Milei vino a privatizarnos la vida. La cultura es esencial para conocer nuestra idiosincrasia y reconocernos como un mismo país. Poner valor al ingreso a los museos nacionales es interferir en el acceso a la cultura que, al igual que la Educación, es un derecho.

Según los primeros indicios, el Gobierno de Javier Milei implementará el cobro de entradas a los Museos nacionales con tarifas diferenciadas para residentes y extranjeros. La noticia se conoció horas previas a la asunción de las nuevas autoridades en la dirección de diferentes museos como el de la Manzana de las Luces, el Palais de Glace, la Casa Natal Sarmiento, el Palacio San José, la Casa del Bicentenario, el Decorativo y los museos Mitre y Malvinas.

Esta iniciativa va de la mano con la privatización del INCAA y el quite de subsidios a la cultura en general. El objetivo del modelo de país que nos propone Milei es desposeernos de nuestra historia y nuestra idiosincracia. Es borrar de un plumazo todo lo que nos identifica como argentinos y argentinas, pero va mucho más allá, quiere desarraigarnos de nuestra identidad latinoamericana. Sacarnos de nuestro eje identitario nos hace mucho más permeables a lo foráneo. Es un plan económico y cultural el que está llevando adelante.

La iniciativa del cobro de entrada a museos nacionales se dio a conocer en una entrevista realizada a la directora de Patrimonio Nacional, Liliana Barela, que afirmó a La Nación: “Habrá precios diferenciados entre extranjeros y residentes, y un día gratis para todos, como se hace en el resto del mundo”.

Por eso presentamos un Pedido de Informes en el Congreso donde indagamos sobre cuáles son los argumentos para el cobro de entradas y, entre otros puntos, que den precisiones por la designación a dedo de los nuevos directores de museos nacionales que asumirán este viernes.

No hay razón para comenzar a cobrar entradas a los museos. La muletilla electoral de Javier Milei en medio de la campaña, se rompió cuando en su gobierno comenzó a designar a funcionarios de tercera y cuarta con salarios que no bajan de un millón y medio de pesos.