Cuatro referentes del jazz argentino actual acaban de formar Versus, la flamante agrupación que publicó su primer álbum, vs, que aúna la pulsión característica del género con una inteligente combinación de nuevas sonoridades.

Estas provienen de los teclados de Esteban Sehinkman (sintetizadores y piano Fender Rhodes) y, en especial, por el saxofonista Gustavo Musso (EWI –Electronic Wind Instrument). A ellos se suman Daniel Pipi Piazzolla en batería y Mariano Sívori en bajo eléctrico.

Integrantes  de diversos proyectos musicales (Sehinkman lidera desde hace 15 años su agrupación Pájaro de fuego y Musso, Piazzolla y Sívori son miembros de Escalandrum), en esta flamante obra transitan por una música en la que el azar controlado, característica distintiva del jazz, se canaliza en composiciones abordadas desde un óptica moderna, casi inclasificable, en la que conviven composiciones propias (“Song for David”, “Marrakech”, “Napa” y “El Dibu”) con clásicos del género como “On the sunny side of the Street” (Dorothy Fields/Jimmy McHugh), “Smile” (Charles Chaplin), “In a sentimental mood” (Duke Ellington), y una creación del argentino Guillermo Klein, “Va Román”.

El carácter con el que el cuarteto encara cada pista del álbum ofrece al oyente una experiencia en la que está presente la sorpresa, llevándolo a paisajes sonoros irreales y, por momentos oníricos. Prueba de esto es “Marrakech”, que traduce sonoramente la experiencia que Sehinkman recogió de sus vivencias en un viaje realizado a Marruecos.

Versus se presentará este martes 30 (también lo hará un martes de cada mes hasta fin de año) a las 22.45 en BeBop Club, Uriarte, 1658. CABA.

Si, como se suele afirmar, la música es un lenguaje universal, la propuesta sonora de Versus puede ser escuchada Here, there and anywhere (Aquí, allá y en todas partes).

Los integrantes de la flamante agrupación dialogaron con Tiempo sobre el flamante proyecto que los tiene como protagonistas.

-¿Cómo surgió el proyecto de Versus?

Gustavo Musso: – Durante la pandemia surgió con Esteban la idea de empezar a probar las posibilidades del EWI (Electronic Wind Instrument) con sus teclados. Estuve practicando mucho, ya que no es un instrumento de viento convencional.

– Es como una especie de sintetizador que se sopla…

G.M.: – …Es así, ya que no tiene llaves sino que tiene sensores y la sonoridad y la expresividad se obtiene de manera diferente que, por ejemplo, con un saxo y requiere necesariamente una reformulación técnica para el intérprete. Es decir que tuve un período de aprendizaje que coincidió con esa época de encierro. Lo contacté a Esteban y empecé a enviarle algunas melodías e ideas para que él empezara a trabajarlas desde lo armónico.

Esteban Sehinkman: – Empezamos con “Parker´s Mood” de Charlie Parker y nos sorprendió el resultado. Además no teníamos muchas referencias de cómo trabajar con los teclados y este instrumento al que tanto él como yo estábamos empezando a conocer. Por este motivo es que se nos abrió un panorama sonoro de mucha libertad, el cual aprovechamos. Asi que empezamos a trabajar en las composiciones de manera desprejuiciada y sin conceptos previos ya que, para nosotros dos, era un campo absolutamente novedoso.

– Cuando se piensa en el EWI la referencia más directa es la utilización que hacía Michael Brecker en Steps Ahead, que era una especie de Weather Report de los años 80.

E.S.: – Es lógico que así sea porque en aquella época él estaba colaborando con el desarrollo del instrumento. Igual siempre alternó con el saxo, pero su referencia es fundamental cuando se piensa en el instrumento.

Mariano Sívori: – En esa época Brecker lo usaba para darle otra coloratura a la música del grupo. Pensá que Mike Mainieri también alternaba el vibráfono convencional con uno que tenía MIDI (Musical Instrument Digital Interface), además de los teclados.

G.M.: – Empezamos a probar y grabar algunos temas, y nos fuimos entusiasmando y descubriendo nuevas sonoridades en las periferias del jazz.  Finalmente terminamos armando un disco que se llamó Mutable, que publicamos en 2021 y que, en cierto modo, es el antecesor de Versus.

