Lejos de la prometida lluvia de inversiones, el segundo trimestre trajo consigo un vendaval de productos importados. La industria nacional prevé un futuro cercano durísimo para la actividad y el empleo.

Lo que hasta hace pocos días era una preocupación informal entre pymes y grandes firmas del mercado doméstico se confirmó el jueves con la publicación del informe del Intercambio Comercial Argentino (ICA) que elabora el Indec, que indicó que entre enero y mayo las importaciones subieron, en general, un 10,5% medidas en cantidades, mientras que el ingreso de bienes de consumo subió un 21,3% (textiles, calzado, marroquinería, electrodomésticos y línea blanca, entre otros) a la par de un 6,1% de bienes de capital. Las importaciones de automotores de pasajeros treparon un significativo 46,4% en cantidades en el mismo tramo.

Los productos son en su mayoría de Brasil y China, dos socios comerciales con problemáticas propias y un importante stock de mercancías a precios de dumping listas para colocar en el país que las espere con sus puertas bien abiertas. El macrismo, partidario de la apertura total de las fronteras comerciales, rompió en pocos días las políticas de administración del comercio exterior vigentes y favoreció la llegada de esa producción a un ritmo que en poco tiempo hizo estragos en las fábricas locales y plantó una fuerte incógnita a futuro.

El textil Jorge Sorabilia informó que el problema es una realidad en las empresas que no tienen estructuras productivas pero comercializan marcas, como los grandes supermercados donde se aprecia «mucho redireccionamiento de la compra hacia la producción extranjera».

El viernes, el empresario, directivo de la Unión Industrial Argentina (UIA), reclamó al secretario de Transformación Productiva, Lucio Castro, medidas para frenar la penetración indiscriminada de productos foráneos. «El gobierno reconoció el error de seguir aprobando las importaciones por el actual esquema. Esperamos que en los próximos días se empiece a compensar cerrando importaciones porque así el ingreso del asalariado se va afuera.»
En el acumulado de los primeros cinco meses del año, las importaciones textiles subieron un 17%; el 45% es de procedencia china y el 20% de Brasil.
Según números de la Confederación General Económica de la Argentina (CGERA) en el primer cuatrimestre del año las importaciones textiles subieron el 22,5 por ciento. «Durante el segundo semestre del año está  previsto que esta tendencia se acentúe debido a que varios sectores han manifestado que sus compradores no han realizado nuevos pedidos en virtud de remplazarlos por productos importados», coincidió la entidad pyme por medio de un informe propio.

Pero el espiral negativo afecta de igual modo a otros sectores que a esta altura también están abarrotados de productos importados. Las importaciones ópticas subieron el 20%; las de calzado aumentaron el 15%; los herrajes y las tintas graficas, el 12% cada una; los insumos textiles y de confección, un 10%; y las de cuero, un 8 por ciento.

La Confederación de la Mediana Empresa (CAME) destacó que el 79% de 300 industrias asociadas definió la apertura del comercio exterior como «una amenaza», mientras que un 49,5% se manifestó «claramente perjudicado» en el segundo trimestre del año por haber perdido ventas a manos de producción extrafronteriza.  «