Referentes académicos e investigadores, así como entidades periodísticas, analizaron y criticaron la decisión del gobierno nacional de rodear con vallas y personal policial las sedes de la agencia nacional de noticias Télam y dar de baja su portal de noticias y enviar un mail en el cual dispensaron de trabajar por siete días a los más de 700 trabajadores de la empresa.

Por medio de X, el profesor e investigador del Conicet, de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Martín Becerra, analizó: “La mayoría de los clientes de la Agencia Télam son medios privados de todo el país. Los corresponsales de Télam, desplegados en todas las provincias argentinas, son un recurso informativo crítico en un contexto de ‘desertificación de medios”.

“La Agencia Télam es la segunda agencia noticiosa en importancia en idioma español, después de EFE. La Agencia EFE es también estatal, su accionista mayoritario es el estado español y depende del gobierno de España (por otro lado, muchas agencias de noticias privadas, en los países centrales, necesitan inyección presupuestaria estatal para existir”.

La conexión federal que brinda Télam es otro de los valores adicionales de su servicio informativo. “La Agencia Télam es la de mayor conexión informativa federal del país, sobre todo tras el cierre de la agencia DyN (privada, cuyos mayores accionistas eran Clarín y La Nación) en 2017. Cuenta con 28 corresponsales en todo el territorio nacional y 4 en el exterior”, recordó Becerra.

Otro aspecto insoslayable consiste en que, más allá de sus servicios a medios privados, Télam brinda información a la ciudadanía en general “de modo directo, público y gratuito, a través de su sitio web”, marcó el profesor e investigador.
“La toma de decisiones improvisadas y dogmáticas en los medios estatales –como la Agencia Télam- no sólo daña el acceso a la información de la ciudadanía, sino que además es gravosa e ineficiente en lo económico, por la parva de juicios que genera y que el Estado termina pagando”, evaluó, en un texto profundizado en su página web QUIPU.

Por su parte, el escritor y docente universitario Martín Kohan puso el foco en parte de las subjetividades que, sobre todo en redes sociales, se regodearon con el anuncio del cierre de Télam y la posibilidad de dejar sin su base de sustento a más de 700 familias.La crueldad está de moda. Está de moda ser cruel. Luce bien, cae bien. Vos podés discutir Télam. También podés discutir su eficiencia, cómo se compone, cómo administra, qué función cumple y hasta la necesidad de sostener o no una agencia. Y todos vamos a tener tal o cual posición. Lo que estás citando ya no es de esa índole: es el regodeo en el ensañamiento con el padecimiento ajeno. Eso es crueldad” marcó Kohan, consultado por Futuröck a raíz de un tweet de un funcionario nacional en ese sentido.

A su vez, desde el aspecto legal, el abogado constitucionalista Andrés Gil Domínguez aclaró en X: «La agencia nacional de noticias Télam es una sociedad del Estado (SE) regida por la ley 20.705 que en el artículo 5 exige para poder ser liquidada por parte del Poder Ejecutivo la previa autorización del Congreso mediante la sanción de una ley».


Impacto en la libertad de expresión


Cabe recordar que el Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) ratificó su postura “en favor de la existencia de medios públicos no gubernamentales, que apunten a respetar la libertad de expresión y el derecho a la información de los ciudadanos”.

“En un contexto de creciente desinformación, los medios públicos pueden y deben cumplir un rol determinante en la construcción de audiencias más críticas y mejor formadas, con inclusión y equilibrio de voces”, señalaron.

Desde la Red Argentina de Periodismo Científico (RADPC) coincidieron: “Repudiamos la decisión del Gobierno de cerrar la agencia Télam, que no solo atenta contra las fuentes de trabajo de cientos de profesionales calificados, sino que significa un grave ataque a la libertad de expresión en la Argentina que nos remite a las peores épocas de nuestra historia y está fuera de toda legalidad”.
La Sala de Periodistas de la Cámara de Diputados de la Nación, integrada por periodistas acreditados de medios gráficos, radiales y televisivos de todo el país, expresó “su absoluto repudio” al intento de cierre y advirtió: “El eventual cierre de esta agencia implicará un fuerte retroceso en el acceso a la información pública de millones de ciudadanos, un derecho fundamental en toda sociedad democrática”.

Por su parte, la Asociación de Periodistas de la Argentina (APeRA) reafirmó “la imperiosa necesidad de tener una agencia nacional pública para enfrentar a los monopolios informativos” y, de esa forma, “bregar por el derecho a la información que tiene el ciudadano”.

Estos son sólo algunos de los análisis y expresiones de respaldo a la continuidad de Télam y sus equipos de trabajo. Al cierra de esta nota, los apoyos continuaban multiplicándose.