Después de una larga temporada de duración en la Biblioteca Nacional, el ciclo Exhibición de atrocidades: festival de literatura extraña está llegando a su fin. Durante tres eventos, organizados por Editorial Marciana y Ciudad Ausente, distintos escritores y escritoras conversaron con el público sobre los imaginarios literarios del terror, la ciencia ficción y el fantástico.

 Ya pasaron por el ciclo Mariana Enriquez, Michel Nieva, Ricardo Romero y Lucila Grossman. Este viernes 1 de diciembre será el turno de Dolores Reyes y Kike Ferrari. Dialogarán en una entrevista pública coordinada por Florencia Canosa y Daniel Fernández, del colectivo Ciudad ausente y Editorial Marciana, respectivamente.

Vamos a estar charlando sobre literatura, cine, música y producciones que estén en el campo de lo extraño, asumiendo que en la escena actual de nuestra literatura hay un interés creciente en este tipo de imaginarios. Hace uno o dos años tal vez no era tan evidente, pero cada vez más se puede pensar a una serie de autores y autoras dentro de estos contornos. La idea es llevar la charla a problemas que plantean los escritores en sus obras y en sus lecturas y cómo están viendo ellos mismos los mapas de las ficciones que hay en Argentina y Latinoamérica”, dice a Tiempo Juan Mattio, quien además de ser autor del género, es uno de los organizadores del ciclo.

Juan Mattio
Foto: Prensa Fundación Medifé Filba

Esta tendencia en alza hacia la literatura extraña, dice Mattio, tiene que ver con “un clima de época”. “Vivimos en una época muy extraña, es una época que se rarificó con la pandemia, con la hipertecnología, con cuerpos intervenidos, con una concepción de lo monstruoso distinta a la que manejábamos en el siglo XX y una relación con lo espectral que también se modificó. Entonces, me parece que las literaturas extrañas pueden dar cuenta o están dando cuenta de todo ese resto social que se produce en el mundo contemporáneo, y tal vez por el momento -y sólo por el momento- hayan construido mejores herramientas para dar cuenta del presente que otro tipo de literatura”, afirma.

Mariana Enriquez
Foto: Marcelo Huici / Prensa Biblioteca Nacional

¿Por qué los monstruos que imaginamos hoy son distintos a los del pasado? “Desde el siglo XIX en adelante el monstruo se construyó como una figura amenazante para la ‘normalidad’. Es el caso del binomio sarmientino de civilización y barbarie, por ejemplo, donde el monstruo se construye como una figura del campo de la barbarie, que se puede llamar gaucho, se puede llamar indio, creencias populares, superstición… La civilización se defiende de eso. Y en la segunda mitad del siglo XX se empieza a mirar a esa figura con otro enfoque, pensando en ciertas alianzas que se pueden construir con lo monstruoso, con el campo de los monstruos, y esto me parece es un movimiento político”, explica el escritor.

Dolores Reyes
Foto: Télam

En el caso de los fantasmas, al caracterizarse como “un pasado que insiste”, es importante pensar cuál es el pasado que insiste en cada momento histórico. “En este momento, o desde la apertura democrática para acá, el fantasma que está presente es el de la dictadura o los espectros que generó la dictadura como gran trauma social, y que estamos todavía elaborando”, dice. Un caso ilustrativo son algunos cuentos de Mariana Enriquez como “Cuando hablábamos con los muertos” o “Chicos que faltan”.

Juan Sasturain
Foto: Edgardo Gómez

Festival de literatura extraña, elogio de la literatura de género

El hecho de que la literatura extraña haya llegado a la Biblioteca Nacional es un evento para celebrar. “La gestión de Juan Sasturain tuvo la generosidad de abrirnos las puertas para poder reunirnos ahí. Y el hecho de que la literatura extraña, que es una literatura que viene del cruce de géneros pulp, policial, fantástico, terror, ciencia ficción, llegue a la Biblioteca Nacional, con lo que implica históricamente esa institución, es super saludable porque implica una comprensión acerca de para dónde está yendo parte de nuestra literatura contemporánea”, apunta y continúa:

“Tradicionalmente, en el esquema del siglo XX, el campo tensiona entre literaturas más comerciales o de amplio público y una literatura más ligada al prestigio, con públicos más pequeños. Dentro de ese esquema, la Biblioteca Nacional ha estado más en el campo del prestigio que en el campo de las literaturas populares. Entonces, el hecho de que literaturas de este tipo, de amplio contacto con el público, ingresen a la Biblioteca muestra que ese viejo esquema está quedando obsoleto. De hecho, Juan Sasturain es un hombre de los géneros, es un hombre del policial, del comic, de las literaturas populares en un sentido amplio y es su director hace cuatro años, eso también habla de ciertos movimientos y ciertos quiebres de los sentidos más estáticos del campo literario. Esta tensión entre prestigio y literaturas de público amplio o literaturas populares, esa distinción va quedando cada vez más en desuso y empezamos a ver cómo textos muy experimentales, muy arriesgados formalmente aparecen en el campo de las literaturas populares y al mismo tiempo en eso que podemos pensar como literaturas miméticas, empieza por haber otro tipo de distinción”, explica el autor.

Kike Ferrari
Foto: Telam

En su anuncio sobre el festival, Editorial Marciana expresó que el ciclo “no pretende ser un ciclo de conferencias magistrales” sino “una fiesta de lo weird”. “Esto tiene que ver con que hay, por un lado, discursos tal vez más formales o académicos, y por el otro, una forma de entender la literatura que tiene que ver con la alegría del encuentro en un ambiente más distendido. Además, nuestra intención siempre fue pensar a la literatura desde la producción, juntarnos con lectores y lectoras que tuvieran ganas de escuchar a estos autores y que pudieran disfrutar de ese momento y sentir cierta empatía por los gustos ñoños, como el cine y la literatura de género”, concluye Mattio.

Con entrada libre y gratuita, la actividad tendrá lugar este viernes 1 de diciembre a las 18:30 horas en el Auditorio Jorge Luis Borges, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (Agüero 2502, CABA).