Por fuera de las declaraciones y los actings del presidente Javier Milei, en la Argentina del territorio, del día a día, sigue agravándose la crisis social. Alta inflación, bajos salarios, recesión, golpean a diferentes sectores, y uno que salió a inicios de esta semana a elevar sus protestas es el de las y los trabajadores de la salud privada.

A pesar de la desrregulación oficial a las empresas de medicina prepaga en diciembre, y los aumentos insostenibles para los usuarios, los sueldos del personal de los centros privados no aumentan en consonancia. Y desde el gremio de la sanidad convocaron a un paro para esta semana.

Una postal de esta mañana fue recurrente en distintos puntos del AMBA, sobre todo en territorio porteño: reclamos de trabajadores en el Italiano, el Alemán, la Trinidad, el Finochieto. Todos lugares restringidos y reconocidos, donde para acceder hay que costear prepagas con valores que en un grupo familiar superan los 150.000 o los 200.000 pesos, y en jubilados pueden triplicarlo.

«Nuestros salarios han perdido dramáticamente su poder de compra y los empresarios del sector se niegan sistemáticamente a otorgar los aumentos que reclamamos desde hace meses. ¡No tienen vergüenza!», advirtieron desde la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA).

«Los empresarios deben asumir su responsabilidad y pagar salarios acordes a la importancia de la tarea que desempeñamos. No vamos a tolerar salarios congelados y sin aumentos desde el mes de marzo. No podemos seguir trabajando sin mejorar nuestros ingresos, todo tiene un límite. Hace tiempo que les advertimos que SIN SALARIOS NO HAY SALUD», enfatizó el gremio en un comunicado.

Las medidas comenzaron este lunes con asambleas informativas en todos los establecimientos del sector asistencial, que además de clínicas, sanatorios y hospitales, nuclea a geriátricos, laboratarios clínicos y rayos, emergencias médicas, internación domiciliaria, entre otros.

Y remarcaron cómo seguirá el plan de lucha esta semana:  «El miércoles 22 de mayo paramos 2 horas por turno, el jueves 23 de mayo paramos 3 horas por turno y el viernes 24 de mayo paramos cuatro horas por turno».

Una crisis que ya no se soporta

“La pérdida del poder adquisitivo entre los trabajadores de la sanidad ya no se soporta. Pasamos la pandemia sin reconocimiento y las patronales recibieron subsidios con los fondos jubilatorios nuestros. Ahora, cínicamente se niegan a otorgarnos el aumento que nos corresponde bajo pretexto de que ‘no pueden aumentar la prepaga a piacere’: son caraduras«, apuntó a Periodismo de Izquierda el degelado general del Italiano (La Bordó), César Latorre.

«Es real que el gobierno de Milei está produciendo un desastre, no solo a nivel general, sino en particular en el sistema de salud, pero eso no quita que los mercaderes de la salud nuevamente nos pongan de rehenes a las y los trabajadores para intentar sacar un beneficio que le permita mantener sus márgenes de ganancia”, acotó.

Y completó: “Si esta rebaja salarial fue posible, es porque nunca hubo un plan de acción por parte de la directiva de nuestro gremio, que firmó acuerdo tras acuerdo inconsulto por debajo de la inflación y en cuotas. A poco más de un mes y medio de vencida nuestra paritaria, la directiva del gremio saca un plan de lucha limitado que le sigue dando tiempo a las patronales. Aunque tardía, desde La Bordó tomaremos con todo el plan de lucha, actuando para que se profundice y no se quede a mitad de camino. Es clave la discusión sobre lo que se está solicitando. Desde nuestro lugar seguiremos planteando que es necesario pelear por un salario básico inicial igual a la canasta familiar con cláusula de ajuste automática mensual”.

En sitios como el Alemán o la Trinidad, de Galeno, las consignas se multiplicaban: «pongan la plata», «sin salario no hay salud», y algo más que está apareciendo con fuerza en el último tiempo: «basta de despidos».

También en Bahía Blanca

 La situación no es propia solo del AMBA. En Misiones el personal de salud se unió a los policías y docentes en reclamo por salarios; y en abril el epicentro fue Bahía Blanca, donde las y los trabajadores del sector privado avanzaron con diferentes medidas, desde retención de tareas hasta paros y movilizaciones.

Incluyó a los hospitales Privado del Sur, Español, Italiano y HAM, y recién a fines de abril llegaron a un principio de acuerdo después de semanas de reclamos, pero con indefinición a futuro, por los costos que se acrecientan.

«No negamos la necesidad de estos aumentos para el personal de la salud y reconocemos que, a pesar de la paritaria, los salarios siguen estando por debajo de la línea de pobreza. Pero la situación de los hospitales privados sigue siendo muy delicada», reconoció en ese momento el director del Hospital Privado del Sur, Oscar Arias.

Carlos Deguer, titular de la Asociación Médica de Bahía Blanca, declaró: «hay un deterioro del sistema de salud. A medida que se deterioran los salarios, se deterioran los sistemas de salud. La salud cuesta y cuesta mucho. Es un derecho, es real; pero con este contexto socioeconómico, no va a haber hospital que resista, ni público ni privado. El que no está tecleando, está ahí».

Otro distrito donde crecen las protestas del personal de salud es en Córdoba: este lunes al mediodía hubo reclamos en el Sanatorio Córdoba de la calle Dean Funes, y también una nutrida protesta en la puerta del Hospital Privado, donde el actual ministro de Salud del Gobierno provincial fue director. El jueves y viernes ATSA anunció paro por horas por turnos. Postales de una Argentina donde, a pesar de las escenas de histrionismo y agresiones teledirigidas del presidente adentro y afuera del país, la población atraviesa una crisis social en ascenso.