolfo Donda. Recién en 2004, 27 años después, logró recuperar su identidad gracias a la lucha de Abuelas de Plaza de Mayo. 

Como quedó claro a partir de los testimonios de sobrevivientes, Donda ya integraba el grupo de Tareas de la ESMA con el alias de “Palito” cuando la mamá de Victoria fue secuestrada y llevada a ese centro clandestino de detención.  

“Me consta haberlo visto a ‘Palito’ en la ESMA haciendo operativos. En octubre, noviembre, se arma la Pecera en Capucha y me llevan a hacer trabajo forzado y ahí lo vi a ‘Palito’. Y luego, a fines de enero o febrero del 78, me llevan a El Dorado, un sector de inteligencia y en ese lugar siniestro los vi a ‘Palito’ y a Piraña (alias de Juan Antonio Azic, apropiador de Victoria)”, señaló Lisandro Cubas. Contó además que se enteró por comentarios dentro de la ESMA que Donda era el cuñado de “Cori”, como la conocían a Hilda Pérez, y que le había prometido entregar la niña a la familia.

“En el año ‘78, Donda fue jefe de Operaciones. Sería subestimar a la Armada pensar que un jefe de Operaciones no tuvo un vínculo anterior. Se formaban antes y luego se les daban la posibilidad de ser jefes de operaciones. Un jefe de Operaciones ha dado muestras de confianza a sus superiores para serlo”, señaló Lidia Vieyra, quien asistió al parto de Victoria en la ‘sala de embarazadas’. 

Su participación en el Grupo de Tareas ya había sido abordada durante los juicios ESMA II y ESMA III – Unificada, en los que fue condenado a prisión perpetua por su rol en secuestros, tormentos, robos y desapariciones contra más de 200 víctimas. Cumple esa pena en el penal de Ezeiza.