La japonesa Naomi Osaka, número 2 del mundo, ganadora del US Open en dos ocasiones y del Abierto de Australia en otras dos, dijo basta. Después de que los cuatro Grand Slam amenazaran con graves sanciones si no se presentaba en conferencia de prensa obligatoria postpartido, la japonesa prefirió dejar Roland Garros. “Me voy a retirar un cierto tiempo de las pistas, pero, en el momento preciso, quiero realmente trabajar con el circuito para debatir los medios para mejorar las cosas para los jugadores, la prensa y los aficionados”, anunció Osaka.

Su decisión, en apenas un par de horas, generó un efecto dominó en todo el deporte. Desde grandes estrellas como Serena Williams, Stephan Curry o Martina Navratilova hasta los propios organizadores de los Grand Slam, que emitieron un comunicado en el que se comprometen “a impulsar mejoras significativas” para ayudar a los tenistas a gestionar la presión que sufren”. “Juntos vamos a continuar mejorando la experiencia de los jugadores en nuestros torneos, también en lo relativo a las relaciones con la prensa. Queremos trabajar con los jugadores, los torneos, la prensa y la comunidad del tenis para poner en práctica mejoras significativas», asegura el texto.

El lunes, Osaka anunció su retirada de Roland Garros tras haber sido amenazada con duras sanciones si se mantenía en su postura de no atender a la prensa durante el torneo parisino, algo que había anunciado en sus redes sociales para “preservar su salud mental”. En ese mismo anuncio, la japonesa también contaba que había sufrido episodios depresivos después de su título en el US Open en 2018.

“Si continúa rechazando sus obligaciones mediáticas durante el torneo, se expone a otras consecuencias relacionadas con las infracciones del código de conducta (…) que podrían desembocar en sanciones aún más importantes y una suspensión de los torneos de Grand Slam», amenazaron los cuatro grandes en un primer comunicado. Después de que Osaka dejara París, el tono de los organizadores fue otro.

“Siento pena por Naomi -dijo la estadounidense Serena Williams-. Me gustaría darle un abrazo, porque sé lo que es”. «Como deportistas, nos enseñan a cuidar nuestro cuerpo, y tal vez el aspecto mental se trata deprisa y corriendo», tuiteó la excampeona de tenis Martina Navratilova. «Esto va más lejos que dar o no una rueda de prensa. ¡Buena suerte Naomi! ¡Todos estamos contigo!», añadió. La estrella de la NBA Stephen Curry subió a sus redes: «Nunca deberías haber tenido que tomar una decisión como ésta, pero es impresionante el seguir por el camino correcto cuando los poderes no protegen a los suyos. Mis respetos @naomiosaka».

La japonesa engrosa una lista de nombres prestigiosos que han hablado de sus depresiones: los nadadores Michael Phelps e Ian Thorpe, el ciclista Tom Dumoulin o el tenista Nick Kyrgios. Parece retratar una nueva era, después de que durante décadas la presión y la salud mental fuera un tema tabú para los deportistas de elite. Open, la biografía de Andre Agassi, acaso sea el mejor ejemplo para comprender la distancia que puede haber entre lo que ocurre dentro de la cabeza de un deportista y lo que se ve desde afuera. Al rechazar hablar con la prensa, aunque suene irónico, Osaka dio un mensaje muy claro y comunicó con precisión cómo es ser la tenista número dos del mundo.