Donald Trump trata de patear la pelota a la tribuna, pero en verdad se enfrenta a una conjura para evitar que cumpla con sus objetivos más ambiciosos en el plano internacional, pero puertas adentro de Estados Unidos tampoco las tiene fáciles. La ruptura con el tecno-oligarca Elon Musk se llevó todas las marcas esta semana, pero el ataque ucraniano a las bases aéreas de Largo Alcance en la Rusia profunda es una advertencia de la OTAN cuando al mismo tiempo se desarro-llaba otra ronda de diálogo entre representantes rusos y ucranianos en Estambul. La respuesta de Moscú, se adelanta, será de magnitud, pero por ahora Vladimir Putin maneja los tiempos y este sábado anunció que en cumplimiento de los primeros acuerdos en la ciudad turca está listo para entregar los cuerpos de 6000 soldados a Kiev, que le da largas a la recepción, se especula, porque el impacto de las imágenes de las bolsas -en este caso blancas- con los cadáveres.

La fuerte pelea entre Trump y el dueño de X, Tesla y Space X expone la honda grieta entre las élites gobernantes estadounidenses. Pero el enfoque del empresario inmobiliario sobre la guerra en Ucrania y el conflicto en el Medio Oriente extendido, también. El ataque con drones lanzados desde camiones que habían podido ser ubicados en cercanías de las bases de Olenya, en Múrmansk –a más de 2000 kilómetros de la frontera–, la de Ivanovo -a unos 800 km- y la de Diaghilev, a unos 520 km. La información ucraniana, en un tono triunfal, decía que habían sido destruidas unas 40 aeronaves, aunque la evidencia indica que serían una docena.

A la sorpresa inicial por la osadía, y el reconocimiento de que fue un operativo muy bien desarrollado, se sucedieron datos más precisos que destacan la peligrosidad de la aventura, dado que se trata de bases donde se alojan bombarderos con capacidad para transportar ojivas nucleares. Lo que según la última versión de la Doctrina Nuclear del país euroasiático, lo habilita a una respuesta también nuclear. El otro dato es que si no fuera por el apoyo tecnológico, logístico y de inteligencia de la OTAN no se podría haber llevado a cabo, de modo que podría ser considerado un ataque de la organización atlántica contra Rusia.

Uno más: las bases están declaradas y a la vista en virtud Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START), firmado en 2010 y extendido hasta febrero del año de 2026 y que obliga a los firmantes, EE UU y Rusia, a que esos dispositivos estén visibles a todo tipo de medios de verificación, ya sea satelital como inspecciones in situ. El cuarto dato es que según el New York Times la CIA también participó de esta maniobra, lo que despertó de inmediato otras alarmas. ¿Trump dio la orden? O peor aún, ¿estaba informado o, como se apuró a denunciar su exconsejero y el ideólogo de la ultraderecha internacional, Steve Bannon, es una maniobra de Europa que busca meter a Estados Unidos en la Tercera Guerra Mundial? Bannon tuvo tiempo para pedirle al presidente que detenga al senador Linsey Graham por “causar problemas” promoviendo el odio a Rusia y para reclamar que la Casa Blanca expropie las empresas de Musk. Graham es el mismo que pidió que hundieran la Flotilla de la Libertad que lleva ayuda humanitaria a Gaza. La burocracia de la CIA figura entre los enemigos de Trump desde su primera presidencia y ahora se juró formatear a la agencia de inteligencia.

Trump publicó a las pocas horas de la operación ucraniana en su red Truth que había tenido una conversación telefónica de una hora y cuarto con Putin. “Hablamos del ataque a los aviones rusos por Ucrania y de otros ataques que han estado llevando a cabo ambas partes. Fue una buena conversación, pero no una que conduzca a una paz inmediata”, concluyó, para afirmar luego algo que suena a obvio. Que Putin le dijo “con mucha firmeza” que va a tener que responder.

