La imagen de la Geneviève Jeanningros, una religiosa francesa amiga cercana al Papa Francisco y sobrina de Léonie Duquet, una de las monjas secuestradas y desaparecidas durante la última dictadura militar en Argentina, recorrió el mundo.
El viernes se la volvió a ver junto a otras dos personas que participaron de la despedida de uno de los pontífices más importantes en la historia de la Iglesia Católica. Esta vez, estaba acompañada por dos mujeres trans, que participaron de reuniones junto al Papa. La periodista Pamela Francescato, corresponsal de C5N dialogó con ellas, Marcela, de Uruguay y Laura de Paraguay.
“Nosotras somos en gran parte trabajadoras sexuales y en pandemia no teníamos cómo vivir. Él nos abrió las puertas, nos dio vacunas contra el Covid-19 a más de 50 chicas, nos ayudó con alimentos y económicamente para pagar nuestro alquiler y boletas. Un ser humano increíble, hoy tengo la tristeza de despedirlo, pero me quedará siempre la alegría de cómo fue con nosotras. Cómo abrió las puertas al mundo entero, su humanidad, su compasión, su humildad, quedará siempre en nuestro corazón”, dijo Marcela.
También contó que era habitual que fueran los miércoles junto a sor Geneviève a las audiencias. “Entrábamos directamente y la gente quedaba sorprendida porque éramos chicas trans al lado de él. La primera vez que lo encontré le agradecí. Yo vengo de una familia muy religiosa soy bautizada, tomé la comunión y le agradecí por haber recobrado la fe que había perdido tanto tiempo atrás. Y él me dijo ‘nunca pierdas la fe porque somos todos iguales ante los ojos de él’”, recordó Marcela.
Por su parte, Laura de Paraguay, cuenta que fue la primera persona transexual en sentarse a la mesa del Papa Francisco. “Era una persona muy humilde, muy sencilla. Me habló de las comidas típicas de mi país y dijo que las mujeres más bellas son de Paraguay, le gustaba mucho bromear”, recuerda. “
La relación de las mujeres trans fue a partir de Geneviève Jeanningros quien, cuentan las mujeres, “está sufriendo muchísimo” por la muerta del Papa. “Tenían una relación muy linda, los miércoles cuando veníamos a las audiencias apenas salía el Santo Padre la buscaba”, cuentan.
“La Iglesia siempre nos cerró la puerta y lo que él hizo revolucionó el mundo. Esperemos que el nuevo Papa que llegue siga sus pasos que no vuelva a la Iglesia para atrás, nos hizo sentir ser humanos, ser queridos, su calor humano fue muy especial para nosotras”, expresó Laura.
También contaron que tanto el Papa, como sor Genevieve y el párroco tuvieron el rechazo de una parte de la curia. “La gente murmuraba y nosotras nos dábamos cuenta. Nosotras vamos a la iglesia todos los domingos y esa gente que al inicio nos rechazaban un poco ahora nos ven, nos saludan como que somos parte de la iglesia”, coinciden.
El Jueves Santo de 2024 tanto Laura como Marcela participaron de la ceremonia de lavado de pies en manos del Papa. “Su muerte fue una noticia devastadora. Vamos a sentir un vacío, pero con la fe de que el nuevo Papa sea como él. Él revolucionó el mundo y nos hizo sentir vivas, fue un faro de esperanza para todas nosotras”, finalizaron las mujeres.