El papa Francisco llegó este viernes a Juba, Sudán del Sur, la segunda y última escala de su viaje por África que comenzó en la República Democrática del Congo (RDC), donde concretó una visita de tres días marcada por el fervor de los fieles católicos y los llamados a la paz y a acabar con la violencia.
El pontífice argentino llegó a las 14.45 (las 9,45 en la Argentina) a la capital sursudanesa, Juba, donde permanecerá 48 horas en las que intentará promover la paz y la reconciliación en el país más joven del mundo (se independizó de Sudán en 2011), que figura entre los más pobres del planeta y está devastado por una guerra civil.
Por la tarde pronunciará un primer discurso ante las autoridades y el cuerpo diplomático, y su llegada estuvo precedida por un ataque armado con al menos 21 personas muertas.
Ganaderos armados mataron ayer a 21 civiles en el condado de Kajo-Keji, en el sur del país, indicaron en un comunicado responsables locales, que condenaron el ataque, calificándolo de «masacre de civiles inocentes en un acto de venganza salvaje».
En busca de un proceso de pazEn Juba, la capital de este país devastado por la guerra, Francisco estará acompañado por los jefes de las Iglesias de Inglaterra y de Escocia, representantes de las otras dos confesiones cristianas de ese país de 12 millones de habitantes.
Los tres responsables religiosos se implicaron personalmente en el proceso de paz, pese a que los dirigentes hayan hecho oídos sordos a los llamados a la reconciliación.
Después de décadas de lucha con Sudán, y dos años después de su independencia, el país se sumió en 2013 en una guerra civil de cinco años en la que se enfrentaron los bandos de Salva Kiir y de Riek Mashar.
Cerca de 380.000 personas murieron en el conflicto, que dejó además millones de desplazados y una economía en ruinas.
A pesar del acuerdo de paz de 2018, la violencia perdura, atizada por las élites políticas.
La Iglesia llena un vacío en las zonas sin servicios gubernamentales y donde los trabajadores humanitarios suelen ser víctimas de ataques, cuando no mueren de forma violenta.
En 2019, Francisco, de 86 años, recibió a los dos enemigos en el Vaticano y se arrodilló para besarles los pies, suplicándoles que hicieran las paces.
Gran expectativa por la visita del PapaEl sumo pontífice, que llegará a las 15 locales (las 10 en la Argentina), realizará una visita de cortesía al presidente y a los vicepresidentes y pronunciará su primer discurso en el palacio presidencial, delante de las autoridades y el cuerpo diplomático.
Este sábado se reunirá con religiosos católicos y desplazados internos y celebrará una oración ecuménica. El domingo oficiará una misa.
Centenares de personas han llegado a Juba desde otras partes del país.
Unos sesenta jóvenes caminaron 400 kilómetros hasta la capital, predicando un mensaje de unidad en un país con más de 60 grupos étnicos.
«El mensaje que esperamos transmitir a la población es que no deberíamos ser más que un solo pueblo y hacer las paces», declaró a la AFP Tafisa Chol, una estudiante de 20 años.
Con motivo de la visita, fueron desplegados unos 5.000 policías y soldados adicionales y fue decretado feriado nacional.
Esta gira africana del Papa debía realizarse en julio de 2022 pero fue aplazada. Hasta ahora ha estado marcada por su llamamiento a terminar con las «crueles atrocidades» en el este de la República Democrática del Congo y con la corrupción.
El martes pasado, al iniciar su visita, denunció el «colonialismo económico», que impide a la RDC «beneficiarse suficientemente de sus inmensos recursos» naturales.
Se trata del cuadragésimo viaje internacional del jefe de la Iglesia Católica desde que fue elegido en 2013 y del tercero al África subsahariana.