Aunque el domicilio más tradicional de los asuntos del fútbol sea Viamonte 1366, donde se encuentra el viejo petit hotel donde funciona la AFA, otra dirección menos repetida se hizo clave en las últimas semanas: Ingeniero Enrique Butty 275. En el piso 12 del edificio de IBM, en Retiro, funcionan las oficinas de Brochou, Fernández Madero & Lombardi, el estudio jurídico en el que se maceran las tres ofertas empresarias por los derechos de televisación del fútbol argentino.

El bufete, especializado en fusiones, derecho societario, mercados de capitales, litigios y arbitrajes internacionales, tuvo una pérdida el mes pasado. Siro Astolfi, uno de sus socios, dejó la oficina para sumarse a Aerolíneas Argentinas como segundo de Mario Dell Acqua, el nuevo CEO de la línea de bandera, remplazante de Isela Costantini. La noticia podía hacer cierto ruido: Astolfi fue el encargado de llevar adelante el litigio de la española Marsans, ex concesionaria de Aerolíneas y Austral, contra el Estado argentino.

A Brochou, Fernández Madero & Lombardi, dicen en la AFA, la acercó Jorge Brito, hijo del dueño del Banco Macro, uno de los clientes del poderoso estudio. La otra pata que analiza la propuesta es un economista: Daniel Artana, jefe de la consultora FIEL, miembro del Gabinete económico de Ricardo López Murphy durante su éfimera gestión en los años de Fernando De la Rúa.

Por las oficinas de Retiro tuvieron que desfilar los representantes de Fox-Turner, ESPN y Mediapro esta semana luego de que se postergara la licitación, supuestamente, para pedir más precisiones en las ofertas. «No hay empresa que pueda firmar lo que piden», dicen desde una de las partes interesadas. El ejemplo: que se mantenga firme el artículo 77 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que garantiza televisación abierta para acontecimientos relevantes. Ya pidieron que se lo derogue.

El que dicta el tempo es el gobierno. El preferido de la Casa Rosada es el binomio Fox-Turner, que ofreció, según trascendió, terminar con el juicio que TSC (Torneos-Clarín) inició contra la AFA desde la ruptura del contrato en 2009. Solo esa jugada hace ver a Clarín en bambalinas. Solo ese favoritismo, del otro lado de la batalla del lobby, se vio una mano negra en la postergación de la licitación. Y aunque ahora amenazan con bajar ofertas por la última asamblea, todo parece parte de un juego de presiones.