Más de 580 millones de personas en el mundo hablan en castellano. En su informe de 2019, la Rea Academia Española (RAE) relevó que la tecnología, la educación, los cambios sociales y el progreso fueron los factores que más influyeron en las palabras que se utilizaron con mayor frecuencia ese año. Es así que progreso, deporte, feminizar, constitución, confianza, estado (de bienestar), inteligencia (artificial), escuela, clima, autodeterminación y triunfo integraron la lista de los vocablos más utilizados.

En 2020, las cosas cambiaron y la pandemia dominó todo el campo semántico. Las palabras más utilizadas tienen que ver con el virus que puso en jaque al mundo entero. Cuarentena, pandemia, coronavirus, contagio, distanciamiento, mascarilla, teletrabajo, asintomático e incertidumbre integran la lista de los vocablos más frecuentes utilizados en este año.  

Por supuesto, las palabras elegidas por la RAE constituyen algo así como un “promedio lingüístico” que se constituye a partir de todos los países de habla hispana. Pero cada país, además, tiene sus particularidades. En la Argentina, por ejemplo, no se habla de mascarilla, sino de barbijo y si el muestreo hubiera incorporado más palabras, deberían figurar las palabras aborto, seguro, legal y gratuito en el listado de vocablos más frecuentes entre los argentinos.

Los vocablos seleccionados por la RAE aparecen en la Crónica de la lengua española 2020, que edita Espasa. Se trata de la primera publicación de las que piensa dar a conocer anualmente la institución para mostrar el trabajo que realiza la Asale, asociación que integra a todas las academia de la lengua castellana en el mundo.  

La publicación también incluye escritos académicos y de autores muy prestigiosos que han ganado el premio Nobel o el Cervantes. La lista está integrada por Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Octavio Paz y Sergio Ramírez. También incluye ensayos sobre cuestiones lingüísticas, textos y discursos históricos, y muestras de actividad literaria de los académicos. A esto se agregan ensayos, textos y discursos históricos que reflejan la actividad de la Academia, lo que termina por conformar un libro de 900 páginas.

En el momento de la presentación del texto que incluye las palabras que se utilizaron con más frecuencia en 2020, Santiago Muñoz Machado, directo de la RAE y presidente de la Asal, dijo: “Crónica de la lengua española es un libro inclinado, sobre todo, a la transparencia y la información, que la Real Academia Española publicará periódicamente al final de cada año. Su objetivo principal es dar a conocer los trabajos desarrollados por la institución y describir o explicar los problemas más relevantes que afectan a la unidad de nuestra lengua en el universo hispano hablante, exponer sus criterios sobre cómo abordarlos y enfrentar los cambios que experimenta nuestro idioma, tanto en cuanto al léxico como a la gramática, estimulando las reformas que convengan en la normativa establecida».

A diferencia de lo que hacen otras instituciones, la RAE no analiza el uso lingüístico de acuerdo con grupos etarios o que tienen otras especificidades como el género o el nivel social.

Por otra parte, la inclusión no abarca la totalidad del año. La Crónica de la Lengua española se publicó a fines de noviembre y no se puede precisar en qué momento exacto se cortó la inclusión de vocablos para poder integrarlos a la publicación. Seguramente, si el cierre se hiciera hoy, se incluirían también otras palabras como ola en relación con los rebrotes del virus que se está dando en este momento. 

Por su parte, el Diccionario de la Real Academia 2020 incorpora otras novedades –unas 2500- que no necesariamente están ligadas a la pandemia. Tal es el caso de trol, trolear, finde y fascistoide. Del mismo modo, incluye nuevas acepciones para vocablos de uso tan difundido como democracia que hoy incluye ‘de forma compleja’, ‘orgánica’, ‘representativa’ o ‘popular’. Curiosamente, ha incorporado también el término provida al que define como el individuo que «se opone al aborto inducido, a la investigación con embriones humanos y a la eutanasia». 

Es cierto que el diccionario incorpora términos en razón de su uso frecuente y difundido, pero no es menos cierto que esta definición pertenece solo a un grupo y da por sentado que todos aquellos que están a favor de la despenalización del aborto para evitar la gran mortalidad de mujeres que realizan abortos de manera clandestina y sin las condiciones de sanidad necesarias, no están a favor de la vida. Ya en 2018 la escritora Claudia Piñeiro había dicho en su discurso preliminar a las discusiones sobre el tema en Diputados que “los que están en contra del aborto dicen que son ´provida’ y dejan a todos los que están a favor en el lugar de la muerte o del asesinato.” Si un extranjero consultara esta edición del diccionario de la RAE pensaría que el término es utilizado por la totalidad de la población con el mismo sentido, lo que, obviamente, sería una conclusión errónea.