Adenor Leonardo Bacchi -más conocido como Tite, 55 años, 14 equipos dirigidos en su trayectoria- asumió como entrenador con Brasil en el sexto puesto, afuera de la clasificación a Rusia 2018, y después de cuatro partidos -cuatro triunfos- lidera las Eliminatorias. Es la contracara de la Selección Argentina de Edgardo Bauza. Brasil será el próximo rival, el jueves a las 20:45 en el Mineirão. Pero no sólo de resultados vive Tite, aunque haya ganado el Mundial de Clubes 2012 con el Corinthians. Tite revivió el espíritu de Brasil. «Es un profesional competente, inteligente, con conceptos modernos, buena persona. Merecía hacía tiempo el cargo, pero estaba en contra de los dirigentes de la Confederación Brasileña de Fútbol. Ahora la CBF no tuvo opción. Es prestigioso y está listo para grandes desafíos», relata el periodista Breiller Pires desde Brasil. Las claves afuera de la cancha: relación directa con los jugadores y preparación táctica meticulosa. Adentro: intentar robar la pelota más cerca del arco contrario y triangulaciones. «Es una persona amable, sabe tratar a la gente, no como Dunga. Hay una ilusión positiva grande, pero aún es pronto para toda esa euforia», dijo Tostão, uno de los cinco 10 que salió campeón del mundo en el Mundial de México 70.

Tite, un mediocampista defensivo que se retiró a los 27 años por una lesión en la rodilla, dejó atrás el oscurantismo de Dunga luego de la eliminación en la primera ronda de la Copa América Centenario. Incorporó a siete jugadores del campeón olímpico en Río de Janeiro -Gabriel Jesús es el centrodelantero: 19 años y cuatro goles en cuatro partidos-, le quitó carga a Neymar -«Es inhumano sopesar toda la responsabilidad en una persona; la responsabilidad recae en el entrenador, los compañeros de equipo, aunque él la asume por la calidad»- y ya recibió la ovación de los hinchas y el elogio de los jugadores. «Tite me recuerda a Guardiola», comparó Dani Alves. En 2014 se tomó un año de perfeccionamiento: se reunió con Carlo Ancelotti, Jürgen Klopp, Arsène Wenger y Carlos Bianchi. En 2015 homenajeó a la Democracia Corinthiana: los futbolistas votaron el horario de entrenamiento. Ahora, en 2016, transformó el Centro de Investigación y Análisis de la CBF en su búnker. «Jugar sin el balón es muy difícil -sostuvo desde allí en una entrevista reciente con globoesporte.com-; lo que motiva y da placer es tener el balón. Estar todo el tiempo mentalmente preparado para robar y contraatacar; jugar con el estilo de Mourinho, no es nuestra escuela. No concibo el fútbol así».