E.S.: – El problema era que la percusión estaba grabada electrónicamente, por lo que se nos complicaba la posibilidad de tocar en vivo. No es interesante ver a dos músicos haciendo improvisaciones basadas en patterns de jazz con una base rítmica disparada desde una computadora. Así es que surgió la posibilidad de convocar a Pipi y a Mariano para poder tocar en vivo y, de paso, crear un proyecto nuevo.

Pipi Piazzolla: – Lo que pasa también es que básicamente somos “tocadores”. Los que hacemos jazz no podemos tocar lo mismo que ayer, o antes de ayer o antes de antes de ayer. Si no estaríamos haciendo otro tipo de música, pautada, escrita o como quieras llamarla. Lo que hacemos es jugar en cada presentación con lo que ocurre en cada momento. Esa es la esencia del jazz y es lo que nos motiva como músicos.

– ¿Cómo fue que vos y Mariano se integraron al trabajo que iniciaron Gustavo y Esteban?

P.P.: – Ya conocíamos el disco que habían grabado, y Gustavo estaba muy motivado por experimentar con el EWI. Por aquella época, con Escalandrum hicimos una gira que duró unos cincuenta días. Y él estaba practicando constantemente con su nuevo instrumento. En el grupo respetamos los gustos y las ideas de todos y no nos gusta forzar las cosas. Recuerdo que estábamos en Ecuador, en donde nos movilizábamos en una combi. Nico (Nicolás Guerschberg) es un fanático del sonido del piano acústico. Pero en uno de los viajes comentó que le gustaría tocar teclados eléctricos. ¡Imaginate la sorpresa de todos nosotros! Y pensamos que si él iba a tocar teclados, Gustavo podía sumar el EWI y Mariano podía tocar el bajo eléctrico. Y esta fue la semilla de nuestro acercamiento a la sonoridad que finalmente se ve reflejada en Versus.

-¿Fue un desafío la integración de la base rítmica a un proyecto que, en cierto modo, ya estaba asentado desde lo sonoro?

P.P.: – Siempre me gusta tocar con groove. Participé en varios grupos de funk como la Giusti Funk Corp, Fernández 4 o Pájaro de fuego, el grupo de Esteban. Me gusta la música de Headhunters, por ejemplo. Pero me interesa que no sea un ritmo estático, sino que tenga la soltura y la libertad que da eso que no se sabe qué es, pero que todos denominamos Groove. Y esto es lo que hacemos en Versus. Con Mariano nos sentimos muy cómodos con la convocatoria sobre todo por la libertad que tiene el grupo. Fijate que la consigna es “se toca pero no se ensaya”. Esto nos posibilita que cada presentación sea diferente y nos da un margen de libertad y frescura que se refleja en la música que hacemos. Nos brindamos la posibilidad de tocar música nueva y que nos motiva cada vez que nos presentamos en vivo. Tenés la sensación de que estás tocando algo que no tocaste nunca antes.

– “Esto lo estoy tocando mañana”, como dice Johnny Parker en El perseguidor de Julio Cortázar

P.P.: – Es así. Y la grabación del disco se dio así también. Habíamos salidos Campeones del Mundo y para celebrar, nos juntamos tres días después en el estudio de grabación de Esteban solo para tocar durante cuatro horas. Y cuando escuchamos lo que quedó registrado nos sorprendimos.

– Este disco representa solo una foto. ¿Ya están pensando o trabajando en el segundo?

M.S.: Ya tenemos material como para entrar a grabar un nuevo disco. Pero además estamos trabajando en el nuevo material de Escalandrum. Tendrá un sonido más eléctrico, si se quiere. Y en ese sentido Esteban fue una especie de consultor para la nueva sonoridad en la que estamos trabajando.

– Hay sonoridades que van cambiando con el tiempo. Desde el jazz-rock que surge con Miles Davis, pasando por Mahavishnu Orchestra, Return to Forever o Weather Report en los 70, la fusión de los 80, con Yellowjackets o el sonido del sello GRP o el smooth jazz de los 2000.

– ¿Con qué sonido se identifican con Versus?

G.M.: – Es difícil precisarlo porque estamos en constante movimiento. Creo que lo que hacemos no es un cambio para quedarnos en un mismo lugar. Me parece que nosotros, como muchos músicos de jazz en este caso, lo que queremos es seguir investigando, no solo por el mero hecho de “jugar” sino también por profundizar e investigar los límites a los que puede llegar cada uno. No es intención de renegar de lo que se hizo sino de tratar de buscar nuevos caminos para expresarnos con la música.

P.P.: Nuestro principal objetivo es siempre tratar de tocar mejor.