Pese al desfinanciamiento de la era Milei, la ciencia argentina sigue demostrando –como si hiciera falta– que cumple un rol clave para la sociedad. Y sus innovaciones trascienden fronteras. Para muestra basta un botón: un equipo del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez concluyó el primer estudio del mundo que prueba la eficacia de un tratamiento corto para evitar la transmisión del Chagas durante el embarazo. Un paso clave para disminuir el Chagas congénito, principal vía de contagio en el país.

El tratamiento para prevenir la transmisión vertical se basa en la administración de benznidazol o nifurtimox en pastillas (distribuidas por el Ministerio de Salud a través del Programa Nacional de Chagas). Hasta ahora, se sostenía la medicación durante 60 días. El nuevo estudio probó la eficacia de bajar ese tiempo a la mitad. “Acortar el tratamiento es fundamental –resaltó Guillermo Moscatelli, autor principal del trabajo y pediatra de planta del Hospital Gutiérrez–. El costo se achica y es muy importante la adherencia al tratamiento. No es lo mismo que te digan ‘tomá seis meses’ que ‘tomá un mes’ la medicación. Lo vas a cumplir mejor con uno. Y cuanto menor es la exposición a las medicaciones, hay menos evento adverso”.

De Argentina al mundo

La enfermedad de Chagas afecta a más de 6 millones de personas en todo el mundo. La gran mayoría en América Latina, donde cada año causa 10 mil muertes, según según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). “Trabajamos hace décadas en Chagas, pero en 2015 demostramos que tratando a la mujer en edad fértil antes de quedar embarazada se evitaba la transmisión de la enfermedad. En 2017 cambia la norma mundial y se agrega al tratamiento la mujer en edad fértil. Antes, solo era para pacientes pediátricos”, explicó Moscatelli a este medio.

Con el tiempo empezaron a trabajar sobre formulaciones pediátricas, que no existían: «Durante 40 años se trató a niños con pastillas de adultos. Hoy existe una formulación pediátrica de cada medicación por nuestros estudios. En el último, en 2020, aprovechamos para hacer tratamientos más cortos. De 30 días versus 60. Mostramos que con 30 días alcanza. En los últimos años se lograron muchas cosas. Bajar el tratamiento para pediátricos a 30 días, luego adultos a 30 días y también evitamos la transmisión congénita”.

Una vez más, la ciencia argentina dejó huellas. La recomendación de pasar del tratamiento de 60 a 30 días ya se incorporó a las Guías Latinoamericanas de Infecciones Congénitas y Perinatales de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica. Fue luego de que se publicara –el 22 de enero- el estudio realizado por el Gutiérrez y el Instituto Multidisciplinario de Investigaciones en Patologías Pediátricas–Conicet dentro del hospital, en la revista científica PLOS Neglected Tropical Diseases

“En nuestro país se tiene la imagen de la vinchuca al hablar de Chagas, pero la vía de transmisión más importante es la congénita. Está lleno de mujeres que, por ejemplo, viven en CABA y vienen de zonas endémicas con la enfermedad y tienen hijos con Chagas. La vinchuca está relativamente controlada con fumigaciones. Pero para controlar el Chagas (erradicar no existe, no se puede) más allá de fumigar, dar casas de material, etcétera, si no tratamos a niñas o mujeres de edad fértil va a seguir habiendo casos”, insistió el médico.

Sobre el futuro, enfatiza: ahora, a seguir haciendo estudios con menos dosis, con 15 días de tratamiento: «La importancia de seguir avanzando sobre el control congénito y de paso tratar a la mujer, que también va a tener impacto. Porque no es solo evitar hijos con Chagas, sino que esa persona no tenga a futuro una cardiopatía por Chagas”.

Desde el Gutiérrez, hospital pediátrico público y emblemático, se trabaja sobre esta patología con seguimientos a pacientes “de por vida” desde el Servicio de Parasitología y Chagas, a cargo de Jaime Altcheh. “Seguimos viendo a los pacientes de grandes. La única manera de dar respuesta es seguir estudiando. Si te trataste una vez en tu vida, ya está. Siempre y cuando no te reinfectes”, apuntó el especialista, y aclaró que “el único momento en que no se puede recibir el tratamiento es en el embarazo. Hay que tratarlo previamente”.

El Chagas es una infección provocada por el parásito Trypanosoma cruzi (T. cruzi). Se puede contraer a través de la picadura de vinchucas o cuando una persona gestante tiene Chagas y lo transmite en el embarazo o durante el parto. Suele desarrollarse sin síntomas, pero tres de cada diez personas con la infección desarrollan la enfermedad, que puede dañar corazón, sistema digestivo o nervioso.

Cada año nacen entre 1.200 y 1.300 bebés con Chagas con Chagas congénito. Sólo un tercio recibe diagnóstico. “De esos 400 que son diagnosticados, reciben tratamiento alrededor de 100 recién nacidos por año, una locura”, lamentó Moscatelli sobre la baja accesibilidad a un tratamiento que, aplicado en tiempo y forma, cura y previene la transmisión.

«Querer vaciar la ciencia es una locura total»

“La ciencia es fundamental. Querer vaciarla es una locura total”, apeló el médico Guillermo Moscatelli. “La gente se tiene que dar cuenta que la ciencia argentina trabaja con estándares muy altos y hay que defenderla. Porque es para ellos, para la gente. Lo que hacemos es medicina traslacional: todo lo que se investigación recae en el paciente. Trasladás los resultados a la población”.
Moscatelli opinó que “no existe que un país crezca sin ciencia propia”. En tiempos en los que desde el gobierno se prioriza la lógica de mercado, la ciencia genera «primero, lo más importante, para la salud de la población, y segundo, para el Estado genera un alivio económico”.
Por ejemplo, con en el Chagas, calificó de “abismal” la diferencia entre los costos que para el Estado representan cubrir el tratamiento respecto a los cuidados de un cardiópata con marcapasos.