Las reservas internacionales del Banco Central cayeron por debajo de los U$S 33.000 millones y están en los niveles mínimos de los últimos siete años. Según lo informó la propia entidad, el monto al cierre de la jornada del martes era de U$S 32.907 millones, cifra similar a la de octubre de 2016. El dato es provisorio y deberá esperar 72 horas hábiles para ser confirmado.

Entra más pero hay cada vez menos

Lo curioso es que la drástica caída de las reservas (estaban por encima de los 44.000 millones de dólares a comienzos de año) se está dando en un contexto en el que, con muchos esfuerzos y a fuerza de mayores ajustes al cepo cambiario, la entidad está obteniendo saldo positivo en sus intervenciones en el mercado oficial (MULC).

El último martes, aun pese a girar divisas para adelantar pagos por importación de energía, la entidad culminó con compras por U$S 14 millones y enhebró su decimotercera ronda consecutiva con resultado favorable. “El acumulado del mes supera por poco los U$S 196 millones de compras netas en el mercado”, señaló el operador de cambios Gustavo Quintana, que lleva adelante una pormenorizada estadística sobre el tema.

El Palacio de Hacienda resolvió activar el swap para el intercambio comercial con China.
Foto: Prensa Econimia

La disponibilidad según rubros

La paradoja de más compras y menos reservas se explica por en la variada cantidad de rubros que componen las reservas internacionales y el grado de indisponibilidad de muchos de ellos (que técnicamente son pasivos, porque están sujetos a devolución). Esto provoca la diferenciación entre reservas brutas y netas. Entre las primeras se encuentran, por ejemplo, los encajes que los bancos realizan para respaldar los depósitos en moneda extranjera de sus clientes, como también el intercambio de monedas (swap) con el Banco Popular de China. También están los depósitos del BIS (Banco Internacional de Pagos, que provee líneas de crédito a los bancos centrales de todo el mundo) y los DEG que gira el Fondo Monetario Internacional, entre otros conceptos.

Algunos de esos componentes han variado en los últimos tiempos. Los depósitos del sector privado en moneda extranjera, por caso, se redujeron en 595 millones de dólares en el último mes, según lo revela el Informe Monetario Diario del BCRA. Por lo tanto, los encajes también son menores. Lo mismo sucede con el swap con China: en la medida en que se fueron habilitando tramos para atender directamente en yuanes las importaciones de ese país, el monto global cayó.

Reservas netas en rojo

Esas salvedades no terminan de oxigenar las cuentas del Banco Central. La mayoría de los analistas creen que después de despejar todos esos pasivos, las reservas netas o de libre disponibilidad están en terreno negativo. La consultora Ecolatina estimó ese rojo en U$S 1.500 millones.

Desde ese centro de análisis también arriesgaron otro motivo para la caída de reservas: las intervenciones del Banco Central en el mercado secundario de bonos para evitar que se disparen las cotizaciones de los dólares bursátiles (MEP y CCL).

“¿Por qué caen las Reservas Internacionales Netas (RIN) si el BCRA logra compras netas en el MULC? Si bien estimamos que parte de esta merma responde a la utilización del swap de divisas con China, la principal canilla que explica la salida de divisas se encuentra en el rubro Otros (- U$S 600 millones entre el 5/5 y el 15/5), que comprende distintos tipos de operaciones, dentro de las que se destaca la utilización de reservas del BCRA en el mercado de los dólares financieros a fin de contener la brecha cambiaria”, destacó un reciente informe de la consultora.

El trabajo descartó los riesgos de que las RIN negativas hagan perder respaldo a los depósitos en dólares, ya que entre los encajes en el Banco Central y los billetes con que cuentan los bancos, el grado de cobertura ronda el 100%. Sin embargo, alertó sobre el estrés que la cuestión genera en el sistema financiero: “Cuando las RIN muestran profundas caídas o se ubican en terreno negativo (debido a las intervenciones del BCRA) comienzan a circular rumores que ponen en duda el respaldo de los depósitos privados en dólares”.