Bajar de un avión, hacer veinte pasos y estar en la selva es una experiencia posible en Puerto Iguazú, Misiones. Literal. El aeropuerto balconea junto a la selva y de allí en más será una media hora de pura exuberancia verde a un lado y al otro del camino que es de asfalto, la Ruta Nacional 101, que recorre parte del Parque Nacional Iguazú, donde están las cataratas. Se puede llegar a la ciudad, se puede ingresar directo al Parque o acceder un poquito más allá a una Reserva Yryapú que todos la conocen como “las seiscientas hectáreas” porque es espacio de selva protegida donde junto a dos comunidades guaraníes se construyeron un sinfín de pequeños Lodges donde se mantienen normas de calidad de sustentabilidad del bosque atlántico interior, tal como se denomina nuestra selva misionera. 

Claro que la selva es un mundo. Con calor, con frío, con lluvia o cielo despejado de noche o de día,  siempre, siempre es la exuberancia a la enésima potencia de esta naturaleza en estado puro.

Esta misma naturaleza dibuja 275 saltos de agua de entre 40 y 80 metros de altura y el diseño de las pasarelas, tren ecológico, Unimog transformados en carromatos abiertos para ver la selva y las navegadas  que llegan a la mismísima caída del agua con su golpe brutal generan adrenalina y sumergen al visitante en la naturaleza misma. 

El Parque Nacional Iguazú es el primer mundo. Además de los detalles de su infraestructura, destacan senderos diseñados para personas con problemas motrices a las que se les brindan sillas de ruedas especiales y también cuenta con cartelería en Braille. Un lugar ideal para sentir.

La selva, las cataratas, la historia y la cultura que revela el territorio misionero son claves para disfrutar este destino que abarca más de 67 mil hectáreas de área protegida que en un 60 por ciento es intangible, es decir nadie puede caminar por allí, y hay zonas dedicadas a la investigación para biólogos y científicos y tan sólo 24 hectáreas son las de uso público, con centros de interpretación, tren, vehículos, senderos y pasarelas al borde de las caídas de agua.

Lo más recomendable es comenzar de a poco, a pie, por los senderos en el curso inferior, el superior y al final, la famosa Garganta del Diablo. Lleve agua, ropa liviana, zapatillas cómodas y gorro, para cubrirse del sol y atento a la cartelería, no intervenga en el comportamiento de la fauna autóctona, monos,  Urracas o coatíes, son para mirar y dejar vivir en su ambiente. Los tendrá junto a usted, pero haga como si nada porque, al fin de cuentas son bichos silvestres y pueden defenderse. Hay carteles que lo advierten. Tan es así, que algunos de los bares para tomar un refrigerio, hoy lucen enrejados, parecen jaulas gigantes. 

Como destino en sí, es un lugar que se puede visitar todo el año. Y si antes de la pandemia hubo visitantes nacionales y extranjeros que en tan sólo dos días intentaban conocer las cataratas y se iban,  tras las aperturas turísticas en pandemia y estos últimos meses, la estadía se estiró y hoy los visitantes parecieran decir “ya que llegué, me quedo”. 

“Hasta diez días permanecen los turistas en Iguazú”, contó el presidente del Iguazú Turismo Ente Municipal (ITUREM) , Leopoldo Lucas a Tiempo de Viajes durante la última recorrida donde se pudo conocer en profundidad parte de las opciones de esta región del norte misionero donde el turismo rural y de naturaleza  se mixturan con la infusión nacional: el Mate. Porque aquí, además de conocer el “agua grande”, -tal el significado de Iguazú-, la Ruta de la Yerba Mate lo conducirá hasta la vecina localidad de Comandante Andresito con una fuerte historia de colonos y emprendedores, experiencia que se corona con un paso a paso por esta producción y la fábrica donde se seca la planta, se muele y se empaca la yerba de este nombre que integran los 200 socios de la cooperativa que hacen este producto multipremiado. 

En este caso, una jornada será exigente si quiera conocer esta Ruta de la Yerba porque la propuesta incluye visitas a las chacras donde se cultiva la yerba o donde se hacen los plantines y hasta se puede colaborar en mantener a la selva plantando un ejemplar que con gusto le mostrará Facundo Pedros y le contará todo lo que se trabaja para lograr que germine la planta, el tiempo y cuidados que contempla  y lo guiará por el corazón de su chacra. 

Lo mismo con Alberto Becker, que ofrece un recorrido a bordo de un carro original de un siglo que todos llaman “carro Polaco” tirado por un tractor y lo conducirá por la huella hecha en el campo durante un kilómetro para conocer parte de su chacra con las plantaciones de yerba y todas las especies que integran la selva. 

La Ruta de la Yerba Mate tiene una forma asociativa de cooperativa que integran los productores y hacedores de la yerba y el turismo en Comandante Andresito, de manera que hasta puede quedarse a dormir en la zona en alguno de los lodges.  

La Ruta de las Aves es la que le permitirá conocer en vivo en directo a las especies que pueblan la región, uno de sus mentores, el naturalista Hugo Cámara estuvo en la última Feria Internacional de Turismo (FIT2022) contando los detalles de la propuesta al tiempo que el propio Leopoldo Lucas la definió como “un producto VIP, muy buscado, que se realiza de manera personalizada, con otros horarios. Es un turismo que está creciendo en el mundo y lo estamos desarrollando en Misiones”, dijo.

“En 2022 ya recibimos más de un millón de visitantes en el Parque Nacional Iguazú en donde se inauguraron nuevos hoteles, restaurantes. Tenemos 100% la oferta operativa. Aparecen nuevas marcas a invertir en el destino como el Hard Rock Iguazú en el aeropuerto, el próximo año se inaugurará uno en la ciudad. También se comenzará la construcción de un Four Point by Sheraton, otra marca internacional que viene a enaltecer nuestro destino turístico”, contó. 

También hay otros atractivos de la provincia de Misiones que se pueden visitar haciendo base en Iguazú. Se pueden visitar los Saltos del Moconá, el Soberbio, las ruinas de Wanda, de San Ignacio. Además estamos unidos por los ríos Iguazú y Paraná con Brasil y Paraguay”.

La costanera de Puerto Iguazú se disfruta con luna o sin luna y hay un sinfín de propuestas gastronómicas. Selva, cataratas, paseos, excursiones en lancha por el río Iguazú, senderos, turismo rural, historia de la yerba mate y cultura guaraní. Todo en un viaje. De culto.

Más info

https://larutanatural.gob.ar/es/ruta/3/selva-misionera
El Parque Nacional Iguazú abre todos los días del año y con luna llena propone paseos especiales de
noche con reserva anticipada.
Desde 1200 pesos la tarifa para visitantes nacionales, menores de 5 años, jubilados y pensionados,
discapacitados, gratis. www.argentina.gob.ar/parquesnacionales/iguazu/tickets
#AndresitoExperience donde unos 12 emprendedores que representan a unas 50 familias asociados
en la Cooperativa de Turismo Kaá (Yerba de la selva)
www.rutadelayerbamate.org.ar
Visitiguazu.travel
www.iguazuturismo.gob.ar
Con 12 frecuencias diarias, desde Aerolíneas Argentinas hasta Jet Smart, tiene propuestas para viajar
a Puerto Iguazú que está conectado a una hora de vuelo del Norte del país, Mesopotamia, Cuyo,
Centro y Buenos Aires.