Los mismos técnicos del INDEC que realizan los estudios oficiales de pobreza e indigencia y que, para eso, calculan las diferentes canastas también realizan de manera informal un estudio que determina el valor de lo que ellos consideran una canasta familiar.

Según el último informe difundido hoy una familia integrada por dos adultos y dos menores necesitó en septiembre reunir ingresos por $494.506.

Es que mientras las canastas que el organismo difunde oficialmente apenas cubren los alimentos básicos para reunir las calorías necesarias para eludir la desnutrición en el caso de la CBA y algunos servicios básicos adicionales para garantizar la movilidad en el caso de la CBT, el estudio que realizan los trabajadores y difunde la Junta Interna de ATE del organismo, incorpora el consumo de otros bienes y servicios que permiten acceder al goce austero de la vida para una familia trabajadora.

Para ellos, en realidad, se trata de la Canasta familiar que, con criterio similar, también miden otros organismos como la Dirección de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires y que, a la vez que difunden, reclaman que sea incorporada como un informe oficial del organismo en la medida en que refleja más nítidamente las necesidades de una familia trabajadora. Con todo, aclaran, se trata del ingreso “mínimo, ni óptimo ni deseable”.

El valor lo utilizan también para nutrir a sus paritarios de argumentos para reclamar que el salario testigo del empleo público, la categoría D0, se ubique por encima de ese valor.

La evolución de esos valores, a la vez, surge de la bases de datos que el organismo utiliza para medir las mencionadas canastas y la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC).

El monto representa un 54% más de lo que indicó la Canasta Básica Total (CBT) para el mes de septiembre que es la medición que establece el umbral de la pobreza. A la vez, equivale a 4,2 veces el valor del salario mínimo vital y móvil de $118 mil vigente para ese mes.