A fines de la semana pasada trascendió que el presidente del Conicet, el especialista en clonación Daniel Salamone, dijo en un encuentro en Córdoba que las ciencias sociales podrían sufrir un desfinanciamiento mayor que el resto. En las últimas horas, la Red Argentina de Carreras de Sociología (RedSocio), que nuclea a espacios públicos y privados, emitió un comunicado contra el “ahogo presupuestario, el insulto y la censura a las ciencias sociales”, y advirtió que se trata de la “punta de lanza de un desfinanciamiento de las ciencias y la tecnología en general”.

El texto comienza con una frase de Juan Bautista Alberdi, tan citado por el presidente Javier Milei. “Tener libertad política y no tener libertad artística, filosófica, industrial, es tener libres los brazos y la cabeza encadenada”. Luego, un interrogante: “¿Qué hubiera dicho al enterarse de que, en su nombre, un gobierno utiliza el ahogo presupuestario, el insulto y la censura a las ciencias sociales como punta de lanza de un desfinanciamiento de las ciencias y la tecnología en general?”

La Red está conformada por carreras de Sociología de universidades públicas como la Universidad de Buenos Aires (UBA), la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) o la de La Plata (UNLP), y privadas como la del Salvador (USAL). En un contexto de embate no sólo presupuestario sino también ideológico contra las ciencias en general y las sociales en particular, decidieron pronunciarse de forma conjunta.

Ciencias sociales en el blanco

“La mayor parte de la producción científica del país se encuentra en crisis. Los dos organismos principales de la ciencia y la técnica en el país –el CONICET y la Agencia I + D +i– sufren el desmantelamiento de sus estructuras, mientras las universidades están en el nivel más bajo de financiamiento del que se tenga registro. En ese contexto resurgen anticuados planteos que ponen en duda la utilidad de las ciencias sociales, en supuesto favor de líneas que desarrollen temas tecnológicos, de transferencia y vinculación con el sector privado”, plantearon las direcciones de las carreras de Sociología.

“Desde la Red de Carreras de Sociología, sin embargo, no creemos que el gobierno actual prefiera unas ciencias sobre otras, sino que el ataque es fundamentalmente hacia la organización del Estado y de la sociedad y, por su rol en la articulación de ambos, hacia las ciencias sociales. Estas tienen un lugar estratégico en la medida en que son las que permiten conocer territorios y habitantes”, advirtieron. Y enfatizaron que “sin geógrafos/as no hay mapas, sin economistas no hay política económica, sin antropólogos/as no se entiende la diversidad cultural, sin sociólogos/as no se analizan las relaciones sociales”.

En medio de cuestionamientos al rol de las y los cientistas sociales, agregaron: “Tan mal no lo estamos haciendo: hace una semana el famoso ranking Scimago publicó que las ciencias sociales del CONICET ocupan el 1er lugar en Latinoamérica y en Iberoamérica y el décimo a nivel mundial, de un total de 1870 organismos de Ciencia y Tecnología”.

Basta de Batman

“Cualquier sociedad democrática que intente guiar sus destinos sobre la base del pluralismo y el respeto deberá, en primer lugar, conocer a los grupos y poblaciones que la componen, sus intereses, sus puntos de vista, sus vínculos y sus tensiones. Como sociólogos/as afirmamos que este conocimiento no proviene de la inspiración ni del capricho, sino de la elaboración crítica, fundamentada y rigurosa de datos. Esta permite, por ejemplo, construir índices sociales y económicos serios, evitando confundir un bot falso con una fuente fidedigna”, apuntaron en referencia al papelón que protagonizó el presidente Milei al celebrar un índice de precios creado por una cuenta que simulaba pertenecer a una cadena de supermercados en el marco de un ‘experimento social’.

“La ciencia no se escribe en 140 caracteres y la consistencia de un artículo no puede evaluarse leyendo solo su título”, resaltaron, ante críticas que siguen aludiendo a un artículo sobre “el ano de Batman”, que en realidad giraba en torno “archivos de odio y borramiento de las disidencias sexo-genéricas”, pero que nadie –o casi- se tomó el trabajo de leer.

