Después de anunciar el acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur, el gobierno buscará esta semana afirmar los consensos hacia adentro del mundo empresarial.

La Secretaría de Comercio Exterior del Ministerio de Producción confirmó a Tiempo que convocará a las cámaras empresariales para una reunión “posiblemente el miércoles”. El encuentro se está terminando de organizar este lunes y “la idea es que haya un diálogo con todas las cámaras” sobre el tema con el que el gobierno de Cambiemos logró retomar la agenda económica que hasta el viernes era una acumulación de noticias negativas.

El gobierno intentará arribar a consensos con el heterogéneo universo de empresarios que cuenta en sus filas con adherentes claros del acuerdo, otros que son cautelosos y una proporción considerable que mira el acuerdo con cierto recelo.

Entre los primeros están los dirigentes del sector agropecuario y agroindustrial, además de exportadores en general que desde el mismo viernes salieron públicamente con manifestaciones favorables. También aprobaron la iniciativa las cámaras mercantiles como la CAC y la Cámara de Comercio Argentino Estadounidense (Amcham) además de grandes entramados de negociación como el Foro de Convergencia Empresarial (FCE).

Los dirigentes de la UIA y las federaciones de pequeñas y medianas empresas están mayormente entre los moderados.

Cautos

A diferencia de los empresarios que bendijeron rápidamente el acuerdo Mercosur-Unión Europea, como los mercantiles o los productores del agro, los dirigentes industriales tomaron distancia y pidieron esperar hasta conocer los detalles del pacto que lanzó la administración de Mauricio Macri el viernes último.

Dirigentes de la UIA, como Daniel Funes de Rioja, Guillermo Moretti y José Urtubey, destacaron el paso en materia de comercio exterior pero advirtieron que no formaron parte de las negociaciones, además de subrayar la diferencia de talla que hay entre ambos grupos de países, una ecuación que a simple vista es negativa para el bloque del Mercosur.

Gustavo Idígoras, referente de la cámara de agroexportadores CIARA, tuvo una visión más positiva.  

El titular de la federación alimenticia COPAL, Daniel Funes de Rioja, señaló en diálogo con FM La Patriada que el acuerdo “tiene que ser beneficioso” pero advirtió que “no conocemos la letra chica” que se podrá apreciar después de un largo proceso de debate.

“La valoración es positiva porque tiene que primar el multilateralismo”, señaló el también titular del influyente Consejo Interamericano para el Comercio y la Producción (Cicyp): “Estamos poniendo sobre la mesa un mercado de más de 300 millones de habitantes que es de interés para cualquier otro gran bloque”.

Sin embargo el empresario indicó que “si la línea de largada fuera hoy” con las condiciones que presenta la economía local “la relación sería imposible”.

Con esa frase, el vice de la UIA aprovechó para poner nuevamente en escena la agenda de reclamos del empresariado industrial, con las reformas laboral, tributaria y previsional a la cabeza: “Argentina tiene que lograr a través de las reformas pendientes más la solución de la inflación y la estabilización macro las condiciones necesarias para estar en carrera”.

Interior

En la misma radio, Guillermo Moretti, otro vice de la UIA y referente clave de la industria santafesina, coincidió con su par de la COPAL y apuntó contra el gobierno de Macri, que supuestamente no invitó a los industriales a participar de las negociaciones.

“Los únicos datos que tenemos nos llegaron por contactos de la Unión Europea y de Brasil y no son alentadores”, señaló Moretti, quien cuestionó que “se libera el 90% del comercio del Mercosur a pesar de la asimetría” con el bloque europeo.

El santafesino coincidió con su par alimenticio en que “hay que ver la letra chica” pero a diferencia de aquel recordó: «Este acuerdo se viene negociando hace 20 años y si antes no se concretó fue por la asimetría entre las partes: la UE tiene un PBI 5 veces mayor que el Mercosur y más de 10 veces de patentes por año que nosotros. Entonces queremos saber cuáles son las condiciones que han cambiado para que se firme».

Otro referente de las economías del interior, el salteño José Urtubey, también destacó la importancia geopolítica del entendimiento pero lamentó que la UIA “no tiene  mayor conocimiento de las posiciones que se acordaron y ese es un tema a dilucidar”.

En sintonía con el pedido de reformas que realizó Funes de Rioja, el hombre de Celulosa Argentina planteó que la noticia “nos lleva a un fuerte desafío para buscar ser más competitivo” porque en las condiciones actuales “estamos en desventaja y va a ser peor el remedio que la enfermedad”.

Aceiteros

Más optimista fue Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera (CIARA) y del Centro de Exportadores de Cereales (CEC).

En diálogo con el programa Moneda Corriente, de Radio Led, coincidió con sus pares de la UIA en el elogio a priori y adelantó que el gobierno convocó esta semana a una reunión de la Mesa Exportadora para abordar detalles del convenio.

Idígoras expresó que lo anunciado “es un paso adelante después de 30 años” y redobló la apuesta con un llamado a “empezar a trabajar en acuerdos con el sudeste asiático”.

El empresario reconoció que los países del bloque “tuvimos que hacer concesiones igual que Europa” y, a diferencia de los industriales que aseguran desconocer la letra chica destacó que “hay cuotas en bienes industriales y distintos mecanismos para que, ante incrementos desmedidos de importaciones, se apliquen los derechos pertinentes”.

Al margen del apoyo, Idígoras apuntó que ahora viene un período de “dos o tres años” de debate parlamentario en todos los países  por lo que no auguró condiciones para ver los impactos del acuerdo hasta dentro de no menos de 5 a 7 años.