De ídolo a traidor en un segundo. Gonzalo Higuaín, el goleador récord del Calcio y el principal responsable de la ilusión que tenía Napoli de quedarse con el título en la última temporada, se reunió el viernes en secreto con dirigentes de Juventus en la Clínica Sanitas La Moraleja de Madrid y pasó la revisión médica para convertirse en refuerzo estrella del equipo de Turín. El equipo italiano más poderoso del mundo demostró toda su impronta: puso 94,7 millones de euros -la segunda transferencia más cara de la historia después de la de Gareth Bale a Real Madrid- y pagó la cláusula de rescisión que tenía el pase del Pipita, que el lunes debía reincorporarse a la pretemporada con el subcampeón italiano. Será presentado oficialmente en los próximos días en la Juve que, otra vez, arrasó y se llevó al jugador más buscado de Italia.

“Me duele lo de Higuaín, porque va a un rival directo, como la Juventus. Pero tampoco se le puede echar la culpa al jugador. Porque el jugador tiene su responsabilidad, pero los que hacen el negocio son los más felices. Nadie piensa en el hincha. Estoy cansado de decir que hoy es más importante un buen empresario, que un buen presidente. Esto en mi tiempo no pasaba. Lástima que la FIFA siga durmiendo”, disparó en su Facebook Diego Armando Maradona. En Nápoles, mientras, los hinchas explotan de rabia: camisetas con la 9 en la espalda que se prenden fuego o que van al inodoro, calles repletas de personas insultando al nuevo villano y una bandera que decía “Higuaín infame” que apareció en el último amistoso del sábado. Una relación rota, pero un linchamiento que no es nuevo en el fútbol para un jugador que decide emigrar de un club en el que hizo feliz a miles de personas. 

¿Está mal lo que hizo Higuaín después de haber marcado 36 goles en una temporada en un equipo que no es de primer nivel? ¿Está mal haber aceptado una oferta millonaria para pasar de jugar en la revelación de Italia a uno de los mejores equipos del mundo? ¿Qué lazo unía al Pipita con Nápoles para haber “no pensado en el hincha”, como señala Diego, justamente el último que pudo comandar a Napoli al último título local, algo que casi consigue el Pipa?. Clubes como Juventus en Italia, como Barcelona y Real Madrid en España, como Chelsea y Manchester City en Inglaterra, se caracterizaron en los últimos años por contratar a los mejores jugadores de la última temporada. Sin matices, como pasó con Paulo Dybala cuando jugaba en Palermo, como cuando Arda Turán lo hacía en Atlético de Madrid y el Barça lo fue a buscar. O el caso reciente de Kevin Gameiro, figura del Sevilla que negocia su llegada a Barcelona, según informó el diario Sport. Para los futbolistas de élite, el poder de los empresarios, del dinero, logra que los billetes puedan más que cualquier otra propuesta.

Muy pocos jugadores han podido forjar una identidad durante casi toda su carrera en un mismo club. Aurelio De Laurentiis, presidente de Napoli, dijo hace una semana que si Higuaín se iba “se traicionaría a sí mismo”. El Pipita venía quejándose desde hace dos años: pedía que armen un plantel de primer nivel europeo y nunca lo escucharon. Según diarios italianos, más allá del dineral ofrecido, el delantero aceptó la propuesta porque quería volver a sentir el fuego europeo en las máximas competencias, tal como lo hizo cuando estuvo en Real Madrid. Quizá por ese lado se entienda que el atacante que viene de tres frustraciones con la selección Argentina y de triunfar en Napoli haya decidido abandonar a un pueblo napolitano que hasta hace unos días lo amaba y ahora lo odia.