La elección que se realiza el día de hoy dejará un largo período de transición hasta que se realicen las elecciones definitivas el 22 de octubre y, luego, si corresponde, el balotaje pautado para el 19 de noviembre.

Según el último Informe del Indec, los salarios de los trabajadores perdieron un 3,2% de poder adquisitivo en el último año. En el caso de los informales, el salario real cayó un 15,4% mientras que para los registrados del sector privado la pérdida del poder adquisitivo fue del 2,6%.

Desde diciembre de 2019, cuando asumió el actual gobierno, el salario promedio en términos reales retrocedió un 5,1%, los privados perdieron 1,3%.

De un tiempo a esta parte la dinámica inflacionaria forzó negociaciones paritarias por períodos cada vez más cortos que, en general, no superan los tres meses.

Transición

Dirigentes de distintos espacios sindicales coincidieron en señalar que la transición será una oportunidad que las patronales van a utilizar para imponer más retrocesos y, eventualmente, congelar los procesos paritarios y esperan que el gobierno efectivice el anuncio de la suma fija. 

El secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, opinó que “el gobierno se tiene que concentrar en ponerle límite al ataque especulativo que pretende condicionar al electorado generando una sensación de ciclo terminal. Los grupos concentrados quieren que este gobierno llegue al final de su mandato como lo hizo Alfonsin, escupiendo sangre, y que eso sea el preámbulo que facilite las medidas de shock y ajuste brutal que pretenden aplicarle al pueblo”.

El secretario general de la CTA Autónoma, Hugo “Cachorro” Godoy señaló que “el análisis no se puede separar de las muertes que se han sucedido esta semana y particularmente el asesinato del militante Facundo Molares» (ver págs. 3 a 5). «Eso entraña -agregó- una profunda preocupación por si el Estado instala esa represión ante cualquier demanda. Por suerte la movilización que se dio muestra que hay una reserva en la sociedad para preservar el sentido de libertad y justicia de la democracia”.

Para Yasky, “hay que recomponer los ingresos de los sectores populares. El gobierno tendrá que definir algunas medidas que, luego de elevar el piso de ganancias y el aumento a los jubilados, completen la agenda con la discusión de una suma fija que complemente las paritarias”. Sobre la actitud que tomarán las patronales en la transición, el dirigente de la CTA-T, opinó que “las empresas ya están mostrando los dientes. Piensan que, si la situación de los sectores populares se recompone, eso conspira con la posibilidad de que se consolide el triunfo de quienes apoyan”.

Para Godoy, “en el plano estrictamente económico y social, las patronales ya vienen especulando y presionando mediante la inflación, que es un mecanismo para transferir riquezas en favor de sus ganancias y forma parte del plan del FMI. Las formadoras de precios son la mismas que reducen salarios. El escenario es producto del debilitamiento del gobierno que aceptó estas condiciones del FMI. El escenario preelectoral a octubre va a seguir agudizando esta situación”.

Desde la Corriente Federal de los Trabajadores de la CGT, Héctor Amichetti señaló que “es inevitable que se siga con discusiones trimestrales y semestrales. Lo que es determinante es el tema de la suma fija. No se va a alterar la discusión, pero lo que puede ocurrir es que si le va mal a la fuerza del gobierno, haya una situación de especulación financiera que puede generar un desbarajuste muy grande que incluiría a las paritarias”. «