El nuevo ministro de Energía, Javier Iguacel, pondrá en marcha un esquema para contener las consecuencias políticas del tarifazo en el consumo de gas, pero recién a partir del comienzo del año electoral que se avecina. Según confiaron a Tiempo fuentes cercanas al funcionario, la cartera energética propondrá un esquema de «aplanamiento» del aumento para las tarifas en la próxima audiencia pública, que el Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS) podría realizar en septiembre próximo.

En la cartera energética aseguraron que sería en ese mes, cuando el Ejecutivo comenzará a buscar una salida política a la crisis interna de Cambiemos por la implementación de los aumentos en las tarifas de agua, electricidad y gas. Los incrementos en el gas, especialmente en el arranque de este invierno, fueron cuestionados públicamente por el gobernador mendocino y titular de la Unión Cívica Radical (UCR), Alfredo Cornejo, que le reclamó al presidente Mauricio Macri «prorratear», los montos del incremento, mediante un plan de pagos para morigerar el impacto político del aumento durante este invierno.

El planteo de Cornejo, que desató la furia presidencial, data de abril, antes de la corrida cambiaria posterior al feriado largo del 1° de mayo. En aquel momento, el encargado de repeler la ofensiva radical fue el entonces ministro de Energía y ex CEO de Shell, Juan José Aranguren. Cornejo lo acusó de «hacer meter la pata varias veces a este gobierno» pero Macri mantuvo a Aranguren hasta que un sector de la mesa chica que responde al Presidente pidió su cabeza. Se sumaron dos empresarios energéticos beneficiados por Cambiemos: el amigo personal, ex socio y accionista de Edesur, Nicolás Caputo, junto a Alejandro Mac Farlane, exdueño de EDELAP e íntimo del alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta. Los dos magnates sostienen que las empresas beneficiadas están en condiciones de ceder parte de los aumentos por venir, gracias a los beneficios recibidos desde la aplicación del tarifazo.

Ese punto fue virulentamente resistido por Aranguren y ahora es implementado por Iguacel, que buscará aplicar el diseño de una «tarifa plana», que distribuya el aumento del año que viene, en partes proporcionales que comenzarían a ser pagadas durante el verano, cuando se registra el menor consumo, con el fin de controlar las consecuencias económicas durante el invierno de 2019, cuando se espera uno de los máximos consumos y facturas elevadas.

El experimento tarifario que Iguacel buscará aplicar en la próxima audiencia pública que convoque el ENARGAS, la número 96, podría contar con intentos similares para el consumo eléctrico, pero con una ecuación diferente, que estará definida luego de la presentación del Presupuesto Nacional 2019, donde el Ejecutivo plasmará la tensa negociación que mantiene con los gobernadores para achicar los subsidios estatales a los servicios públicos dentro de una meta de reducción del déficit fiscal del 1,3%, en base a las exigencias del FMI. «