“Excluir, estigmatizar, censurar son tal vez las acciones más alejadas de las ciencias sociales, de los idearios de libertad y del desarrollo de la nación. Las ciencias sociales seguiremos defendiendo el significado de libertad en relación al acceso al conocimiento, la inclusión y la convivencia social”, cerraron las y los representantes de gran parte de las carreras de Sociología públicas y privadas del país.

Contra el intento de acallar

“Las declaraciones que trascendieron del actual presidente del CONICET fueron, en efecto, el detonante para esta declaración conjunta pero hay que hacer notar que la oleada de discursos que apuntan a desprestigiar a las ciencias sociales y las humanidades no son nuevas y se vienen reproduciendo desde 2016, aunque se han agudizado en los últimos meses”, dijo a Tiempo Gabriel Liceaga, director de la carrera de Sociología en la Universidad Nacional de Cuyo (UNCUYO). “No obstante –agregó- la coyuntura actual signada por el desfinanciamiento del CONICET, la Agencia y las Universidades Nacionales nos indica que ya no se trata solamente de las ciencias sociales sino de la producción científica y educativa en general”.

El riesgo, alertó, va más allá del desfinanciamiento de casas de altos estudios y carreras en sí. Es un riesgo mayor, cuyos efectos no sólo perjudican a estudiantes y docentes de estas áreas en particular. “Cuestionar la validez de las ciencias sociales y las humanidades apunta a limitar la posibilidad de una crítica fundamentada acerca de la sociedad en la que vivimos, así como también de su transformación. Asimismo –advirtió Liceaga- con el ataque a aquellas se promueve la invisibilización de temas y problemáticas que resultan incómodas a quienes adscriben a una visión autoritaria e intolerante de la vida social. De esta forma, se intenta que temas como la desigualdad social y de género o la existencia de formas económicas y culturales no alineadas con la perspectiva política que anima al gobierno actual sean ocultados o considerados bajo una mirada única”.

Cuando falta una semana para la Marcha Federal Universitaria, convocada para el martes 23 y que se espera masiva, crece también la movilización estudiantil. Desde que comenzaron los reclamos por la asfixia a las universidades hubo diversos planteos sobre el nivel de participación –o no- de las y los estudiantes, calificado como dispar por docentes y directivos de distintas casas de altos estudios.

“Desde el inicio de nuestras actividades a principio de año sabíamos -por la resolución de prórroga del presupuesto de 2023 para 2024 por parte del Gobierno nacional- que teníamos que hacer un trabajo de socialización sobre lo que esto significaba para nuestras instituciones. Con el inicio de clases se han podido construir espacios de comunidad y debate que permitieron instalar el estado de la situación. Esto pudo hacerse satisfactoriamente en las últimas semanas por la participación de la comunidad universitaria”, señaló Rodrigo Salgado, director de la carrera de Sociología de la UBA.

“Sin embargo, considero que pensar que un o una estudiante de Sociología no entiende que lo que está en riesgo no sólo es su continuidad de formación en la carrera, sino también la continuidad de la educación pública superior es sumamente ingenuo. No estamos hablando de cualquier carrera, ni cualquier facultad. Son justamente nuestras disciplinas -las sociales- las que han sostenido históricamente que los argumentos del actual presidente son falaces, y sus resultados en términos de gestión atroces para nuestro pueblo”, remarcó Salgado. Y añadió: “En nuestras aulas por ejemplo, podemos saber que la Ciencia Económica es también una ciencia social, aunque el presidente lo considere otra cosa. En nuestras aulas se pueden identificar bien las diferencias entre la capacidad de comunicarse con perros muertos, un auto eléctrico, y la cuenta fake de Jumbobot y la pobreza real. En nuestras aulas, estamos seguros y seguras, estamos pensando en un verdadero futuro de emancipación (léase libertad) para nuestro pueblo”.