En el mes de la mujer, las diversidades y los Derechos Humanos, se inauguraron en el Centro Cultural Borges (CCB) cuatro exposiciones de carácter heterogéneo. Fotografías callejeras sobre la mujer, la ciudad y el tiempo; dibujos de la Línea Piensa; retratos de la maternidad y el puerperio; y una exposición programática de activismo gráfico son los vértices de una propuesta amplia, pero no arbitraria.

“No es casualidad que presentemos estas exposiciones en un mes tan especial”, dijo Ezequiel  Grimson, director del CCB. Algunas de las obras tienen de trasfondo la fuerza del arte para pensar problemáticas de género y también para salir de ellas.   

La fuerza domesticadora de lo pequeño

La escena varía, pero hay algo que permanece casi inalterable: una mujer cansada, con el pelo enmarañado, cuida a su bebé recién nacido. La artista plástica Fátima Pecci Carou realizó esta serie en pleno puerperio. Son obras autobiográficas que muestran los primeros pasos de la maternidad. “Es un testimonio pictórico de estos siete meses que transcurrí con mi hijo. La serie tiene esta cuestión de desmitificar y desromantizar el puerperio. Muestra lo que pasa con el cuerpo, con las tareas de cuidado, con la carrera del arte, y con la nueva materialidad que surge en el ámbito cotidiano y doméstico”, dijo Pecci Carou.

Foto: Camila Di Nardo

En la cocina, en el comedor, en un pedacito de la pared o en el cuarto del bebé, a las tres de la mañana o en pleno mediodía: ni bien Fátima encontraba un hueco, algún momento en el que su hijo pudiera conciliar el sueño, se ponía a pintar. Después de la maternidad los tiempos cambian, se comprimen, por eso las obras tienen algo de esa urgencia y del agotamiento. Hay cuadros que retratan a una mujer con ojeras y su nene entre los brazos en distintos espacios de la casa o en una escena más imaginaria pero también más explícita: ahogándose entre mamaderas, pañales y juguetes. 

Foto: Camila Di Nardo

También hay un espacio en la serie dedicado a la familia, a la contención de amigos y amigas, a toda esa red de cuidado que se convierte en sostén. “Sola no se puede maternar. Hay que tener amigas, amigas madres y también amigas rockeras que te saquen de casa”, dijo la artista, entre risas.

Las herramientas existen en los gestos de aquello que vuelven posible

“Dime qué color tienes y te diré a qué derechos accedes”, reza un cartel en la Sala Galería del CCB. “La venganza del malón en nuestras venas”, “La belleza está en las calles”, se lee alrededor. Estos carteles, que originalmente se crearon desde Identidad Marrón para participar de marchas, ahora inundan el museo. “Pensamos en hacer un gesto que sea también una herramienta política. En ese sentido, desbordamos la idea de efeméride y de muestra, lo que buscamos fue hacer un programa”, dijo Guillermina Mongan, curadora de esta exposición junto a Alicia Valente y Leticia Barbeito.

Además de esta exhibición en la galería de la que también participan dos colectivos más, habrá activaciones en la Sala Norah Borges, donde se realizará una jornada de reflexión, acciones performáticas y asambleas. La exposición se completa con una vidriera en movimiento sobre la calle Viamonte, que irá cambiando mes a mes, pero siempre en tensión con las vidrieras linderas de Galerías Pacífico, que tienen un destino más comercial.

Foto: Alicia Valente

Tres proyectos de diferentes procedencias son los protagonistas de la galería. Estas propuestas trabajan sobre la condición migrante, la construcción de identidades en los territorios y el antirrascismo. Hay en esta sala una exposición de CAPUT, un colectivo conformado por artistas de Chile; una propuesta de Identidad Marrón que explora las problemáticas a través de pancartas políticas; y una feria de Cooperativa Gráfica La Voz de la Mujer, emprendimiento de la Asamblea de Mujeres del MDT Lucha y Libertad Lugano.

