La foto de familia que semanas atrás parecía ser el sello de la confluencia entre La Libertad Avanza y el PRO se oscureció. Las declaraciones de Mauricio Macri, quien esta semana acusó a los dirigentes que abandonaron su ala para subirse a la oleada libertaria de haber sido “comprados”, enfurecieron a la Casa Rosada, donde arremetieron sin piedad contra el ex mandatario. “Mauricio está perdido, por eso hace estas cosas”, se le escuchó decir a una voz cercana al presidente, que insistió en que no darán el brazo a torcer en su decisión de acordar uno a uno con figuras amarillas y no con todo el partido, como desea el calabrés.
En Balcarce 50 insisten en que el espacio del ex presidente tiene poco para ofrecer ante la aparente avanzada libertaria en la deseada Provincia de Buenos Aires. “El PRO gobierna hace 20 años la Ciudad, pero no tiene nada para ofrecer cruzando la General Paz”, dijo ante este medio una fuente al tanto de las negociaciones subterráneas con los macristas descontentos.
Para los armadores de Javier Milei, el partido nacional debe llegar a los comicios de octubre con la mayor cantidad de alfiles propios en cada uno de los 135 municipios y sellar alianzas con figuras trascendentales del PRO que acuerden alinearse sin chistar a la jefatura que ejerce Sebastián Pareja y sus cabecillas en los territorios. El modelo que citan como ejemplo es Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, que aceptó ceder su construcción en la Primera en pos de un posible acuerdo aún más favorable de cara al 2027.
Macri, ¡afuera!
Quienes lo conocen, afirman que Macri hará lo imposible para impedir que se concrete la diáspora que auspician desde el primer piso de la Casa Rosada. Por eso, en las últimas horas, el expresidente dejó trascender que tiene sobradas intenciones de reinaugurar el obsoleto Cambiemos y volver a reunir al sector del radicalismo que se plegó sin mayores condicionamientos a su aventura presidencial en 2015. «Tiene que haber vocación y voluntad política para un acuerdo institucional y un acuerdo de para qué. La lógica es que acordemos el PRO, La Libertad Avanza y un sector del radicalismo. Lo segundo es para qué y es para gobernar la provincia desde 2027», afirmó durante su visita a Mar del Plata.

A quinientos kilómetros se escuchó el portazo. Con la idea de sólo potenciar el sello libertario, en el gobierno dejaron trascender el rechazo innegociable de consolidar una coalición que aglomere a todos los sectores. “No hay chances”, dijo sin rodeos un habitué del presidente al ser consultado sobre esta posibilidad, al tiempo que reafirmó que la única voluntad del oficialismo es consolidar su espacio, incluyendo a los recién llegados pero sin que esto signifique una alianza partidaria.
Pese a mostrarse reacios a cerrar filas con los boina blanca, desde hace meses las conversaciones son más que fluidas. Esta semana, por caso, el senador nacional, Maximiliano Abad y el diputado provincial Diego Garciarena estuvieron reunidos por algunas horas con Santiago Caputo. De la cumbre secreta en Casa Rosada también participaron el diputado provincial, Agustín Romo, el secretario de Culto y Civilización, Nahuel Sotelo, alfiles del asesor en territorio bonaerense. Si bien las negociaciones aún son prematuras, no son pocas las voces libertarias que fantasean con un acuerdo que les permita hacer base en el interior de la Provincia, donde el radicalismo pisa fuerte.

La voluntad expresa del ex presidente de confluir en un gran espacio se dio en el marco de una conferencia de prensa que Macri brindó junto a Cristian Ritondo y Guillermo Montenegro. El jefe de la bancada amarilla en Diputados y el intendente de General Pueyrredón son los principales promotores de la congregación entre amarillos y violetas. Hace dos semanas, ambos compartieron una cena con Pareja, mano derecha de Karina Milei en PBA, donde se aventuraron a conseguir un acuerdo favorable para ambas partes, pero el enojo del calabrés los obligó a frenar la marcha.
La escalada de la tensión tomó tanta envergadura que el diputado se vio obligado a salir a poner paños fríos luego de los dardos venenosos que lanzó su -todavía- líder político, que volvió a atacar a Karina y Caputo. “Es necesario deponer cualquier actitud personal porque la Provincia necesita un compromiso con el cambio para terminar con el populismo que tanto mal le ha hecho”, dijo Ritondo en un cada vez más habitual tono componedor. Para el diputado la confluencia entre ambos espacios es casi una necesidad vital para evitar entregarle un triunfo al cada vez más acomodado peronismo en la madre de todas las batallas.
Por el momento, no están previstos nuevos encuentros entre ambas tribus, aunque el tramo final de la campaña porteña y el rol que adopten los Macri en la misma será determinante para trazar una nueva hoja de ruta. Lo que está claro es que la Casa Rosada no dejará que Mauricio se siente en la mesa.