Al otro día, el mandatario publicó que había tenido una conversación de un “éxito” similar con su par chino, Xi Jinping. En este caso la charla dice que duró una hora y media, que abordaron detalles del reciente acuerdo comercial, que habrá un encuentro del secretario del Teroso, Scott Bessent, el de Comercio, Howard Lutnik y el embajador Jamieson con representantes chinos. En su posteo, Trump dice que el asunto de los productos de tierras raras es complejo. Luego se con-firmaría que la reunión será en Londres este lunes y que se reanudará en breve el suministro de esos elementos fundamentales entre otras cosas para la producción de aviones y misiles por sus propiedades magnéticas y conductoras. En el marco de la ofensiva arancelaria de Trump, China había suspendido las exportaciones en abril pasado.

A todo esto, los ataques ucranianos a las bases aéreas, a los que se sumaría uno al puente de Crimea, no hicieron que los representantes rusos se levantaran de la mesa de negociaciones en Estambul. No sólo eso, llegaron a un acuerdo para el intercambio de prisioneros y la devolución de cadáveres congelados para que los soldados caídos en combate tuvieran una ceremonia digna en su patria, como dijo el enviado de Moscú, Vladimir Medinski. En la ciudad turca quedaron expuestas las diferencias para un acuerdo de paz duradero, como pretende Moscú, que no quiere dar un paso atrás mientras sus cartas sean ganadoras en el campo de batalla, mas allá de esas operaciones en su propio territorio.

En el Salón Oval, en tanto, y como viene haciendo en este segundo gobierno, zamarreó al nuevo canciller alemán, Friedrich Merz, a quien le dijo que elogiaba el aumento del presupuesto militar, aunque con un toque provocador. “No creo que McArthur estaría contento, usted me entiende, por el rearme alemán”. El general Douglas McArthur comandó los ejércitos estadounidenses que terminaron con el poderío japonés y ocuparon el país tras el lanzamiento de dos bombas atómicas, hace 80 años. El rearme alemán es uno de los cucos que atronaron el Europa desde el fin de la primera guerra mundial y se convirtió en pesadilla con la llegada de Adolf Hitler al poder en 1933. “Pero ahora estamos todos del mismo lado”, parece la consigna que recalcó Trump. La guerra en Ucrania tenía como primer objetivo para Putin la “desnazificación”. En eso están trabados.  «

Amenaza a la Flotilla de la Libertad

Israel no permitirá que el buque humanitario Madleen, que se dirige a Gaza con 12 activistas a bordo, incluida la activista climática Greta Thunberg, pueda acercarse a la Franja de Gaza ni que pueda atracar, amenazaron las Fuerzas de Defensa de Israel. A finales de mayo, la eurodiputada francesa Rima Hassan había comunicado que, a pesar del bloqueo israelí, Thunberg planeaba sumarse a una misión humanitaria en la llamada Flotilla de la Libertad. El barco forma parte de la llamada Flotilla de la Libertad, que se propone entregar ayuda humanitaria a los habitantes de la franja. Según el Jerusalem Post, Tel Aviv tomó esta decisión para evitar que se rompa el bloqueo naval.

El Madleen llegaría a Gaza en aproximadamente una semana. La tripulación del buque denunció que había drones sobrevolando la nave y pidió protección a la comunidad internacional. Así lo dijo a Europa Press el activista español Sergio Toribio. «Las fuerzas de Israel no nos pueden detener, no tienen derecho sobre nosotros, y menos en aguas palestinas en las que no tienen más que un Ejército invasor», declaró Toribio.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, dijo que impedirían el paso de la embarcación cuando se encuentre a unas 100 millas náuticas (unos 185 kilómetros) de la costa, una situación que podría darse este lunes. A principios de mayo el Conscience recibió un ataque con drones cuando estaba a 14 millas (26 kilómetros) de Malta para recoger a voluntarios y activistas. Madleen es un velero de 18 metros bautizado en honor a una pescadora gazatí y partió el domingo desde el puerto italiano de Catania con 12 activistas a bordo, entre ellos Greta Thunberg, Hassan y varios periodistas.