Convocado por Gustavo Giustozzi, Nicolás Noriega volvió al cuerpo técnico de la Selección de futsal en 2016. También como entrenador de arqueros del equipo masculino, había estado en 2008-09. Esta vez, la experiencia fue más duradera y desde 2017 también está a cargo del seleccionado femenino. Podría ser nada menos que el DT en el primer Mundial de la disciplina de la historia.

–¿Qué cambia ahora que saben que habrá un Mundial?

–Muchas cosas, pero lo que más cambia es la motivación de las jugadoras. Nos damos cuenta enseguida. Es una motivación y un objetivo. Hasta ahora entrenábamos, pero sin competencia, ¿cómo trasladás el entusiasmo? Muchas chicas pasaron años sin tener una Copa del Mundo. Por suerte ahora la van a tener, es un premio.

–¿Cómo se conduce sin el torneo más importante?

–Es que tampoco es que teníamos mucha competencia. Hasta ahora la única que nos daba Conmebol es la Copa América cada dos años, tanto en mayores como en Sub20. Después tal vez hay algún torneo que organiza Brasil o alguna invitación pero son pocas. Así es difícil porque, por ejemplo, vas a un torneo, terminás y los errores que tuviste no sabes cuándo los vas a poder corregir al no tener un calendario. Por suerte, las chicas tienen mucho amor por el deporte y por la Selección. Es algo que tratamos de inculcar, pero necesitamos competencia para poder transmitirlo y que se vea reflejado en la realidad.

Foto: Diego Diaz

–¿Cuál es el principal objetivo del año?

–Hoy somos subcampeones de América. En 2019, perdimos la final con Brasil, que siempre es el gran obstáculo. También estamos parejos con Colombia y Paraguay, y Uruguay y Venezuela vienen creciendo. El objetivo es competir al máximo, siempre queremos ganar, pero siendo realistas. Tenemos que trabajar mucho y parejo para estar a la altura de Brasil, España y Portugal. Es nuestro sueño. La idea a cinco años es competir para poder llegar a igualar el rendimiento con las potencias y además tener el 100 % de las jugadoras dedicadas a la disciplina. En un principio, estaban entre el futsal y el fútbol de campo. Hoy ya tenemos a la Selección mucho más inclinada al futsal. En Sub20, por ejemplo, logramos tener todo el plantel de futsal. A corto y mediano plazo, esas categorías de 2002 a 2005 o 2007 van a lograr jugarle de igual a igual a Brasil y España porque practican desde chicas.

–¿Qué se necesita para crecer?

–Que puedan practicar desde jóvenes. La calidad, las ganas y el corazón lo tienen. Nunca había trabajado en un equipo femenino hasta la Selección y encontré jugadoras con muchísimas ganas, pasión y amor. Las tenés que frenar para que dejen de jugar todos los días. Con darles entrenamientos y herramientas desde muy jóvenes, creo que va a ser un proceso natural para que Argentina se convierta en potencia, como es Brasil. Lo vemos con el ejemplo de lo que pasó en la masculina y con ellos trabajamos a la par para el día de mañana tener los mismos logros.

–¿Cuál es el gran atractivo del futsal?

–Como todos los entrenadores del futsal, no voy a ser objetivo porque somos enfermos de este deporte. Te volvés loco porque lo tomamos como propio, lo sentimos cercano y lo defendemos mucho. Soy un fanático de fútbol, pero hoy a mí me cuesta ver partidos de 11. A nivel club, perdí la pasión y ya no voy a la cancha como cuando era joven. El futsal es el deporte más lindo. Puedo mirar 20 partidos seguidos y de 11 ya me cuesta empezar uno, salvo que juegue mi club. Parece una locura, pero es real. «