En tiempos de crisis, por suerte, hay gente que desafía las dificultades con propuestas creativas. Este es el caso de Nora Lía Sormani  y Guillermina Marino que en 2019, en un momento muy crítico del sector, fundaron Jacarandá Editoras, una editorial de libros dedicados a chicos y adolescentes.

Sormani, licenciada en Letras por la Universidad de Buenos Aires, tiene una larga y destacada trayectoria en literatura y el teatro para niños, niñas y jóvenes. Durante su carrera, dos seminarios de literatura infantil con Lidia Blanco la decidieron a dedicarse a esa especialidad y, una vez recibida, continuó con su formación en el área. “Estuve muy próxima a Graciela Montes y a Graciela Cabal –dice- y me quedé para siempre allí, en la literatura infantojuvenil”.  Un poco más tarde se interesó también por el teatro pensado para los mismos destinatarios. Comenzó a escribir sobre el tema en diversos medios y en las columnas para la revista Ser padres hoy tuvo la oportunidad de ampliar la temática referida a los más chicos a otras áreas como el cine, los paseos y diversos aspectos ligados al mundo infantil. Ha recibido múltiples premios y es jurados de diversos concursos. Hoy es un referente indiscutido de la literatura y el teatro dedicado chicos y adolescentes.

“Yo tenía un fuerte deseo de hacer libros desde el punto de vista técnico” –dice Guillermina Marino, ilustradora y diseñadora gráfica-. Empecé a estudiar diseño gráfico y, al mismo tiempo, estudié con José Sanabria en la Escuela de Arte Sótano Blanco. Estuve tres años y él me abrió el panorama sobre lo que era hacer libros para niños. Luego comencé a hacer el curso de libro álbum con Itsvansch y allí conocí a Alicia Salvi, una gran especialista que fue jurado del premio Hans Christian Andersen. Empecé a trabajar en su editorial haciendo la diagramación de los libros al mismo tiempo que seguía estudiando sobre el libro infantil. Con Alicia hicimos varias capacitaciones juntas y trabajé también en otras editoriales como Lugar Editorial y Más pimienta. Allí comencé también a trabajar en diseño y comencé a especializarme en la diagramación de libros para adultos y también para chicos que no es lo mismo.

-¿Cómo nació esta editorial?

Nora Lía Sormani: Con Guillermina nos conocíamos desde hacía tiempo. En junio de 2019 Suzanne Lebeau ofrece sus obras para publicar en la Argentina porque le preocupaba  que siendo ella una escritora canadiense de repercusión mundial no tuviera ediciones hechas en este país, que ella visitaba con mucha frecuencia. Ahí fue que la llamé a Guillermina y le dije que teníamos que publicar sus libros y que para lograrlo fundáramos una editorial.

 –Nora, en el prólogo de uno de los libros de Jacarandá Editoras, El Ogrelito de Suzanne Lebeau, te referís a Graciela Montes y mencionas un concepto de ella, “romper el corral de la infancia” que entiendo que es un criterio fundante de la editorial. ¿Podrías explicar ese concepto, que supongo que está emparentado con el tema de reivindicar la literatura ínfantil como algo con valor en sí, no como práctica didáctica? ¿Es así?

Nora Lía Sormani: -Sí, es así. Nosotras nos despegamos del criterio de que la literatura “enseñe” algo, de que “sirva” para algo. Graciela Montes explica muy bien ese concepto en sus libros teóricos en los que habla de romper con ese corral de la infancia que implicaba, para cuidar y proteger al niño, evitarle el contacto con la realidad a través del arte. Suzanne Lebeau se despega totalmente de eso edulcorado que se creía que  podía ser la buena literatura para chicos y de ahí mi prólogo en su libro. Ella se larga a hablar de las grandes cosas que les interesan a los niños: la muerte, el abandono, el diferente, la discriminación…Lo hace de una manera muy poética pero va directo a esos temas. De esa forma rompe con el “corral” que protege o más bien sobreprotege a los chicos, no sabemos muy bien de qué, quizá de temores de los adultos respecto de los niños.  Creo que el arte para chicos debe mostrar todo eso como lo hace el que no está destinado específicamente a ellos.

