Gabriela Golder caminaba por el Museo Sívori cuando se topó por primera vez con la serie Tu historia, compañero (1933) de Guillermo Facio Hebequer. Este pintor, que había formado parte del grupo de los Artistas del Pueblo en los años ’20 y luego se afilió al PCA, buscaba que sus estampas reflejaran la vida de los trabajadores de las primeras décadas del siglo XX. Por esa época, en las fábricas y en los talleres una chispa comenzaba a encenderse: era el inicio del proceso de sindicalización en Argentina.

En Tu historia, compañero, una serie de litografías del artista pone en escena la miseria de los obreros, sus cuerpos cansados y tristes, el hambre y la muerte. A partir de una mirada contemporánea, las estampas van dando paso paulatinamente a la emancipación. En apenas doce imágenes, la transformación es total: se va del cuerpo vencido al cuerpo erguido, del trabajador aislado a la fuerza de la multitud, de la pesadumbre a la lucha. 

Mirada contemporánea
Foto: Gabriela Golder

Casi un siglo después de la creación de estas litografías, Gabriela Golder, que el año pasado recibió un Premio Kónex en Arte y Tecnología, encontró en Facio Hebequer un mundo que resonaba con el suyo. Desde 2006, la artista trabaja con movimientos de trabajadores desocupados y con fábricas recuperadas en Argentina y en Francia. “Cuando vi las estampas de Facio, tuve el impulso de seguir trabajando en esa serie. Sentí una especie de epifanía, ya sabía la relectura que quería hacer de su obra. Hubo un largo proceso, porque hacer estas obras implica bastante producción”, cuenta la artista a Tiempo Argentino.

Después del descubrimiento, se acercó a obreros de fábricas recuperadas y a grupos de teatro comunitario, primero al grupo de Boedo y después a Matemurga, que ya venían haciendo representaciones sobre las primeras décadas del siglo XX. Les mostró las estampas de Facio, les contó lo que quería hacer. “Y trabajamos muy colaborativamente. Las escenas están armadas por las litografías de Facio, pero las readecuamos entre todos”, afirma.

A partir de esa exploración nació Todo se enciende, dos videoinstalaciones que brindan una mirada contemporánea sobre las estampas del pintor y pueden visitarse hasta el 5 de marzo en el Museo Nacional de Grabado.

En Escenas de trabajo, exhibida antes en el Museo Nacional de Bellas Artes de Chile, Golder toma como referencia la serie de estampas Tu historia, compañero(1933), de Hebequer. Y en Rebeliones, una pieza audiovisual inédita, la artista hace una relectura de La Internacional (1935), otra obra de la última etapa de Hebequer, en donde se puede ver a un grupo de varones con armas mientras uno se alza entre ellos para hacer flamear la bandera roja.

Foto: Bruno Basile

Hay un puente, un intercambio entre lo que el pintor veía en la vida de los trabajadores en los años ’30 y lo que Golder ve en la actualidad. Los dos artistas muestran cómo el trabajo dispone los cuerpos de las personas, el sometimiento y el dolor. Pero también dan cuenta de la fuerza de la lucha y la emancipación.

“La tensión y la explotación que veía Facio es totalmente actual, pero el modo de emancipación es otro. En la obra de Hebequer, quien levantaba el brazo era un hombre y ahora es una mujer, la que mueve la multitud es una mujer y antes era un hombre. Hice pequeñas acciones hacia una contemporaneidad otra. Escenas de trabajo dialoga con Rebeliones, que es la otra obra en donde hay una mujer que levanta una bandera roja. Tanto en mi serie como en la de Facio están primero los cuerpos vencidos y después los cuerpos erguidos. Pero en Todo se enciende están erguidos con más fuerza, con más historia de lucha, con más potencia atravesada”, explica Golder.

En las estampas de Facio la multitud siempre es masculina, la mujer nunca se emancipa. “Me parecía urgente sacar a la mujer de ese lugar, para que sea ella la que levanta el brazo, la que mueve la multitud. Tiene que ver con toda la lucha feminista. Hice afiches a partir de los epígrafes que tenía la obra de Facio, que eran citas del Manifiesto Comunista, y uno de los afiches que puse, en lugar de decir “y el hijo clama y se encrespa la marea”, dice “y la hija clama y se encrespa la marea”.

«Me pareció que estaba bueno jugar. Siempre que trabajo con otras obras me interesa hacer esos cambios, me parece que nada es inmaculado y yo no lo estoy haciendo con un deseo museístico ni documentalista y entonces, bueno, cuando encontré esa frase me pareció que tenía un movimiento total, el clamor y la marea que se enciende, ahí había claramente una referencia a la lucha feminista», dice la artista.

Pero la serie no es sobre la lucha feminista y tampoco porque puse a las mujeres tiene que ver únicamente con eso, pero también sí tiene que ver con eso. No lo hice por eso, pero también es por eso; hay luchas por todos lados, si bien ahora la lucha feminista es una de las más visibles”, concluye golder.

Foto: Mariana Poggio

La investigadora Magalí Devés, especialista en la obra de Hebequer, vio en Tu historia, compañero un punto de quiebre en la producción del pintor. Si en una primera etapa sus estampas estaban centradas en un enfoque miserabilista y de denuncia sobre los marginados por el sistema capitalista, luego, con esta serie, empieza a tomar protagonismo la clase trabajadora y su lucha por la liberación social. En la relectura que hace Golder, el enfoque miserabilista no aparece.

“Yo no necesitaba irme a lo miserable, no es la muerte lo que está en juego, es la explotación. Se discutía en las revistas de la época si esta cosa tan miserabilista y pesimista permitía la emancipación de los obreros. Y en la videoinstalación voy por ese lado: no salís desde un lugar tan miserable, salís desde otro lugar, con el hombro cansado y la espalda que lleva las bolsas, en una actitud un poco más activa, con un qué hacer. Es un cuerpo que puede emanciparse, no es un cuerpo que está tan destruido que no lo puede hacer”, explica Devés.

Si bien la artista suele desarrollar sus intervenciones a través del video experimental monocanal y de las instalaciones audiovisuales, en Todo se enciende eligió este formato, según la investigadora, porque “las litografías de Facio tienen muchísimo movimiento y cuando las vi pensé que iba a estar buenísimo hacerlo en movimiento. Además, hay un diálogo con el grabado, que era el medio que desarrollaban los Artistas del Pueblo, grupo al que pertenecía Hebequer».

«Ellos tenían una posición revolucionaria en relación con el arte y veían en el grabado la posibilidad de copia a partir de una matriz, lo que permitía un mayor alcance de sus propuestas. No creo que el medio del video tenga el mismo nivel que tenía el grabado en su momento, esa penetración que buscaban, esa posibilidad de difundir sus propuestas en las revistas y generar intercambios e ideas. Eso era muy rico, muy potente. Aunque no crea que el video hoy ocupe ese espacio, sí tiene, como el grabado, esta cuestión de la reproductividad. No hay una obra única, se pueden hacer copias infinitas”, concluye Golder.

Todo se enciende, de Gabriela Golder, se puede ver en el Museo Nacional del Grabado (Riobamba 985). La entrada es libre y gratuita. Hasta al 5 de marzo de 2023.