Algunas de las producciones que se pueden comprar en el stand de la cooperativa involucran imágenes de las luchas feministas y los Derechos Humanos, en agendas y bordados. “Trabajamos con colectivos que piensan sus prácticas de la gráfica, no necesariamente desde cuestiones técnicas, sino más bien a través de formas de trabajar desde lo múltiple, desde lo colectivo, ¿qué es lo que hace que la gráfica tenga siempre esa matriz de estar compartiendo con otros? Esta pregunta está muy patente en los proyectos que forman parte de la exposición”, dijo Alicia Valente.

Reveladas

Parece verano, pero en algún callejón de la ciudad la lluvia sorprende a un grupo de mujeres. En otro rincón, con el cielo despejado, dos señoras caminan juntas de la mano. Sobre la ventana de un edificio viejo y derruido, una joven pone la ropa a secar. Las manos agrietadas de una abuela desenredan un hilo blanco. Detrás de la lente siempre está Marisa Bonzón para captar todas estas escenas cotidianas.

“En este contexto del 8M, mi manera de luchar es estar cerca de una mujer que es la del día a día, retratar eso. En ese recorrido está la mujer cotidiana, la mujer en el hogar, la mujer en la calle, la mujer desesperanzada, la mujer triste y la mujer tejiendo lazos con otras mujeres”, dijo la artista. 

fotografías
Foto: Marisa Bonzón

En un rincón de la exposición, sobre la pared, el libro Reveladas contiene más de 100 imágenes en blanco y negro. Es una compilación de fotografías sobre mujeres que la artista viene realizando desde el 2013. Para esta exposición homónima, se realizó una selección de 33 de esas imágenes. Y si bien la elección no fue fácil, el resultado muestra coordenadas específicas que direccionan el recorrido.

“Trabajamos con tres ejes que son la mujer, la ciudad y el tiempo. Todo el repertorio de Marisa Bonzón tiene que ver con fotos callejeras. Estuvimos muy atravesadas por una lectura que tenía que ver con el recorrido de la mujer en la ciudad y su geografía más cercana que es el cuerpo, y a partir de eso desplegamos un abanico de sensaciones y emociones. También surgieron fotos más íntimas que nos parecieron importantes en un contexto de mujeres: aparecen su mamá y su suegra, que es una madre de plaza de mayo”, dijo Pía Dalesson, curadora de la exposición, al tiempo que señalaba el retrato de dos mujeres con el pañuelo blanco atado a la cabeza. 

La persistencia del paisaje

Las artistas plásticas Adriana Gibello y Ana Perissé son las protagonistas de la exposición número 119 de la Línea Piensa, el legendario ciclo a cargo de Luis Felipe Noé y Eduardo Stupía destinado a una práctica artística poco difundida, el dibujo.

“Desde hace algunos años, la Línea Piensa exhibe muestras compartidas. Eso implica siempre la hipótesis de que hay una relación entre los artistas. La hay, pero puede no haberla. En este número sí la hay. Lo cual no significa que esa relación oculte la diversidad. Esta nueva modalidad de hacer muestras compartidas implica un interrogante acerca de cuánta relación hay entre los artistas involucrados o cuánta relación no habría», Dijo Eduardo Stupía en la inauguración de la exposición.

«En este caso, entre Adriana Gibello y Ana Perissé, hay semejanzas y diversidades, afinidades y contrapuntos, y muchas diferencias. Ellas son amigas, son colegas, son artistas que están apegadas a una relación con el dibujo, la pintura y los formatos de la actividad manual. Hago hincapié en esto porque en el momento presente hay muchísima heterogeneidad tecnológica. Ellas están emparentadas con el linaje de lo que se llamaban disciplinas tradicionales, y esto se ve», continuó.

También implica que el desarrollo conceptual siempre va a estar atravesado por las marcas de superficie, materiales, cromáticas, y de sensibilidad que implican los materiales y las herramientas de estas disciplinas llamadas tradicionales, que en este caso serían el dibujo y la pintura. Como la Línea Piensa es un ciclo de dibujo, yo recordaría esto que Yuyo Noé, el gran fundador del ciclo, sostiene: no hagamos ya tanta diferencia entre dibujo y pintura, y convengamos que hoy más que nunca las disciplinas se cruzan y los límites se borronean”, concluyó Stupía .

Con entrada libre y gratuita, las exposiciones pueden visitarse de miércoles a domingos hasta el sábado 27 de mayo en el Centro Cultural Borges (Viamonte 525, Capital Federal).