-Guillermina, dijiste que no es lo mismo diagramar para adultos que para chicos. ¿En qué radica la diferencia?

Guillermina Marino: Muchos separan los textos por las edades de los niños a los que van destinados. Nosotros los estamos separando por cantidad de texto pensando que luego el lector, ya sea chico o grande, elija la serie que le parezca más conveniente. Si un chico todavía no se anima a la lectura independiente, puede elegir un libro de la serie Sol, por ejemplo, que está pensada para la primera infancia. Cuando uno diagrama tiene que tener en cuenta muchas cosas. Por ejemplo, si el libro está pensado para la primera edad  y el lector aún no es independiente, la letra tiene que estar en mayúscula, tiene que haber cierto ritmo, la ilustración no se tiene que adelantar a lo que está pasando. Cuando uno está haciendo un libro álbum, por ejemplo, la imagen y el texto debe participar de una manera en que los dos conformen una historia. La categoría libro álbum es muy exacta, no es que cualquier libro ilustrado puede considerarse un libro álbum. Como ilustradora trabajo para niños más pequeños y El ogrelito tiene un público muy amplio y entonces hubo que pensar si sus ilustraciones debían ser narrativas o debían ser más icónicas y, en el caso de serlo, que no debían revelar de qué se trata la escena sino mostrar y dejar siempre algo de misterio. Son muchos los factores a tener en cuenta.

-Me sorprendió que El Ogrelito fuera una obra de teatro. ¿Qué se espera de eso, que el niño la lleve a escena o que lo lea?

NLS:- Uno espera que el chico lo disfrute leyendo pero que, a la vez, sepa que esa obra de teatro publicado es también una obra provisoria o intermedia que se puede llevar a la escena. Apunta a que el chico entienda que lo que está leyendo es algo completo en sí mismo porque es literatura pero que tiene la doble posibilidad de leerse y de  representarse. Lo lindo de que se lleve a escena es que el lector deja de estar solo y empieza a compartir con otros ese mismo texto que había leído en soledad, porque el teatro invita a juntarse con otros, a que un chico o chica haga un papel, que otro u otra se ocupe de la escenografía o de la música. El texto de teatro es muy rico porque invita a la lectura solitaria y también a la lectura compartida.

-¿En que están trabajando en este momento?

GM: -En otro libro se Lebeau que está ilustrando Carlos Villarroel. Es un clásico reversionado que se llama Gretel y Hansel. La historia se cuenta desde el punto de vista de Gretel que, siendo la hermana mayor tiene que cuidar a su hermanito.

-¿La inversión del orden en el título de este libro está hecha desde una perspectiva de género?

GM:-Sí, efectivamente. Cuando la bruja se quiere comer a Hansel, Gretel se pregunta sobre la posibilidad de salvarlo porque es el hermanito que vino a invadirla. Las ilustraciones de Villarroel son un poco más narrativas que las que yo hice para El Ogrelito, pero la verdad es que tienen también mucho de icónico.

NLS: -La idea de Suzanne desde el comienzo fue abordar el tema desde una perspectiva de género. La que salva todo es Gretel y es el propio hermano el que le dice “esta obra se tendría que llamar Gretel y Hansel”. El cambio de orden en una oración cambia el sentido de todo. También es una obra de teatro.

-Fue una audacia fundar en un momento tan crítico del sector y que aún continúa siendo crítico.

NLS: -Sí, para nosotras fue una forma de resistencia. No queríamos resignar la veta creativa que tenemos la dos. Fue una forma de aportar a la cultura a pesar de todo, ante la fuerte crisis económica. Pero en 2020 vino la pandemia y sentimos que teníamos que recluirnos para crear y salir luego con los libros.

-¿Puede decirse que en este momento están haciendo un relanzamiento de la editorial?

