Sebastián Piovoso, el sobrino del Tano, Antonio Enrique Piovoso, no deja de buscar nuevos datos de su tío, el único futbolista que -como arquero de Gimnasia en 1973- jugó en la Primera División de AFA y es uno de los 30.000 desaparecidos de la última dictadura cívico militar.

Por el trabajo de diversos periodistas (siempre con Gustavo Veiga a la cabeza), el aporte de algunos ex compañeros y, sobre todo, por la insistencia del propio Sebastián, de la carrera futbolística de Piovoso se siguen reconstruyendo diferentes capítulos. Ya se sabía, por ejemplo, que empezó jugando en Peñarol de Gonnet, que se sumó a la categoría 1953 de las inferiores de Estudiantes, que atajó tres partidos para Gimnasia en el Metropolitano de 1973 (ante Argentinos en La Paternal, y contra All Boys y Central en el Bosque) y que luego del fútbol grande siguió su carrera en un fútbol más informal, chacarero, que le permitía continuar con sus estudios de Arquitectura, en La Plata. Entonces Piovoso pasaría por Atlético de Mones Cazón, Athletic de Azul y Banco Nación de Mar del Plata hasta que fue secuestrado el 6 de diciembre de 1977.

Pero Sebastián tiene nuevo material para compartir. Si hasta ahora se había publicado que Piovoso atajó tres partidos para Gimnasia (una curiosidad, siempre como suplente, dos veces entró en reemplazo del lesionado Hugo Gatti, y otra por Daniel Guruciaga), un ex compañero de su tío en las inferiores de Estudiantes, Juan Carlos Cepeda, se contactó con él para comunicarle un dato hasta ahora desconocido: que Piovoso había sido suplente de la Primera de Estudiantes en dos partidos del Nacional 1971.

“Ese año hubo huelga de jugadores profesionales y unos cuantos de nosotros integramos el equipo de Primera en un par de partidos”, le escribió Cepeda, amigo de Piovoso en las inferiores de Estudiantes -y otro de los juveniles que saltaron a la Primera a fines de 1971-, al sobrino del Tano. En los diarios de época, entonces, se puede confirmar cómo Piovoso estuvo en el banco de suplentes de dos partidos de Estudiantes, ambas goleadas a favor: un 5-3 contra Colón en Santa Fe, del 14 de noviembre, y un 4-0 ante Chacarita en 1 y 57, a la semana siguiente.

En los dos casos, el arquero titular de Estudiantes fue Hugo “Chocolate” Baley, luego campeón del mundo en 1978, ya en dictadura. Miguel Ignomiriello estuvo de técnico interino en un equipo que venía de haber jugado las últimas cuatro finales de la Copa Libertadores (campeón en 1968, 1969 y 1970, y subcampeón en 1971), pero que a mediados de ese año había tenido que recurrir al debut de Carlos Bilardo como entrenador para eludir un posible descenso.

Foto: Gntileza Sebastian Piovoso

Los testimonios coinciden en que Piovoso no tenía militancia comprometida, o no más que el reparto de algunos volantes algunos años atrás, y que fue secuestrado por haber estado en el lugar equivocado: los militares fueron a buscar a otra persona y, en su brutalidad, también lo cargaron. Uno de sus amigos de las inferiores de Estudiantes, Humberto Moirano, obligado a mirar a la pared, escuchó cómo decían “a vos te llevamos por pelo largo” y, cuando se dio vuelta, Piovoso ya no estaba. Ya nadie lo vería. Desde entonces, su cuerpo no apareció.

En realidad, los futbolistas que jugaron en la Primera División de AFA y fueron víctimas del terrorismo de Estado son dos: Ernesto David Rojas, delantero de Gimnasia de Jujuy en el Nacional 1970 (once partidos, uno de ellos una victoria 3-1 ante Boca en la Bombonera), fue acribillado a balazos el 18 de marzo de 1976, seis días antes del Golpe de Estado, hoy hace 46 años.

Rojas no tenía un interés concreto por la política. Tampoco militaba. Había ido a La Plata a operarse de la rodilla para seguir jugando al fútbol. Lo mató “una patota de la Concentración Nacional Universitaria (CNU), un sucedáneo de la Triple A”, precisa Veiga en la tercera edición de su magnífica obra “Deportes, Desaparecidos y Dictadura”. Gimnasia de Jujuy invitó a los pocos días a sus socios al velatorio. Pero el fútbol suele olvidar a Rojas y a Piovoso: ni siquiera figuran en Wikipedia. 

Tal vez algún día, ojalá, en La Plata se juegue una copa amistosa llamada Antonio Enrique Piovoso, el arquero que atajó en Gimnasia y, ahora sabemos, también fue suplente en Estudiantes.