El INDEC publicó su informe de Cuenta de Generación de Ingresos e insumo de mano de obra (CGI), relativo al cuarto trimestre de 2022. Allí también se consignan los datos acumulados anuales. El estudio refleja la apropiación del valor agregado de la economía del país según la denominada remuneración de los factores productivos o la distribución funcional del ingreso. A diferencia del informe tradicional de distribución del ingreso que releva la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) a partir de los ingresos de las familias en los hogares, el estudio refleja la apropiación del PBI que realizan las distintas clases sociales en el proceso de la producción y, por lo tanto, el grado de explotación de la fuerza de trabajo y, como contraparte, la envergadura de la ganancia capitalista.

Según el informe del INDEC, durante 2022, la remuneración del trabajo asalariado representó el 44,9% del PBI cuando, un año antes, alcanzaba el 43,9%. El excedente de explotación bruto, relativo a las ganancias empresarias, se contrajo desde el 46,5% de 2021 hasta un 44,6% en 2022. El ingreso mixto explica el 13,5% del valor agregado.

La mejora, sin embargo, apenas recupera un punto de los ocho que habían resignado los trabajadores en los últimos siete años. Es que, en 2016, la participación de los salarios en el PBI representaba un 51,8% al igual que en 2017. En el primer trimestre de ese año la participación de los salarios había llegado hasta un pico del 54,3% del PBI.

En 2018 esa relación se contrajo hasta el 47,4% y cayó hasta el 46,2% en 2019. En 2020, en el marco de la fuerte contracción económica provocada por las restricciones sanitarias dispuestas para hacer frente a la pandemia de coronavirus, los trabajadores lograron recuperar algunos puntos para apropiarse finalmente de un 48,6% del PBI que, de todas formas, había caído un 9,9% durante ese año.

A lo largo de 2021, a pesar de la recuperación del PBI por un 10,3%, la remuneración del trabajo asalariado sufrió un fuerte retroceso en su participación para ubicarse en apenas un 43,9%, el valor más bajo desde que se retomara el estudio en el año 2016. En el segundo trimestre de ese año la participación de los salarios cayó hasta un 40,7% del PBI.

Con todo, la leve recuperación de 2022 fue resultado de la creación de puestos de trabajo y no de una mejora de los salarios puntuales de los trabajadores. Es que, según datos del mismo INDEC, durante 2022 los salarios de todos los trabajadores se incrementaron un 90,4% en forma interanual mientras que los precios lo hicieron un 94,8%. Así las cosas, durante el año los ingresos de los asalariados se contrajeron un 2,3% en términos reales.

El informe de CGI refleja la creación neta de 1,3 millones de puestos de trabajo de los cuales 1,2 millones corresponden al sector privado. De ese total, 217 mil resultan puestos de trabajo no asalariados mientras que 701 mil no fueron registrados como corresponde. Así las cosas, de cada diez puestos asalariados netos generados por el sector privado en 2022, siete resultaron informales y, por lo tanto, carentes de aportes y contribuciones patronales. De hecho, el mismo informe destaca que los puestos de trabajo asalariado crecieron en total un 6,3% pero los no registrados lo hicieron un 12,9% mientras que los registrados apenas un 3,3%.

Durante el año, el sector informal pudo recomponer haberes por apenas un 65,4% que tomando en cuenta la inflación del 94,8% anual implica un retroceso en términos reales del 15%.

En conclusión, la recuperación de un punto porcentual en la participación del conjunto de los asalariados sobre el producto se produjo en un contexto de recuperación económica y a la par de un incremento del grado de explotación de la fuerza de trabajo tomada en forma individual.