GM: -La verdad es que comenzamos tímidamente y cada vez vamos incorporando nuevas herramientas, más posibilidades. El año pasado fue imposible, pero este año es distinto. Dos colegios “adoptaron”, ese es el término que se usa, la novela infantil para trabajar en clase. Para nosotras es la primera posibilidad que tenemos de establecer un contacto con las escuelas, es algo nuevo y de alguna manera sentimos que es un relanzamiento. De todos modos, el año pasado tuvimos satisfacciones con los libros con la creación de clubes de lectura. Se enviaban libros a las casas y nosotros trabajamos con ellos. No tuvimos nunca la posibilidad de participar de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires porque no se hizo en 2020 y tampoco se hará este año. Pero tenemos un agente en el exterior que a través de la modalidad virtual está ofreciendo nuestros textos en Bolonia, en Francfort, en Estambul. Son cosas a través de las cuales nos reinventamos. Creo que es un relanzamiento porque hay cosas que no pudimos hacer en estos últimos tiempos y que hoy las estamos implementando.

NLS: Además, estamos lanzando un cuento de Sandra Comino que se llama Angie entre las cajas. Sandra es  una persona muy conocida en el medio de la literatura infantil y juvenil y eso nos dio nuevas fuerzas porque ella es una escritora central. Antes estuvimos editando textos de Lebeau  que vive en Canadá y de Emilia Gallego Alfonso que vive en Cuba. Maryta Berenguer es de Bahía Blanca y tiene mucha llegada en la literatura infantil y juvenil y, como decía, Sandra es  una escritora central. Cada libro que sale es un empujoncito que nos afianza en el proyecto.

GM-Tenemos planes muy ambiciosos. Creamos que de aquí a fin de año vamos a publicar entre cuatro y seis libros para seguir nutriendo nuestro catálogo de la mejor manera.

Uno de los problemas que suelen tener las editoriales independientes es que tienen un muy buen catálogo y dificultades en la distribución. ¿Cómo es en el caso de ustedes?

NLS: -Nuestra ventas centrales las hacemos a través de las tiendas online que tenemos en la página web. Tenemos distribución en algunas pocas librerías como Hernández o una librería de Córdoba. Con las librerías la distribución es a pequeña escala. Pero sí tenemos promotores que llegan a las escuelas de distintas zonas, en este momento de manera virtual, para mostrar nuestro catálogo y ofrecer lo que estamos vendiendo. Por otro lado, tenemos los clubes de lectura de personas que conocemos y que desde su tarea docente nos convocan para la compra de alguno de los libros. Los colegios representan nuestra venta más grande, pero como tenemos también libros para bebés además apostamos a los padres que quieren que sus niños tengan lindos libros en sus primeras bibliotecas. Esos libros les pueden interesar a bebes y chicos de la primera infancia pero también pueden interesarle a lectores más grandes. Los libros para bebés pueden ser disfrutados estéticamente por los bebés, ya sea por las imágenes o por lo que escucha de la voz de la madre que les lee. Así, de a poquito,  va incorporando el placer del libro en su vida cotidiana, del mismo modo que le produce placer  un juguete.

GM: -Un libro como Sol sin prisa, por ejemplo, referido a los animales, fue una manera de mostrarles el mundo, la crianza, el ciclo del sol. En todas las escenas hay encajes. Yo conté como anécdota personal que mi tía preparaba las cunas para los recién nacidos, los llenaba de encajes. Ella era modista y era toda una ceremonia mostrarnos a nosotros cómo había adornado esa cuna que le habían encargado. Eso lo incluí en el libro y en todas las escenas se ven escondidos esos encajes. Eso conforma para mí el mundo al que viene un niño.

-¿Cuál creen que es la característica de la editorial que fundaron?

NLS: Aportar libros de calidad tanto en los textos como en las imágenes, escritos por escritores contemporáneos tanto argentinos como extranjeros con ilustradores de todo el país. Además de Guillermina, están Carlos Villarroel que es de Bahía Blanca, a Mariana Ardanaz. Queremos una literatura infantil de calidad y concretarlo nos da muchas satisfacciones.