Mes a mes los precios de los combustibles suben por el impacto del dólar, el precio internacional del petróleo y los movimientos de impuestos, como el que se cobra a los Combustibles Líquidos, que el gobierno dividió en dos en marzo para atemperar el alza de naftas y gasoil. 

Un nuevo incremento se prevé para junio. Desde el 1 de ese mes, regirá un ajuste del 11,8% en ITC el impuesto al dióxido de carbono, por lo que entre enero de 2018 y abril de este año, el precio del litro promedio de nafta super sufrió un incremento del 85%.

El mercado de los combustibles está liberado desde octubre de 2017 y los aumentos se estiman, básicamente, teniendo en cuenta el precio de petróleo y el dólar también el valor de los biocombustibles.

El ajuste del 11,8% en los impuestos es por la inflación acumulada entre enero, febrero y marzo. El siguiente, de septiembre, reflejará lo que sucedió entre abril y junio.

Entre enero y abril de 2019, los combustibles subieron un 8% y la devaluación un 15%. Así, en esos meses registran un 6% de atraso contra el dólar. Aunque aún no transcurrió ni un tercio de mayo, ya calculan que la devaluación de este mes podría aumentar la brecha otro 14%. De esa manera, el atraso  ya rondaría un 20%.

En los últimos dos meses, primero Shell y luego Axion, salieron a comunicar sus aumentos y luego, cuando YPF anunció los suyos, dieron marcha atrás. En marzo, Shell retrocedió 4,5%; y un mes después la petrolera  subió un 2 por ciento. A fines de marzo, Shell anunció una suba promedio de 9,5% y pocas horas después la bajó a 5%.