Este jueves todas las librerías de habla castellana recibirán un libro que, seguramente, batirá récords de ventas. Vargas Llosa le dice adiós a la ficción con una novela: “Le dedico mi silencio”.  

Según lo anunció el diario Perú 21, la noticia la dio el propio autor a través de una nota que figura al final del libro. ”La historia ambientada en su Perú natal nos habla sobre un hombre que soñó un país unido por la música y que enloqueció queriendo escribir un libro perfecto que lo contara”. La música es otra de las pasiones de Vargas Llosa. La tapa de la novela es, precisamente, una orquesta pintada por Fernando Botero, el artista plástico colombiano fallecido recientemente.

Entre su primera novela, La ciudad y los perros, y ésta, su vigésima, median 60 años de trabajo

El primer borrador lo terminó en Madrid, ciudad en la que reside desde hace décadas,  el 27 de abril  de 2022.   Las correcciones finales las hizo el pasado mes de julio durante la recuperación de su internación por Covid, enfermedad que contrajo dos veces. El escritor, mediático por naturaleza, se acababa de separar en ese momento de Isabel Preysler, la también muy mediática madre de Enrique y Julio Iglesias Jr.

La relación entre ambos duró ocho años y el final tuvo una enorme repercusión en la prensa en la que Vargas Llosa suele ser protagonista no solo por su condición de escritor reconocido con el Premio Nobel, sino también por sus relaciones sentimentales y su participación en la política con ideas que hoy parecen encontrarse en las antípodas de las de la mayoría de los escritores del “boom” latinoamericano del que, sin duda, el Vargas Llosa fue uno de las figuras principales. Cabe recordar que su participación en la política no es nueva. En 1990 se presentó como candidato a presidente de su país y perdió el balotaje contra Alberto Fujimori.

La novela, sin embargo, no está dedicada a la mediática “Reina de Corazones”, sino a Patricia Llosa Urquidi, con quien estuvo casado durante 50 años. Patricia era su prima y se convirtió en su esposa y la  madre de sus tres hijos: Álvaro, Gonzalo y Morgana. Se separó de ella en 2014 precisamente cuando conoció a Preysler. El divorcio  también tuvo una gran repercusión en la prensa.

Patricia Llosa Urquidi y Vargas Llosa se casaron en 1965, menos de un año después de que el Nobel le pidiera el divorcio a su esposa anterior, la escritora boliviana Julia Urquidi, la autora de Lo que Varguitas no dijo y la figura en que está basada La tía Julia y el escribidor. Julia, quien había recibido a sus jóvenes sobrinas, las hermanas Olga y Patricia, en el departamento que compartía con el peruano en París, era diez años mayor que él. Cuando ambos se casaron, Vargas Llosa tenía apenas 19 años. Patricia, en cambio, era diez años menor que él.

“Le dedico mi silencio” está ambientada a principios de los años 90, en el momento en que Sendero Luminoso arreciaba su ofensiva en una sociedad marcada por la violencia.

Vargas Llosa y el adiós a la ficción

El adiós a la ficción del Premio Nobel de Literatura no significaría, sin embargo,  su retiro total de la escritura.  “Ahora, me gustaría escribir un ensayo sobre Sartre, que fue mi maestro de joven. Será lo último que escribiré”, anunció también en el final del libro. El escritor compartió las ideas de Sartre hasta 1975, momento en que tuvo una ruptura intelectual con el filósofo francés. A los 87 años, aún se siente capaz de emprender proyectos de largo aliento.

Foto: Fernando Gens / Télam

Vargas Llosa siempre mencionó que es sumamente metódico y consecuente con su trabajo literario. Escribe siete días a la semana durante varias horas.

Ese espíritu de trabajo unido, sin duda, a su talento literario, le valieron los máximos reconocimientos, además del Premio Nobel que obtuvo en 2010. En 1975 fue elegido como miembro de número de la Real Academia de la Lengua de Perú. Un año más tarde ocupó el cargo de presidente del PEN Club Internacional. En 1994 ganó el Premio Cervantes y en 2023 se produjo su ingreso a la Academia Francesa. fue distinguido además con el Gran Collar de la Orden del Sol del Perú (2023), el Premio Príncipe de Asturias de Letras (1986), el Premio de la Crítica de Narrativa Castellana (1964), Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos (1967), Premio de la Crítica de Narrativa Castellana (1967); y el Premio Planeta (1993). Fue traductor de la UNESCO junto a Julio Cortázar.

Foto: Luis Robayo / AFP

Visitó varias veces Buenos Aires y en 2011 fue invitado a abrir con un discurso la Feria Internacional del Libro, lo que produjo respuestas negativas a esta iniciativa en el mundo intelectual porque la invitación rompía con la tradición de que ese encuentro fuera inaugurado  siempre por un escritor argentino. Cabe recordar que Vargas Llosa simpatizó con las ideas de Mauricio Macri y que se sintió complacido cuando ante la pregunta de qué haría si volviera a ser presidente de la Argentina, Macri le contestó que haría lo mismo, pero más rápido. Sus ideas políticas tienen poca aceptación en el mundo intelectual, por lo que siempre se trata de establecer una diferencia entre su pensamiento político y su obra literaria. Seguramente, este intento de separación se repetirá cuando el jueves 26 llegue a las librerías “Le dedico mi silencio”.